CITLALI CALIXTO /
Acapulco, 07 de febrero de 2021.
El 2 de febrero se dio a conocer una noticia esperanzadora en estos tiempos de oscuridad: la posibilidad de registrar a las personas de la tercera edad para recibir la vacuna contra el Covid-19. Esto corresponde a la segunda fase de vacunación de acuerdo al plan gubernamental. Recordemos que en México hay más de 15 millones de personas que pertenecen al sector de adultos mayores, razón por la cual el registro para algunos está siendo difícil de obtener. Sin embargo, la página funciona a pesar de la saturación y en los días que siguen será posible que la mayoría de nuestros familiares pertenecientes a este sector queden registradas/os para su cita personalizada.
Aún existen muchas preguntas sobre dicho plan y sobre la vacuna, pero me gustaría abordar dos cuestiones. La primera trata sobre el manejo gubernamental de las vacunas y el lugar de la iniciativa privada. Desde que se anunció el plan de vacunación ha habido quienes consideran que sería mejor que estas estuvieran a cargo de la iniciativa privada y que la vacuna pueda ser comprada y aplicada en farmacias como ha ocurrido en otros países. Sin embargo, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sostiene en su artículo 4to que toda persona tiene derecho a la protección de la salud. Es decir, la vacuna debe ser gratuita. Por otra parte, el manejo por parte de las autoridades garantizará que exista un control de calidad y será menor el riesgo de venta de vacunas falsas o de venderlas a precios inaccesibles para la mayor parte de la población mexicana.
Según Forbes (2021), Carlos Salazar Lomelí (presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE)), afirma que la iniciativa privada debe ser parte de la distribución y aplicación de la vacuna contra Covid-19 para agilizar el proceso y poder cubrir hasta 11 millones de mexicanos por mes. Esto sería factible si se garantizara, en primer lugar, respeto por el esquema de vacunación y, en segundo lugar, un riguroso control de calidad. Si bien la iniciativa privada puede ayudar con la distribución y logística, es importante que la salud no sea pensada como un negocio sino como un derecho que debe ser garantizado a cualquier mexicano.
La segunda cuestión es, ¿qué sigue después de la vacuna? Aunque al recibir la vacuna nos gustaría empezar a salir, ver a nuestros amigos y viajar, esto no será posible todavía. De acuerdo con un artículo de la BBC, “después de recibir una vacuna, solo estás realmente protegido al cabo de unas pocas semanas, (…). Es como si el cuerpo necesitara tiempo para «procesar» la información y reaccionar de manera apropiada”. Además, hay cuatro vacunas que requieren de dos dosis: Pfizer, Moderna, Oxford/AstraZeneca y Sputnik V. Entre la primera y la segunda dosis se estima que deben pasar alrededor de quince días. Si tomamos en cuenta esto junto con el tiempo antes mencionado “se necesitará al menos un mes y medio para que alguien que haya sido vacunado sea considerado inmunizado”.
Si algo hemos aprendido de esta pandemia ha sido la importancia no solo de cuidarnos a nosotros mismos, sino de cuidar a los demás. El cubrebocas, por ejemplo, tiene esa doble función: protegernos y al mismo tiempo cuidar a quienes nos rodean de nosotros mismos en caso de estar enfermos. La vacuna nos garantizará protección, pero mientras avancen las fases de su aplicación no debemos bajar la guardia. El plan de vacunación finalizará en marzo de 2022, una vez que se hayan vacunado personal médico, adultos mayores, personas de 50 a 59 años, personas de 40 a 49 años y el resto de la población. Durante este año no debemos dejar que la emoción sea más grande que el presente. Mantengamos las medidas de seguridad -cubrebocas, sana distancia, desinfectante, salidas limitadas- para poder salir adelante todos juntos, por ti, por mí, por todos y todas.