* Hay 18 países que cuentan con ese aval; los derivados de la planta ya se usan como medicamentos, señala
REDACCIÓN /
Acapulco, 10 de abril de 2017. El presidente de la agrupación Acapulco nos necesita, AC, José Inocente Ariza Tapia, señaló que México debería gestionar ante el órgano de control de estupefacientes de la Organización de las Naciones Unidas, el permiso para producción, distribución e industrialización de la amapola, que 18 países ya tienen.
En conferencia de prensa, Ariza Tapia -de profesión médico neurocirujano-, señaló que existe una confusión entre las autoridades del ramo al considerar que se debe despenalizar el uso de la amapola con fines medicinales, al igual que la mariguana. Sin embargo, señaló que en México la mariguana es ilegal pero no la amapola, de cuyos derivados circulan varios fármacos en cualquier farmacia, tales como la morfina, codeína, tramadol, entre otros y lo único que se requiere es una receta médica para adquirirla.
Explicó que al no industrializarse en el país, estos medicamentos tienen que importarse de otras naciones, con lo que se incrementa su costo. Además, se permite que su distribución se convierta en una causa de tanta muerte y violencia que acosa al país.
Tapia Ariza señaló que lo único que se requiere es que el secretario de Salud y el presidente de la Comisión de Salud del Congreso -ya sea en el ámbito federal o local- gestionen ante la ONU el permiso, y ya el órgano de control se encarga de establecer los límites de la producción, los medicamentos donde se aplicará y quiénes serán los compradores de los productos.
Sin embargo lamentó que estas autoridades no actúan, posiblemente por ignorancia de lo que pueden hacer, a pesar de que existen en México muchas personas que sufren dolor intenso, y de que muchos mueren por dolor. Hay hospitales, como el Instituto de Cancerología, dijo, que agradecerían contar con medicamentos derivados de la amapola.
En el esquema actual, señaló Ariza Tapia, las comunidades que producen la planta viven en condiciones de pobreza extrema, pues mientras en el proceso de cosecha tiene un precio, en la industrialización es donde se eleva por millones.
México, dijo, debe hacer dos cosas: gestionar el permiso ante la ONU, y establecer un esquema interno para la distribución e industrialización de la amapola con fines medicinales.