RAÚL SUÁREZ MARTINEZ /
Chilpancingo, 02 de julio de 2021
El triunfo de la candidata de Morena da una nueva oportunidad a Guerrero de buscar la alternancia en el poder público. Ya se tuvieron dos oportunidades anteriormente, primero con Zeferino Torreblanca y después con Ángel Aguirre, ambos postulados bajo las siglas del PRD; sin embargo, las dos oportunidades fueron fallidas, tiradas a la basura por este partido que se interesó más por los puestos burocráticos y las posiciones electorales, que por sentar una alternancia que permitiera una transición a la democracia. De hecho, varios de los dirigentes del PRD en ese entonces sostenían que la transición democrática estaba ya en marcha, cuando en los hechos ni una señal de alternancia en el poder se respiraba.
Según la definición en el diccionario, alternancia es la acción y resultado de alternar o cambiar. La definición sería interesante que se aplicara por primera vez en Guerrero. Zeferino y Aguirre gobernaron fundamentalmente con los cuadros priistas, socios y sus amigos, no abrieron la posibilidad que los viejos luchadores sociales demostraran que no solo saben organizar marchas y ganar elecciones, sino que también tienen capacidad de administrar y gobernar de manera diferente al PRIAN.
Este tema fue fundamental para descarrilar la posibilidad de la alternancia de manera inicial, pero sin duda la renuncia del PRD en ese entonces de implementar su política en el gobierno del estado con el argumento de dejar gobernar a los ya mencionados, fue la entrega de la ´plaza política en manos de los de siempre, de los que mal gobernaron Guerrero.
Por eso la importancia de que Evelyn Salgado Pineda, gobernadora electa del estado entienda que la alternancia en Guerrero significa textualmente cambiar, alternar, no significa mantener gobernante a los mismos de siempre, no significa utilizar la fuerza del pueblo para quitarle el poder al PRIAN y de manera inmediata montar a los prianistas conversos en gobernantes por Morena.
Si esto último fuera la política a implementar, sería una tercera oportunidad fallida para el estado, cuestión que sumiría a Guerrero en otra decepción y mantener un camino parecido al que siguió el PRD en su momento.
Sentar las bases de la alternancia, permitirá no tener dentro del gobierno, reticencias políticas para hacer los cambios fundamentales y poder lograr la transición democrática que tanto necesitamos.
El concepto de transición política es un proceso de radical transformación de las reglas y de los mecanismos de la participación de la competencia política, ya sea desde un régimen democrático hacia el autoritarismo, o también puede ser desde este hacia la democracia. La definición lo dice claramente, cambios radicales que en todos los sentidos de la política en Guerrero son necesarios y como apuntamos líneas arriba estos cambios no se lograran con rémoras del sistema prianistas, estos personajes serian diques que estorbarían al gobierno de Evelyn Salgado ya como gobernadora además, conociendo por experiencia política a quienes se tratan de encaramar en esta nueva propuesta de gobierno, solo serían acompañantes de paso, por algunas horas, una vez logrando su objetivo de descarrilar el proceso de cambio que eventualmente impulsaría Morena, abandonarían el barco para regresar a sus orígenes.
Si la gobernadora electa quiere ratificar su autoridad política, y mantener su bono democrático para fortalecer su gobierno, debe con decisión apostar por una verdadera alternativa y desde abajo, impulsar la transición democrática. No tiene espacio para fallar, nadie lo tiene.