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ALBERTO LÓPEZ ROSAS   /

 

 

Acapulco, 21 de enero de 2020

Era diciembre de 2001, recién llegaba de una gira por Argentina, a donde viajó con un grupo de regidores, esos viajes encubiertos a costa del erario.

La cita, en el 100% frente al Fiesta Americana.

Solo los dos, le dije: “Presidente, he decidido participar a la candidatura, a la presidencia municipal de Acapulco, te lo comento por cortesía política, eres el Presidente Municipal y debo correrte ese detalle”.

Su rostro se enrojeció, más de lo normal y con voz imperativa me contestó: “El Frente Cívico tiene un proyecto a 25 años, tú no entras en el”

Lo lamento, le dije, tú estás en tu derecho de apoyar a quien quieras; yo, en mi derecho de participar.

En contra de su voluntad fui candidato y alcalde de Acapulco.

Pagué un alto costo político. Cuando fue gobernador, él y su inmaduro grupo, no me dieron tregua por seis años; su Contraloría me inhabilitó tres años por un año de ejercicio y 10 años por otro, de los tres que ejercí como presidente.

Los Tribunales Colegiados se encargaron de revocar esa acción persecutora y regresiva.

En una reunión de entrega-recepción, en un tenso ambiente, hace una soberbia exposición de cómo deja las finanzas, creyendo que somos tontos, como lo ha seguido pensando,

Descubre su boquete financiero.

No tiene para pagar la ampliación de la Escénica, 30 millones; no cuenta para cubrir los 16 camiones de basura, recién adquiridos; no tiene el importe de las cámaras de vigilancia. Es noviembre 2002, no hay para cubrir aguinaldos, ni salarios decembrinos.

Con cinismo, muestra en pantalla una demanda que en vía de controversia constitucional, había presentado ante La Suprema Corte y me dice: “cuando se gane esa demanda, tendrás para cubrir lo que hoy dejo pendiente”… lástima, la demanda la perdió.

Ese es el Zeferino, que creó un mito que muchos creyeron.

Llegó echando pestes, para todos tuvo, aún se cree indispensable, salva patria, sin él se muere el estado, así le dijo a Calderon, “Usted y yo, somos los hombres que México necesita”.

En una conferencia en la Ciudad de México, confesó que en Seguridad Publica, “ni quiero, ni puedo, ni debo”. Abrió, pues, la puerta a lo que hoy tenemos.

Me tocó parte de su actitud belicosa y agresiva… “hay un corrupto” no se atrevió a mencionar mi nombre, pero evidente, hace referencia al que lo sucedió. Así es de temerario.

Las pruebas se presentan ante la autoridad, no se guardan, eso es irresponsabilidad; al inhabilitarme, demostré su ánimo de venganza, usando las instituciones del Estado para saciar sus personales desvaríos. La inhabilitación decretada nunca tuvo efectos, por infundada, por tanto lo que diga, solo es producto de frustraciones.

El salva patria, regresó de su zona de confort, solo a tirar veneno, insidia y rencores.

Vino antes de tiempo, aún no hay elecciones. Como turista, bienvenido; como actor político, está a destiempo.

Z Perdió la brújula. “Es tiempo del PRI”, dijo como gobernador; “viva Añorve”, expresó en un momento de cruda seca. Hoy regresa en su mismo estado.

La sociedad merece respeto. Cuando Z lo decida, podríamos cotejar cifras públicamente, para todos es importante vivir realidades y no desenvolvernos en esos mitos, maniqueos; solo él es bueno, pero a nadie metió a la cárcel, al contrario se alió a ellos.

El zorro, se quitó la cola para no olerla; eso no lo exime de su descompuesto olor.

Ídolo de barro, mitómano irredento, su lengua, aún no encuentra reposo, genio y figura. Saludos Z, en tu amargura.

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1 Comentario

  1. ZEFERINO FUE UN FRAUDE COMO GOBERNAR DE GUERRERO, CUANDO ESTUVO EN EL PODER SE VOLVIÓ DÉSPOTA GROSERO CON LA GENTE Y AHORA PIDE EL APOYO DEL PUEBLO NIUN APOYO A ESTE PANISTA TRAIDOR QUE HASTA A SU PADRE LE ROBO

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