ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
Acapulco, 28 de septiembre de 2020.
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dijo en una conferencia mañanera que quienes sean funcionarios públicos -al menos en el caso de Morena- y quieran ocupar un cargo de elección popular en la elección de 2021, deben renunciar a más tardar el 30 de octubre.
No es que en rigor se trate de una disposición legal, porque al menos en el caso de Guerrero, el Congreso aprobó que quienes aspiren a un cargo de elección y este sea el mismo que ocupan, es decir, cuando se trate de una reelección, no están obligados a renunciar, salvo que se trate de cargos en los que se estén manejando recursos públicos.
Pero mientras sean peras o manzanas, la definición presidencial ha generado una serie de inquietudes, sobre todo específicamente en el caso de la presidencia municipal de Acapulco, que es el cargo más importante hasta este momento, después del de gobernador del estado, ya que en este solo municipio se gobierna a un tercio de la población estatal.
Por eso es un enigma cuál es el futuro inmediato de la presidenta municipal Adela Román Ocampo. Por lo pronto, se sabe que su suplente, la abogada Matilde Testa, ha hecho gestiones con diputados locales para recordarles que ella es quien fue electa en la fórmula para sustituir a la alcaldesa en caso de que esta se ausente. Otros nombres empiezan a escucharse en torno a la posibilidad de quién pudiera sustituir a Román Ocampo.
Pero a la hora de las especulaciones, vale detenerse en ver primero cuáles son las opciones para ella, la presidenta municipal. Para quienes quieren adelantara vísperas, he aquí algunos escenarios posibles:
Uno, la gubernatura. La posibilidad de que Adela Román deje el Ayuntamiento por la candidatura al gobierno estatal pasa por el hecho de que Morena decida llevar a una mujer al gobierno del estado. La posibilidad está en que en 2015 esta candidatura fue para un hombre y esta ocasión podría corresponder a una mujer. La dificultad, está en que Guerrero es uno de los estados donde Morena tiene un puntero claramente definido, y es varón. Pero si fuera mujer, Adela Román podría llevar la delantera de manera visible, pues es la que ha hecho un trabajo más arduo al frente del gobierno municipal, con resultados satisfactorios pese a las dificultades en que le tocó llevar el gobierno entre herencias indeseadas de gobiernos anteriores, y la violencia política que han desarrollado en contra suya sus adversarios desde que era candidata.
Dos, la reelección. Si fue la primera mujer en ganar una elección para gobernar Acapulco, también podría ser la primera en reelegirse como alcaldesa. Esta posibilidad entraña un reto importante: cómo sortear las críticas a ras de piso por los problemas que no se pudieron resolver en el período 2018-2021, por ejemplo, el de la distribución de agua a las colonias; pero al mismo tiempo, es una oportunidad, porque un segundo período podría dar un margen mayor, asumiendo lo caminado en el primer tramo, y la experiencia que ello va dejando, para ofrecer resultados más concretos. Lo cierto es que Adela Román demostró que puede tomar decisiones en los momentos de crisis, como lo fue ante la pandemia, y resolver problemas de largo aliento, como el pago al Infonavit, a Hacienda y al Issspeg, que gobiernos anteriores ignoraron. Por ello la posibilidad de que busque reelegirse tampoco debe darse por descartada.
Tres, la diputación federal. Aunque hasta ahora esta posibilidad no ha sido mencionada en corrillos, es algo que no tiene por qué dejarse fuera. Román Ocampo es una mujer preparada, con conocimiento del derecho, con experiencia en el gobierno y con cercanía a los problemas sensibles de los ciudadanos, principalmente los marginados. Por ello sería una buena pieza en el Congreso para apuntalar legislativamente a la Cuarta Transformación. No hay que olvidar que en este momento político el Congreso federal es clave en el proyecto del gobierno federal, y Adela Román sería una buena defensora del mismo.
Cuatro, terminar el período. Si bien los escenarios anteriores dan cuenta de las posibilidades de una mujer que ha sido parte de los tres poderes del Estado, el Legislativo, Judicial y el Ejecutivo (al haber sido diputada local, magistrada y alcaldesa), tampoco se debe descartar la posibilidad de que decida no tomar ninguno de estos caminos y centrarse en cerrar su gobierno hasta su conclusión. Al final, también es parte de un compromiso con sus electores terminar el período para el que fue electa. Tiene el derecho constitucional, y legítimo, de pedir licencia para ocupar otro cargo, pero también puede, si así lo determina, concluir el período. Si se decidiera por esta última opción, tendría la oportunidad de dar el último jalón a su gobierno, y podría ver los resultados del trabajo de estos dos años.
Lo cierto es que cualquiera que sea la opción que decida elegir la alcaldesa de Acapulco, se podrá conocer antes de que termine el próximo mes. Hay que recordar que la presidencia municipal sí es un cargo que maneja recursos públicos, y, por tanto, si quiere buscar otro cargo debe pedir licencia. Pero también si decide no hacerlo, se sabrá antes de que termine octubre.
Ya será otro tema, ver quiénes se apuntan para sustituirla, y por cuánto tiempo podría ser esa licencia. Por lo pronto, el proceso electoral en ciernes obliga a evaluar los distintos escenarios posibles.