ROBERTO RAMÍREZ BRAVO
Acapulco, 27 de septiembre de 2020.
Dos partidos políticos enfrentarán, en la próxima elección, la disyuntiva de desaparecer o de consolidarse, al menos en el ámbito local.
Se trata de Movimiento Ciudadano, el instituto político que creció al amparo del empresario Luis Walton Aburto, y del Partido Encuentro Solidario (PES), nueva versión del desaparecido Partido Encuentro Social, que en la elección pasada perdió su registro por insuficiencia de votos.
Para ambos institutos políticos, la elección se presenta sin medias tintas: todo es ganar o perder, y sus dirigentes lo saben, y por ello han puesto sus mejores esfuerzos en estrategias que les permitan salvar el escollo.
En el caso de MC, en la elección de 2018 no obtuvo ningún diputado local por mayoría, y solo uno de representación proporcional; y en cuanto a las alcaldías, solamente obtuvo el triunfo en tres. El tema fue recientemente abordado por el dirigente nacional Dante Delgado Rannauro y comunicado a los otros partidos con los que mantiene una alianza, es decir, el PAN y el PRD, para dar por cerrada la posibilidad de armar en la entidad un frente opositor.
El tema de Guerrero es un asunto de preocupación para la dirigencia nacional, pero al mismo tiempo de reto. La posibilidad de ir solos a la contienda se convirtió también en una necesidad, sabedores de que, al haber desechado su anterior alianza con el entonces líder de Morena y actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la figura de MC se desdibuja, como ya se vio en 2018.
En ese contexto, fue como surgió hace unos días la figura de Armando Ríos Piter como eventual opción salvadora. Aunque Luis Walton siguió manteniendo cierto control dentro de MC en el estado, a través de personajes que le son fieles, la dirigencia nacional vio su ausencia como un asunto delicado. Por una parte, se sintieron huérfanos, y por otra, enojados con el que se fue. Pero Luis Walton había manejado a este partido con la clara estrategia de que no creciera en él ninguna figura que le hiciera contrapeso, y lo que quedó fue un partido fantasmal, que ahora buscan recuperar a toda costa.
Tras la salida del ex alcalde, era necesario buscar figuras que llenaran ese vacío, y alguien les sugirió a los de MC que Ríos Piter podría ser la persona adecuada. Sin embargo, a pesar de la trayectoria del político tecpaneco, más que esperanzas, su llegada ha generado una disputa interna entre el dirigente estatal Adrián Wences Carrasco y el municipal de Acapulco, Julián López. No es un pleito, valga decirlo, sino una rebatinga entre ambos para ver quién aprovecha mejor la figura de Ríos Piter.
Julián López, por ejemplo, quiere aprovechar que Wences vive fuera de Guerrero, y que ha tenido descuidado al partido, para imponer a Ríos Piter a la candidatura por la alcaldía de Acapulco, con la intención de que jale los votos para el puerto y a él le pueda dar la oportunidad de una diputación plurinominal. Wences, en tanto, quiere que el Jaguar recorra el estado y jale los votos hacia los demás municipios y el Congreso, pues es lo único que podría salvar a MC de la bancarrota y la pérdida del registro en la entidad, sabedor de que quien atrae votos estatales es el candidato o candidata a la gubernatura, no a las alcaldías.
Mientras ellos se enfrascan en el jaloneo, Ríos Piter busca ubicar cuál es la alternativa que a él le convenga más. Por eso no ha dicho con claridad si quiere ir por Acapulco o si buscaría ahora sí la candidatura al gobierno del estado. De acuerdo con fuentes internas, habría planteado un amarre seguro en el sentido de que si no gana -lo cual es probable- con la candidatura en la que se enliste, se le garantice una diputación federal plurinominal.
Pero Wences, dicen los informados, le ha dicho que no, pues la número 1 de ese partido la quiere para sí mismo.
El caso del PES es un poco diferente. Para empezar, ambos están en bandos opuestos, pues MC tiene la cercanía con el frente antiAMLO, y el PES, con la alianza que llevó a López Obrador a la presidencia de la República.
También es diferente, en cuanto el PES está partiendo de cero, y en lugar de ir en caída, va escalando estrategias para salir adelante. Al menos, su dirigente Marco Antonio Santiago está trazando una ruta para atraer liderazgos ya consolidados que no encontraron ruta en otros partidos, de hacer alianzas aquí y allá, y de buscar acercamientos con movimientos sociales.
Como es su primera elección, el PES no puede hacer alianzas formales con otros partidos, y no puede darse el lujo de ir en una alianza de facto que le quitaría todos sus votos. Por eso andan en la búsqueda de candidatos que puedan representarles una posibilidad de triunfo en las urnas y van tejiendo alianzas a ras de suelo, en comunidades y colonias, con gente del campo y de las zonas urbanas.
El problema es dónde encontrar esos candidatos, y quizá su oportunidad esté en aspirantes de Morena que, en el caso de una eventual ruptura, quieran ser postulados por un partido aliado de la 4T, pero eso es difícil. Lo que parece un hecho es que el PES está dispuesto a dar sorpresas en lo que viene, porque sus dirigentes tienen claro que en la elección que vienen tendrán que apostarlo todo.