MIGUEL ÁNGEL ARRIETA /
Acapulco, 28 de noviembre de 2019
Aunque la mención fue tomada a la ligera por los medios, el centro neurálgico del análisis que realizan los participantes en la reunión nacional de especialistas antisecuestro desarrollada en Acapulco, se localiza en las propuestas para consolidar un mecanismo de inteligencia policial dotado de la más avanzada tecnología, de lo contrario las fiscalías se estancarán en el terreno de palos ciegos.
Para pelear de “tú a tú” contra las bandas criminales, como señala el Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, el parámetro de medición de fuerzas no radica esencialmente en obtener superioridad numérica de agentes policiales, sino en saber articular los recursos investigativos con la capacidad operativa de estructuras de seguridad.
De hecho, detrás de investigaciones exitosas observadas en los últimos meses, como la detención del asesino del fotógrafo de Discovery Channel, Erik Castillo Sánchez, y la localización del cuerpo del activista de La Montaña guerrerense, Arnulfo Cerón Soriano, hay un trabajo de seguimiento puntualizado en el apoyo de herramientas de localización digital que permitieron desenredar comunicaciones relacionados en ambos atentados.
Arnulfo Cerón salió de su domicilio en Tlapa de Comonfort el 11 de octubre por la noche, rumbo a una reunión en el centro de rehabilitación de alcohólicos Anónimos. Su esposa reportó su desaparición ante las autoridades al día siguiente, cuando hallaron el vehículo del activista abandonado en una calle de esa localidad.
Según la carpeta judicial C-68/2019, la víctima salió de su hogar para reunirse con Teresa “N”, con quien previamente habían acordado el encuentro. Una semana después la FGG detuvo a Teresa y el Juez de Control la vinculó a proceso como sospechosa, pero para entonces la investigación se había adentrado en redes celulares con el fin de localizar llamadas y mensajes que implicaran pistas.
El rastreo digital llegó a Jorge “N”, alias la Chiva, localizado en el municipio de Ayala, en el estado de Morelos, lugar en el que en un operativo conjunto con la policía de esa entidad fue detenido después de que el sospechoso disparó contra los agentes.
Después de esas detenciones vino el lamentable hallazgo. El 20 de noviembre, en una fosa localizada en el lugar conocido como Los Tres Palos, en el tramo carretero Tlapa-Igualita, fue encontrado el cuerpo de Arnulfo Cerón Soriano.
En los informes proporcionados por el Fiscal Jorge Zuriel de los Santos, se precisa que dentro del mismo caso se investiga a cuatro hombres que también fueron detenidos y están relacionados con la desaparición del líder campesino.
De ahí que los especialistas antisecuestro orienten el intercambio de experiencias hacia los pasos para madurar una estrategia nacional de cooperación, como parte esencial de la lucha contra las bandas y los cárteles.
En este contexto, los legisladores también tienen la corresponsabilidad de adecuar reglamentaciones para que las instancias investigadoras puedan obtener con mayor prontitud la referencia integral en el seguimiento de comunicaciones celulares. Por lo pronto, los diputados deberían buscar instrumentos para prohibir la comercialización de teléfonos celulares que por su diseño tecnológico no son rastreables: los denominados aparatos chicharito.
La coordinación entre la Fiscalía General de Guerrero, la Fiscalía General de la República, las fiscalías de las demás entidades mexicanas, la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa y la Marina Armada de México, no es una tarea de rutina burocrática: en el fondo, se trata de un proceso apegado a protocolos de seguridad nacional -aún en ciernes-, con el objetivo conjunto de impactar a la baja el mapa delictivo de Guerrero.
Los datos del Secretariado Técnico del Sistema de Seguridad Pública, ubican a Guerrero como un estado en el que el secuestro ha descendido en un 63 por ciento, un incremento del 93 por ciento en personas detenidas vinculadas a carpetas de investigación y un aumento del 100 por ciento en desarticulación de bandas de secuestradores, en relación con indicadores del periodo 2017-2018.
Al final de cuentas, la lógica en el manejo de información por parte de corporaciones y fiscalías, derivará en una medición real de fuerzas entre el Estado mexicano y los criminales; y el argumento de que en ocasiones los grupos delincuenciales parecen estar mejor amados que los cuerpos de seguridad pública, pudiera quedar relegado por el hecho de que las autoridades dispongan de una tecnología superior.