REDACCIÓN / Fotos: ONU
Acapulco, 20 de marzo de 2025. Este 20 de marzo, el mundo conmemora el Día Internacional de la Felicidad, una fecha proclamada por la ONU en 2012 para reconocer la importancia del bienestar en las sociedades. Coincidiendo con esta celebración, el Informe Mundial de la Felicidad 2025, publicado esta semana, coloca a México entre los diez países más felices del mundo, un avance significativo respecto al año pasado.
El informe, elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU en colaboración con instituciones académicas y Gallup, evalúa a más de 150 países considerando seis factores:
• PIB per cápita, que refleja el nivel de ingresos y la capacidad económica.
• Apoyo social, basado en la percepción de respaldo en momentos difíciles.
• Esperanza de vida saludable, que mide los años de vida con buena salud.
• Libertad para tomar decisiones de vida.
• Generosidad, medida a través de donaciones y ayuda a otros.
• Percepción de la corrupción, que refleja la confianza en las instituciones.
Estos datos, obtenidos mediante encuestas y estadísticas oficiales, se comparan con un país hipotético llamado Dystopia, que representa el nivel más bajo en cada indicador.
De acuerdo con la última medición, realizada en 2024 y publicada en marzo de 2025, México se ubica en el décimo lugar mundial. El informe destaca el fuerte sentido de comunidad y apoyo social en el país como factores decisivos en este ascenso. En contraste, naciones como Estados Unidos han experimentado una caída en el índice de felicidad, según el estudio.
El caso mexicano resalta entre los países de América Latina, donde Costa Rica ocupa la sexta posición. Mientras tanto, Finlandia se mantiene por séptimo año consecutivo como el país más feliz del mundo.
¿Cómo se aplican estos datos en México?
El índice de felicidad no es solo un dato estadístico; ha comenzado a influir en políticas públicas. Los resultados del informe pueden ayudar a redirigir inversiones y esfuerzos hacia áreas sensibles como:
• Salud pública, con programas para combatir la obesidad infantil y la diabetes.
• Bienestar social, fortaleciendo programas de apoyo a comunidades vulnerables.
• Percepción de seguridad, un tema que sigue afectando la percepción del bienestar en varias regiones del país.
En este contexto, la felicidad se ha convertido en un indicador de desarrollo complementario a las mediciones económicas tradicionales, ayudando a los gobiernos a diseñar políticas que prioricen el bienestar de la población.
Aunque México ha mejorado en el ranking global, aún enfrenta desafíos. Especialistas advierten que el bienestar no puede mantenerse sin estrategias integrales que aborden la seguridad, la salud pública y la calidad de vida.
Este Día Internacional de la Felicidad, la conversación no solo gira en torno a celebrar el bienestar, sino a reflexionar sobre cómo se puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de políticas efectivas y sostenibles.