* Es gente armada y prepotente, no los pueblos, quien está al frente, dice Norma Mesino
* Son focos de contaminación; la gente tiene que trabajar, no puede quedarse en casa
ROBERTO RAMÍREZ BRAVO
Acapulco, 29 de abril de 2020. Ante la psicosis por la pandemia de coronavirus (Covid 19), varias comunidades han cerrado sus accesos para impedir el flujo de personas y por lo mismo el contagio. Sin embargo, afirma Norma Mesino Mesino, dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), no se trata de medidas efectivas pues en principio, por la aglomeración de personas en esos retenes carreteros, se convierten en un foco de infección.
Además, explica en entrevista telefónica, tampoco se trata de que sean decisiones tomadas por consenso en las comunidades, sino que en muchos es gente armada que se conduce con mucha prepotencia, sin sensibilidad, mientras en el interior de las poblaciones mucha gente no acepta esa estrategia.
Mesino Mesino hizo un llamado a los tres órdenes de gobierno, pero en particular al municipal y al estatal, para que tomen cartas en el asunto, y si van a establecerse los retenes, que sea con el acompañamiento de las autoridades y con personal de salud que certifique la aplicación de los protocolos sanitarios.
“El gobierno municipal y el del estado se hacen de la vista gorda y ni Salud está (en los retenes). Hay una campaña de quédate en casa, se habla de apoyos a la gente, pero lo que necesita la gente son víveres y poder trabajar, porque si no lo hacen nadie les da nada. En el asunto de los bloqueos en algunos casos no son realmente los pobladores quienes están organizándolos, incluso hay bloqueos con gente armada y hay mucha prepotencia, no hay sensibilidad”, dijo.
En Atoyac, están bloqueadas las vías que llevan desde la cabecera hacia El Quemado, al Paraíso, a Rincón de Las Parota, a Los Piloncillos y La Remonta, y a Pie de la Cuesta. En todos, la consigna es que nadie sale ni nadie entra. Si un habitante de estos pueblos requiere ir a la cabecera municipal, ya no puede regresar y debe rentar allá o quedarse con familiares, pero incluso la psicosis es tanta, que ya ni entre familiares se quieren prestar espacios para recibirlos en otra casa.
“Hay desacuerdos en los pueblos, porque no pueden cerrarle el paso a la gente que va a trabajar, a regar sus plantas o a darles de comer a sus animales; y el gobierno hace oídos sordos, se hacen como el Tío Lolo, que la gente haga lo que tenga que hacer y para ellos mejor, pero es su responsabilidad, no es responsabilidad de los pueblos, los animales que se mueran, las plantas que se pierdan, es responsabilidad del gobierno municipal, estatal y federal”, añadió.
Remarcó que debe haber un acompañamiento del gobierno en los retenes si es que se van a permitir por la pandemia, para que haya más flexibilidad, y no solo sea gente improvisada que con una bocinita ande obligando a los demás a no salir de su comunidad.
“La gente que está ahí actúa –dijo- con mucha prepotencia. Amenazan con tablear a los que salgan, pero eso no es la gente organizada social, no son los pueblos. No estamos de acuerdo en la prepotencia que hay y la forma en que los tratan. Hay una soberbia muy desmedida, hay una forma de parar a la gente y decirles no salgas, pero sin violentarlos”.
Señaló que la gente “no se puede quedar en casa nada más, sin comida, la gente del campo el único sustento que tiene es lo que produce el campo, y si no sale a cosechar se va a morir de hambre”. Además, señaló que en Atoyac hay trabajadores que no pueden dejar de trabajar, como los de Protección Civil o policías municipales, e inclusive quienes trabajan con empresas que no les permiten hacer trabajo en casa como Elektra o Coppel, y que tienen que desplazarse todos los días desde sus comunidades a la cabecera.
Consideró que eso debe ser posible como en otras partes del país, siempre cuidando la sana distancia y siguiendo las medidas de higiene que recomienda el gobierno federal.
Sin embargo, señaló que como no se permite entrar ni salir, “la gente tiene que entrar por el monte, pero ahora además la gente cierra sus puertas a sus propios familiares, ya no te dejan entrar en casa de un familiar”.
Mesino Mesino hizo un llamado a los tres niveles de gobierno para que se responsabilicen ante esta situación y también demandó que se rehabiliten los centros de salud que están abandonados en la mayor parte de la sierra, y que en la entrega de apoyos no solo consideren a los adultos mayores de 70 años, sino también a la población de menor edad porque la situación económica es igual de desesperante para todos.