• En el festejo por el Día del Maestro, una profesora camina sobre las fotografías de los 43 normalistas de Ayotzinapa
• Sorprende el MPA el festejo y coloca una protesta
HERCILIA CASTRO /
Zihuatanejo, 15 de mayo. Afuera del ayuntamiento la protesta estaba, 42 fotografías de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa el pasado 26 de septiembre recibían a los festejados. Pero “hoy no es un día de fiesta, nos faltan 43 futuros maestros”, decía Lorena Gamboa de La Cruz, integrante del Movimiento Popular Azuetense (MPA).
Este 15 de mayo, Día del Maestro, el típico festejo que hace el municipio fue sorprendido por el MPA, sus integrantes (y también profesores) pusieron sobre la entrada de ese edificio las 42 fotografías de los normalistas desaparecidos en la noche triste de Iguala, el 26 de septiembre pasado, a la vez que daban separadores de libros.
“Feliz Día del Maestro. 43, ellos nunca festejarán un 15 de mayo. Movimiento Popular Azuetense. Porque la lucha es justa, que la victoria sea de todos”, decía la leyenda de los separadores.
Algunos se detenían a tomarle fotos a los estudiantes desaparecidos, otros pasaron de largo, otros más mirando de reojo, y una profesora pasó caminando sobre los rostros de los muchachos, presurosa por la fiesta.
El profesor Celestino Morelos Martínez opinó que él pidió permiso para tomar fotografías de cada uno de los rostros, pues se encuentra escribiendo un libro sobre la normal de Ayotzinapa y sus luchas.
Expresó que hay una negativa por parte del gobierno de dar respuesta sobre el paradero de los muchachos “los jóvenes no están muertos, no hay evidencia de que fueran quemados, no hay porque para quemar 43 cuerpos humanos se requiere mínimo unas 30 horas de lumbre y no hubo tal fogata en Cocula, nadie la vio, nadie la vio”.
Señaló que aunque se ha dicho que los jóvenes normalistas fueron entregados al grupo delictivo pero “ya no nos tragamos ese cuento y lo más seguro es que el mismo gobierno los desapareció. Lo mismo que hicieron en la guerra sucia, allá en los 70, tanta gente desapareció fácilmente. Aquel fatídico y tristemente y célebre general Arturo Acosta Chaparro, el asesino de mucha gente en Guerrero, desaparecidos, así mismo desaparecieron a estos jovencitos”.
“A mí me contorsiona esto porque yo egresé de la normal de Ayotzinapa, y la verdad duele, duele mucho lo que le hicieron a estos jovencitos que tenían un mes en la escuela, eran de nuevo ingreso y los desaparecieron. Creo que quienes lo hicieron no tienen madre, la verdad”, dijo.
Manifestó que el acto se reprueba pues no se respetó el dolor de familiares, y “yo como padre de familia me pongo en sus zapatos, no sé, es difícil describir todo ese sufrimiento y como ciudadano, lo repruebo rotundamente, estamos cansados de este sistema corrupto. Un sistema político que tenemos en México, basado en el asesinato de gente inocente sólo por mantenerse en el poder. Iban a ser maestros para dar clases a sus alumnos y mejorar a los niños guerrerenses”.
Aparte, el profesor Reynaldo Gervasio Medina dijo sentirse culpable por festejar “un sentimiento de culpa, mínimamente todos los compañeros de conciencia debimos de pararnos aquí, siquiera para hacer una plegaria, una voz de protesta, inclusive observar a estos muchachos pero nos ciega más el hambre, nos vamos derecho hacia el recinto donde se va a llevar la fiesta en vez de quedarnos, reflexionar, de pedir por ellos, de pedir justicia, de creer que estos muchachos hubiesen sido en un futuro alguien que hiciera algo por México, porque desgraciadamente ellos fueron víctimas del sistema y al ser víctimas del sistema se convierten en mártires”.
“Nos faltan 43, y creo que este papelito que dieron ahí (el separador), que dice que hubieran sido, no leí bien, debería hacer una reflexión, que por qué pasó eso, que no hubiese sucedido si tuvieran otro tipo de vida esos estudiantes”, dijo.
Ahondó que la Federación está empecinada en hacer creer que la educación privada es mejor que la pública, y decidido a acabar con ésta “le hace ver a la gente que la educación pública ya no es opción, le apuesta a la educación privada, entonces erróneamente y malamente no se da cuenta que la gran mayoría del país, no puede pagar educación privada”.
En eso, la escena de la profesora que pasa sobre las 42 fotografías de los desaparecidos aparece, y el profesor boquiabierto, sólo atina a decir “…Qué bárbara, qué bárbara….Es lo que te digo, que estamos desesperados por ganar un lugar para tomar un refresco, no reparó en pasar por encima de estos muchachos, híjole”.
Sobre la protesta, la profesora Gamboa de la Cruz expresó que la idea es que los propios maestros no se olviden de Ayotzinapa, aunque acepta que a casi ocho meses, hay aceptación pero sólo dicen “sí, sí te apoyo, estoy contigo en la lucha” pero no participan demasiado.
Adentro el maestro de ceremonias pide que los festejados se esperen, van a rifar un refrigerador, una estufa para que cocinen las maestras “mejor los maestros, que ahora ellos cocinan porque las profesoras ya no lo hacen”, dice en relajo.
Continúa la música con un “Ay amor mío, qué terriblemente es estar vivo sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido, sin tu latido”, y afuera, la protesta.
