* Yuta Konno imparte un taller de aguafuerte
ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
Acapulco, 12 de mayo de 2017. El artista japonés Yuta Konno recuerda pasajes de su vida: “en Japón yo hacía muchas otras cosas, trabajaba como chofer, en la construcción, y cuando imaginaba que haría eso hasta morir, dije no, yo no quería seguirlo, quería comenzar otra cosa, y he elegido el arte”.
Eligió este arte porque “cuando hacía grabado en la escuela, era muy divertido, así que desde ese momento he hecho xilografía, y he elegido calcografía, aunque se usan los materiales que son un poco caros, y necesito trabajar en un taller”, dice.
Su español es fluido en algunos momentos pero en otros necesita auxiliarse del diccionario. En Acapulco imparte en estos momentos, hasta el próximo domingo, un taller de aguafuerte en el museo histórico Fuerte de San Diego.
En su búsqueda del aprendizaje, un día comprendió que para saber más de sí mismo debía salir y conocer más personas, por eso se fue a Florencia, Italia, donde ha estudiado calcografía y aguafuerte, durante alrededor de dos años, hasta que se venció la visa y pensó regresar a Japón, pero antes quiso venir a México, invitado por su amigo el artista plástico guerrerense David de León, a quien conoció en Florencia en sus tiempos de estudio.
Aprovechando su estancia en el puerto fue como empezó a impartir el taller que concluirá el domingo, con una exposición en el Museo del Fuerte de San Diego a las 12 del día, entrada libre, con los trabajos de los talleristas y obras suyas.
Antes de venir, cuenta, sintió temor, por la información que muestra a Acapulco como una ciudad violenta, pero “hasta ahora no he visto que uno está muerto así, pero es una pena porque aquí hay las playas qué bellísimas y la gente también. Normalmente está alegre, y muy amistosa, así que me gusta”. El problema es que el dinero tal vez no le alcanza para gastar todo lo que quisiera, dice, y se ríe.
“La gente de Acapulco es muy alegre, estoy contento que estoy aquí, hace un poco calor y las comidas son buenas, pero demasiado picantes, porque ya adulto he tenido problemas de mal de estómago dos o tres veces”.
“Ahora –dice- estoy teniendo contacto con mucha gente en el taller, necesito conocer muchos artistas para hacer algo juntos”.
A los jóvenes que empiezan su actividad artística, Yuta Konno les deja un mensaje: “para conocerse a sí mismos, es necesario ir a conocer mucha gente, aunque no quieran; muchos artistas, mucha gente, otros lugares”.
Yuta Konno conoce poca gente en México, pero dice que quiere conocer más. Conoce a David de León, con quien tomó cursos en Florencia y con quien “hemos hecho amistad y me dice siempre ven a México”. Ahora –dice- “creo que sea necesario para conocer mucha gente, porque yo sé muchas cosas de calcografía, pero tengo que trabajar con calcografía solo, cuando regrese a Japón, y quiero conocer mucha gente para hacer algo con ellos. Este taller fue buena idea para conocer a la gente”.
-¿Qué piensas de los concursos? –se le pregunta.
-Sí es bueno participar en los concursos, porque para mandar trabajo a un concurso, tienes que hacerlo muy bien, tienes que cuidar todas las cosas, entonces tiene que hacerlo preciso; es muy difícil, porque con tranquilidad se me hace buenas cosas, pero esto es hacerlo con la presión para un trabajo, y entonces es otra cosa, así que se puede entender cómo se hace bien, se puede entenderlo más, y mucha gente ve su trabajo.
Consideró que es importante hacer las cosas que solo a uno le gusta, pero es más importante cuando lo que se hace le gusta también a los demás.
“Una obra tiene que ser particular, para hacer un trabajo, una obra, tiene que gustarle a uno su trabajo, pero también tiene que hacer una obra que a alguien le gusta”.
Antes de dedicarse a hacer calcografía, cuenta que tuvo inclinación por la fotografía, y todos le decían que se dedicara a esta última, pero él decidió que no, que a lo que se iba a dedicar es a la calcografía.
Hijo único, nacido en Tokio, recuerda que cuando era niño le gustaba jugar el futbol. Siempre fue, dice, amiguero.
-¿Cómo ves a Acapulco?
-Me gusta Acapulco, y la situación no está tranquila, pero quiero que digan ellos (los acapulqueños) que son bellas cuando ellos ven, miran, las cosas lindas, así que las cosas bellas son bellas, pero a veces alguien dice que no, ¿por qué? Porque está cansado o tiene algún problema, pero las cosas son bellas, y entonces tenemos que decirlo: las cosas son bellas, son bellas, aunque cuando tenemos un poco de problemas, aunque cuando estamos cansados, no lo vemos así. Las playas son bellas aquí, así que me gustan.