RAFAEL CORTAZAR SERNA /
Acapulco, 17 de marzo de 2018.
Mucha tinta ha corrido en torno a la elección del (la) candidato (a) a la presidencia municipal de Acapulco por Morena, uno de los partidos políticos hoy por hoy, más fuertes tanto a nivel municipal, estatal y nacional para disputar el gobierno al PRI, instituto político que ha gobernado por muchos años esta entidad suriana, solo compartida con el PRD, partido que gobernó exactamente igual a su antecesor, con una fuerte dosis de violencia y represión principalmente hacia dirigentes sociales y de izquierda.
La magistrada con licencia Adela Román Ocampo fue invitada a participar en un proceso de selección interna del candidato a la presidencia municipal de Acapulco, figura que por los tiempos electorales le llamaron coordinador (a) municipal de organización.
Figuraban en un inicio los nombres, entre otros, de Javier Morlett Macho, Javier Solorio Almazán, José Inocente Ariza Tapia, Hugo Hernández Martínez, Gabino Solano y otros. Se buscaba entonces un candidato hombre.
A todos ellos les cayó como un balde de agua fría la decisión del Consejo Estatal de Morena el cambio de género, pues se decidió que en cinco de los municipios más importantes de Guerrero a Morena lo representara una candidata mujer.
Fue entonces que muchos liderazgos de dentro y fuera del partido pensaran en la licenciada Adela Román como una candidata competitiva para ganar la presidencia municipal de Acapulco e iniciaron las pláticas e invitaciones, a las que ella contestaba invariablemente que tenía un compromiso muy fuerte que cumplir como magistrada del Poder Judicial del Estado de Guerrero y que si la propuesta fuera formal de los órganos de dirección de Morena lo pensaría seriamente, toda vez que aceptar una propuesta como esa, implicaría interrumpir su carrera en el ámbito judicial aunque gustosa lo haría si con ello contribuyera a transformar para bien la vida de sus paisanos Acapulqueños.
Finalmente, Adela Román tomó la decisión de participar como aspirante a la coordinación municipal, junto con ella se registraron o mencionaron otras dos aspirantes, las señoras Digna Marroquín y Leticia Castro Ortiz. La primera manifestó que no aspiraba a dicha candidatura ya que simpatizaba con otro instituto político, mientras que la segunda declinó en favor de Adela Román Ocampo, de tal suerte que aquella fue la única precandidata registrada ante los órganos electorales internos de Morena.
Sin embargo, la dirigencia de éste instituto político no le ha entregado la estafeta.
Se mencionan con mucha insistencia los nombres del exgobernador del estado, Zeferino Torreblanca Galindo, y el del médico de cirugías estéticas Javier Solorio Almazán, el primero propuesto por el Partido Encuentro Social (PES) y el segundo por el PT, como posibles abanderados de la coalición Juntos Haremos Historia
Torreblanca Galindo gobernó el estado con sus amigos del PRI y PAN, con mano dura hacia los movimientos sociales y de izquierda; muchos crímenes fueron cometidos durante su gobierno, muchos de los cuales aún no han sido aclarados ni castigados los culpables, ¿será realmente este personaje un candidato ganador?
De ser así, ¿cómo gobernaría? ¿Qué clase de gobierno impulsaría? ¿Gobernaría en beneficio de las grandes mayorías o de las elites empresariales y los poderes facticos?
La respuesta la tiene usted amigo lector.
El otro aspirante, un desconocido hasta hace poco, ha demostrado tener el dinero suficiente para fabricarse una campaña que lo ha dado a conocer y a figurar en muchas de las encuestas que se han hecho al respecto, pero, ¿es un buen candidato? No lo sabemos, porque los únicos antecedentes que se conocen de él es que es un buen médico cirujano estético, pero no ha participado en la lucha social ni mucho menos en la Izquierda.
Muy diferente es el caso de la aspirante Adela Román, quien proviene de una familia de luchadores de izquierda, que militó por muchos años en el partido que fue considerado la esperanza de México pero que desafortunadamente dicho partido ha abandonado sus ideales de izquierda y hoy postula a un candidato de derecha a la Presidencia de la República, lo que motivó la renuncia a ese instituto político de la hoy aspirante a la presidencia municipal de Acapulco.