* Llegaron armados y violentos, denuncian
REDACCIÓN /
Acapulco, 8 de marzo de 2017. Policías de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (Upoeg) irrumpieron esta mañana en la sede de la Policía comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (Crac) que cuida los bienes Comunales de Cacahuatepec y desalojaron a un preso y cinco elementos que los resguardaban.
Posteriormente, tras dejar una guardia en la comunidad de la Concepción, hicieron recorridos por los pueblos vecinos. Los comunitarios, que en esos momentos eran pocos, se replegaron y se colocaron en las torres de la iglesia.
El coordinador Tomás Valeriano responsabilizó al coordinador de la Upoeg, Bruno Plácido Valerio, de lo que pudiera suceder en esa comunidad, pues dijo que los policías ciudadanos traen armas de uso exclusivo para el Ejército, mientras que los comunitarios solo cuentan con escopetas.
El comisario Julio Ventura Elasio dijo que los policías iban encabezados por su comandante Ernesto Gallardo Grande, de San Marcos, quien le aseguró que iban en son de paz para presentarles un proyecto y si la comunidad no lo aceptaba, ya no regresarían y los convocó a una reunión colectiva para las 6 de la tarde en la comandancia de la Concepción.
La Policía Comunitaria de la Crac fue conformada por el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa la Parota (Cecop). De acuerdo con el testimonio de mujeres que se encontraba en la comandancia, los de la Upoeg llegaron violentamente y «arrastraron» a un policía y a un detenido hasta la cancha pública.
Lorenza y Mariana, dos integrantes del Cecop, relataron por separado que los policías de la Upoeg eran guiados por Lucio Méndez, un conocido defensor de la presa La Parota, que está al servicio del gravillero Humberto Marín.
Hasta el momento persiste la tensión, mientras en San Luis Acatlán se prepara una comisión de la Crac para desplazarse hasta la Concepción.
De acuerdo con los vecinos, alrededor de las 7 de la mañana llegaron unas 14 camionetas de la Upoeg llenas de uniformados. Para cuando los reporteros empezaron a llegar, unas tres horas más tarde, había policías ciudadanos en tres puntos rodeando la comandancia. Algunos usaban máscaras con dibujos de calaveras; uno llevaba, sin ningún rubor, una metralleta uzi.