HERCILIA CASTRO /
Zihuatanejo, 24 de enero de 2017. La queja en las comunidades el Zapotillo y La Chole es la misma, siguen sin casa después del temblor de 2014 y la Secretaría de Desarrollo Agrícola Territorial y Urbano (Sedatu), se limitó a pedirles que fueran los pobladores quienes pusieran dinero para el material y los peones.
En el Zapotillo, comunidad ubicada en la parte serrana del municipio, Ángel Rosas López y su esposa Yolanda Gallardo Portillo, ambos de avanzada edad, están molestos; señalan que después del temblor de 2014, entraron al programa de vivienda por el mal estado de su vivienda.
Sin embargo, sólo les dieron el número de teléfono de la Secretaría de Desarrollo Social en Chilpancingo, pero no les han contestado “aquí son dos casas, el compromiso es con dos casas, pero ellos sólo reconocen una”.
El anciano señaló que padecen las molestias de las lluvias, pues en agua entra y se mojan, y la lámina de aluminio que tienen, fue Rosas López quien la compró.
Relató que en el programa de vivienda del que es responsable la Sedatu. “Solo nos dieron esa jaula, a poco cabe alguien en esa jaula –dice, mientras se ríe- ya cuando terminaron el piso vinieron, pero solo tomaron la foto”.
“El proyecto venía de 9 por 9, pero sabe cómo lo hicieron, de 6 por 9, yo le digo la verdad”, dijo.
Subrayó que las medidas corresponden a lo que será una casa de dos recamaras, sala y baño.
“Cuando vinieron a hacer el enjaulado, ahí lo dejaron, pero en Las Pipinas igual fueron y según las terminaron”, dijo Gallardo Portillo.
En La Chole no hay gran diferencia, a Etelvina Rumbo Martínez solo le hicieron el pie de casa que mide menos de 9 metros de ancho para lo que será su nueva casa.
“Para terminar, querían que les pusiéramos 12 peones, de dónde vamos a pagar 12 peones, de dónde vamos a tener ese dinero para los peones, se supone que es un apoyo para uno, y que ellos tienen que poner el material, pagamos para que hicieran el piso, pagamos seis peones”, dijo.
La anciana contó que en ese momento su esposo tuvo un accidente, pues sufrió la caída desde un caballo, y tuvieron que realizar gastos médicos, “tuvo fractura de costillas, pero ya lo dábamos por muerto, ya no puede trabajar”.
“Hasta se me rodaron las lágrimas porque de dónde voy a agarrar dinero para pagarle a unos peones; ya mejor me quedé así con mi casa cuarteada, gracias a Dios que no ha vuelto a temblar como esa vez”, expresa.
Agregó que mejor su esposo optó por que detuvieran la obra, y aun así tuvieron que pagar para que les retiraran la graba.
Rumbo Martínez subrayó que en esa comunidad fueron tres casas las que tuvieron daños, y en todos los casos, la constructora de la Sedatu, les pidió dinero.
“Es la verdad, no tenemos dinero para pagar los peones y cobran 250 por peón, no tenemos dinero, ustedes la ven bonita de aquí, pero están las paredes podridas por el temblor”, dijo.
Las comunidades de la Chole y El Zapotillo continúan con carencias, pues los campesinos siguen marginados, y sólo viven del auto consumo, pues sus productos son menospreciados en la cabecera municipal y los comerciantes no quieren pagar el precio justo al agricultor.