*Los investigadores de la UNAM cuentan con una patente y el sistema está listo para transferirse a empresas productoras de medicinas, textiles, papel y alimentos
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Ciudad de México, 3 de enero de 2018. El mercado mundial de enzimas y compuestos obtenidos de algunas especies de hongos está valuado en alrededor de 6 mil millones de dólares anuales, lo que se debe a que son fundamentales en los sectores farmacéutico, textil, papelero y alimentario. Para poder cubrir tal demanda de las enzimas que requiere la industria, se recurre a técnicas de ingeniería genética, lo que significa que a los hongos se les introduce ADN de otros organismos vivos; pero no siempre se obtiene el rendimiento deseado.
Por esta razón, un equipo científico del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM, a cargo del doctor Achim Loske Mehling, del Cinvestav Irapuato, a cargo del doctor Miguel Gómez Lim, trabaja con un sistema que permite transformar los hongos y obtener en un alto porcentaje los compuestos que secretan.
“Para ello utilizamos una tecnología de punta con la que se aplican ondas de choque a pequeños viales que contienen los hongos y el ADN en suspensión, método que ha demostrado ser muy eficaz”, refiere el doctor Loske Mehling.
El investigador explica que las ondas de choque son pulsos de presión generados cuando se libera una gran cantidad de energía en un espacio y un tiempo muy corto, algo parecido a una explosión en miniatura.
De acuerdo con el doctor Loske Mehling, desde hace décadas se han utilizado los hongos en variados sectores de la industria; en este caso los denominados filamentosos (antes llamados “mohos”). “De hecho, uno de los principales obstáculos que se tenían era el referente a su transformación genética, pues si bien secretan enzimas en forma natural, la eficiencia es muy baja”.
Sin embargo, mediante el uso de esa tecnología se logra aumentar la eficiencia en un porcentaje importante, y esto es de interés para las industrias porque les resuelve un problema al que se enfrentan al obtener compuestos. “Demostramos que diversas especies de hongos asimilan la información genética que queremos y producen sustancias en cantidades mucho mayores”, asegura el investigador del CFATA.
Informa que los primeros resultados los obtuvieron con cuatro especies de hongos. El primero se llama Aspergillus niger, empleado para la producción de ácido cítrico, pues contrario a lo que pudiera pensarse, no se extrae de frutas como el limón o la naranja.
El segundo, Trichoderma reesei, se utiliza en la producción de celulasa, una enzima que necesita el sector papelero por su capacidad de descomponer celulosa. El tercero fue Phanerochaete chrysosporium, porque degrada lignina, una sustancia que también es requerida para la fabricación de papel.
Otro hongo que lograron transformar es el Fusarium oxysporum, que se caracteriza por generar un deterioro severo en el campo. “Al modificarlo genéticamente pierde su capacidad de generar daño y transforma biomasa, proveniente de plantas, en etanol. Su importancia en la generación de combustibles para el futuro es indiscutible, sobre todo, si al tratarlo con ondas de choque se logra aumentar su productividad”, subraya el doctor Loske Mehling.
Informa que se encuentran trabajando con otra especie, denominada Mycosphaerella figensis, una plaga en plantíos de plátano por lo que la transformación consistiría en inactivar su potencial dañino.