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Zihuatanejo y Acapulco, entre los municipios más violentos, según observatorio

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Foto: Hercilia Castro.

* El secuestro y la extorsión se suman como delito al homicidio doloso, señala la ONG

 

HERCILIA CASTRO  /

 

Zihuatanejo, 4 de junio de 2017. Acapulco, Chilpancingo y Zihuatanejo, se encuentran entre los municipios más peligrosos y violentos a nivel nacional, según el reciente estudio del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), el cual presentó los 10 municipios con más alto índice de delitos.

El ONC señaló que, con frecuencia, únicamente se considera el homicidio doloso como indicador oficial del problema de seguridad. Sin embargo, el secuestro y la extorsión también presentan una estrecha relación con la violencia y la actual crisis de seguridad.

De los municipios en la entidad, destacan Colima, con municipio Tecomán; Acapulco, Guerrero; Manzanillo, Colima; Iguala, Guerrero, Chilpancingo; Michoacán, Apatzingán; Colima, Colima; Zihuatanejo, Guerrero -en octavo lugar-; Playas de Rosarito, Baja California; y Zamora, Michoacán.

Estados como Guerrero, Estado de México, Veracruz, Baja California, Michoacán, Sinaloa, Veracruz, Sinaloa, y Chihuahua concentraron más de la mitad del total de homicidios colosos en este mes, un 51. 27 por ciento.

En Guerrero y el Estado de México, se han cometido 20.75 de los homicidios dolosos en lo que va del año, uno de cada cinco homicidios.

La entidad, otra vez, presentó la segunda mayor tasa de homicidios dolosos, esto es, la segunda, con 5.91 por ciento de homicidios dolosos, superando lo nacional de 298.28 por ciento.

Los acapulqueños que aún sobreviven en el puerto, y, que por temor prefieren omitir su nombre, como R, manifiestan que la situación que se vive en el Acapulco popular no es la que se vive a nivel mediático, mostrando la Costera.

“No es el mismo que se percibe, es un ambiente de zozobra, de incertidumbre, en mis 35 años viviendo en Acapulco, yo puedo recordar que tuve la oportunidad de jugar en las calles”, rememoró.

Señaló que perteneció a esas últimas generaciones que tenían la seguridad de caminar de noche por los parques, y si les daba sueño, dormir a la intemperie gozando la frescura de la noche sin vivir a la expectativa de que llegara la delincuencia organizada.

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