* “Nos están matando”, recuerdan, con veladoras en la Costera
SANTIAGO HERRERA /
Acapulco, 15 de junio de 2017. La tarde del jueves alrededor de 30 periodistas protestaron de manera simbólica en la glorieta de la Diana Cazadora contra los ataques y asesinatos de periodistas que se han suscitado en el país.
Alrededor de las 7 de la tarde comenzaron a llegar reporteros y fotógrafos de distintos medios a la Costera Miguel Alemán, a la altura de la Diana, una vez reunidos todos, cruzaron la calle, se reunieron en un camellón a un costado de la glorieta, la Diana Cazadora de fondo apuntando hacia el norte, abajo, en la acera, una cruz hecha con veladoras por los periodistas, apuntaba hacia el sur, se percibía optimismo entre los asistentes, mientras comenzaban a encender la llama de cada veladora.
El periodista del semanario Ríodoce Javier Valdez fue asesinado el 15 de mayo del 2017 en Culiacán Sinaloa, dos meses atrás, el 2 de marzo en Ciudad Altamirano Guerrero fue asesinado el periodista Cecilio Pineda, sus nombres se suma a la larga lista de periodistas asesinados en el país.
La tarde caía y las llamas de las veladoras alumbraban más, en las pancartas que sostenían en lo alto, salpicadas de rojo, se podía leer; “nos están matando”, “no se mata la verdad matando periodistas”, “no al silencio, garantías para informar” y “tú que ya no lees periódicos, nos están matando”, todo esto ante automovilistas que miraban con desconcierto.
Según datos de la organización Artículo 19, del año 2000 a la fecha, han registrado la muerte de 106 periodistas en el país, de los cuales 98 son hombres y 8 son mujeres. De la cifra documentada por Artículo 19, en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto han muerto 33 periodistas.
Casi al finalizar la protesta simbólica y ya casi con la noche iluminada por las veladoras, los periodistas que acudieron, acordaron reunirse cada mes para recordar a los comunicadores asesinados y para recordar que aún no hay medidas que garanticen el ejercicio periodístico.
Al dar por terminada la protesta cada uno se retiró del lugar, bajo la noche, bajo la misma mirada de desconcierto de la gente que seguía sin entender el porqué de la protesta, bajo la noción de saber que al día siguiente deberán salir a reportear aún sin las condiciones de seguridad que tanto piden.
