* Los menores escuchan las quejas de sus padres, de situaciones que desconocen y que les generan miedo y violencia que repiten en las escuelas
ROSALBA RAMÍREZ HERNÁNDEZ /
Acapulco, 5 de mayo 2017. La infancia es el sector más afectado por la violencia y la inseguridad que se vive en las diversas colonias de Acapulco, al retomar las actitudes agresivas y de hostilidad en las escuelas.
Son los propios padres de familia quienes «no son prudentes» al comentar frente a los niños, lo que sucede en el puerto, apunta la maestra en sicoterapia Yesenia González Hernández.
«Los niños son los más afectados porque los adultos o padres de familia con quienes conviven, no son prudentes en cuanto a comentar lo que pasa, platican delante de ellos sobre los temas que ya conocemos de violencia e inseguridad, eso genera irritación y lo repiten en las escuelas», alertó la especialista.
La también integrante de la asociación civil en pro de los derechos humanos Justicia Hecha Virtud, apuntó que la violencia en los menores se refleja en el bulliyng o abuso hacia sus compañeros.
«Cada vez es más grave esta acción porque quienes deberíamos ser los que impongan la disciplina y la contención, no lo hacemos, sean los padres, docentes o la comunidad».
Además, la especialista señaló que por la violencia, se han incrementado las consultas con psicólogos, específicamente por el duelo que viven familiares que han sufrido la pérdida de seres queridos asesinados o desaparecidos.
La percepción de las personas que perdieron algún familiar a manos del crimen, detalló, es de dolor, negación y coraje; sin embargo, el proceso de las terapias, les ayuda a tomar actitudes positivas y «vivir el día».
Morelos, una de las tantas colonias «apagadas» por el crimen
Tan solo como ejemplo, la colonia Morelos ha registrado en lo que va del año, diversas persecuciones entre hombres armados, asesinatos de vendedores semifijos, civiles, ataques a casas particulares y el hallazgo de cabezas cercenadas que han provocado el temor y la zozobra de vecinos y familiares.
El año pasado, el 14 de noviembre, registró el ataque a balazos a un taquero sobre la avenida Reforma. El comerciante laboraba sobre la calle que conducía a la tienda con razón social Bodega Aurrera Exprés.
El crimen, además de ocasionar temor entre los clientes, provocó el llanto desgarrador y el desmayo de la madre del asesinado. El 8 de diciembre, hombres desconocidos asesinaron a dos vendedores de bolillos en la calle Gustavo Díaz Ordaz de la colonia Morelos, cerca de la terminal de camiones.
El 15 de marzo del presente año, el crimen arrojó como resultado, la muerte de dos hombres y un herido, cerca de la Unidad Deportiva Vicente Suárez, en la calle Quetzal esquina con Ignacio Comonfort de la colonia Morelos.
Recientemente, el 5 de abril, en esta misma colonia, policías estatales se enfrentaron a balazos con hombres desconocidos, desde sus vehículos. La persecución se inició desde la calle Quetzal y culminó en la calle Mártires de Escudero de la misma colonia Morelos, como los hechos anteriores, el enfrentamiento provocó pánico entre los vecinos.
A ello se suma el miedo generalizado que provoca en los habitantes de esa colonia y aledaños. Tan es así, que incluso, vendedores de comida como tamales, tacos, pan de canasta entre otros, levantan su material a las siete de la tarde cuando antes, lo hacían hasta la media noche.
Las calles lucen solitarias y oscuras por la escasa luz que brinda el alumbrado público. Ya no se perciben las amas de casa que acostumbraban a platicar en las puertas de su domicilio o a los niños jugar en las calles o banquetas.
Por las mañanas en el mercado de la colonia Morelos que se ubica justo a un lado de un kínder, tan solo se escucha el cuchicheo de las señoras que lamentan la violencia que se vive ahí, y en la mayoría de las colonias de Acapulco; otros más lloran a sus muertos, caídos en consecuencia del crimen.
