* Hay casas con fracturas graves que ya se están enfilando hacia el barranco, y la calle está partida a la mitad
* Denuncian que ninguna autoridad ha acudido a verlos para conocer su situación
ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
Acapulco, 13 de septiembre de 2021. A simple vista la calle Colorines -que une a la carretera a Pie de la Cuesta, en el Tehuacán, con la colonia Jardín Azteca, se ve partida por la mitad, a lo largo. El carril que corre del lado del barranco se ve hundido, y el pavimento de la vía se ha separado del muro de contención que fue construido con ella.
Alrededor, hay varias casas -unas 20, según refieren los vecinos- con daños diversos provocados por el sismo del 7 de septiembre. Son fracturas graves en varias de ellas. Todas están del lado del barranco, y a simple vista se observa también que se están inclinando, como dispuestas a lanzarse al vacío, sobre las casas, algunas de madera, otras de tabique, que se encuentran abajo.
Toda la colonia Jardín es un cúmulo de cerros. Sobre ellas, en las laderas, hacia arriba o hacia abajo, según uno se coloque, hay casas. Viviendas que han durado muchos años, que han resistido temblores y huracanes. En la calle Colorines, esta vez, no están aguantando. Todo el cerro parece estar a punto de venirse abajo.
Seydy Sánchez, una de las vecinas afectadas, relató que las familias damnificadas han tenido que dormir en la calle, con la solidaridad solamente de sus otros vecinos que no sufrieron daños, quienes les permiten ir al baño y les dan un poco de comida. Dijo que solamente el diputado Marco Tulio Sánchez, correspondiente a este distrito, ha ido a verlos y les ofreció llevar a personal de Protección Civil, pero aún siguen esperando.
“Hay menores de edad, hay familias durmiendo fuera de sus casas, hay familias en las calles, la grieta se está abriendo más, la calle se está desnivelando y es el riesgo que nosotros corremos”, señaló. Demandó que las autoridades se hagan presentes, que los de Protección Civil vayan a sus casas para hacer un dictamen como lo han hecho en el condominio Pedregal de Cantaluna, que también fue afectado y que se encuentra cerca de aquí, en El Pedregoso.
La afectación abarca unos 100 metros aproximadamente y, en fila, una junto a otra, se encuentran las viviendas dañadas. Algunas, otras están al otro lado de la calle.
Marisol Nava Navarrete salvó la vida junto con su familia, porque cuenta que cuando ocurrió el terremoto todos se quedaron paralizados al ver que se abrían grietas en la pared y la casa se inclinaba. De haber logrado moverse habrían corrido hacia la puerta, justo donde cayó un bloque de cemento que los hubiera aplastado a todos, dice.
Su casa es una de las más dañadas. Una piedra grande la salvó de irse de una vez al barranco con toda la gente que estaba adentro, y caer sobre una vivienda que se ubica en la parte baja. La piedra quedó como cuña, y es lo que mantiene a la casa de dos niveles, aun en pie.
Presenta separación en las esquinas de las paredes e incluso el piso partido, en lo que parece a simple vista que la casa está tratando de irse al voladero.
Una segunda vivienda, de Socorro Salmerón, muestra una pared inclinada, y unos cuartos que se asentaron sobre el nivel de la tierra, y uno de los cuartos se hundió en la tierra en el mismo sitio donde se encontraba.
Una tercera vivienda fue visitada por el reportero. Es de dos niveles y presenta similares daños que las anteriores, con fisuras muy visibles, que parece la intención de separarse una parte para ir hacia abajo. Otra de las vecinas, que tiene su vivienda bajo esta casa en la inclinación del cerro, señaló que ahí vive con tres niños, y ahora no pueden regresar por temor a quedar aplastados.
La calle Colorines corre a todo lo largo de los cerros que forman esta parte de la colonia Jardín, como una avenida Escénica. Al fondo se observa el mar, y en la parte alta las casas del asentamiento construido en los años 70, durante el gobierno de Luis Echeverría Álvarez.
Las afectaciones están a escasos metros de donde se encuentra el tanque de Capama, como referencia para las autoridades que accedan a visitarlas.
Marisol Nava relató que han llamado insistentemente al 911 para reportar pero no han podido comunicarse, aunque a algunos vecinos sí les han contestado solo para decirles que de momento su emergencia no puede ser atendida porque no hay personal que se dé abasto.
Deploró que las autoridades no presten atención. En su caso, dijo que es Servidora de la Nación, pero ni así ha conseguido ayuda para el problema que enfrentan esas familias. “Cuánto tiempo va a pasar más, la calle se está abriendo, la casa ya se cuarteó, ¿qué están esperando? ¿Están esperando que ya se derrumbe todo y ya nada más vengan a levantarnos muertos? No es justo que le den prioridad a la Costera, a otros lugares, ¿y aquí, qué pasa?”, se preguntó.
En la misma zona, pero en una calle más adelante, hay otra familia cuya vivienda tiene daños similares a las de Colorines, y donde también el inmueble amaga con irse al barranco. Ahí la situación es más delicada porque ellos tienen a familiares enfermos de covid y no reciben ningún tipo de ayuda ni para la enfermedad ni para tener un lugar donde vivir.
Seydy Sánchez señaló que dadas las condiciones en que se encuentran las viviendas, no es posible volverlas a habitar, por lo que dijo que las autoridades deben ofrecerles una opción para la reubicación.
La colonia Jardín fue creada en los años 70 por el Fideicomiso Acapulco con tres secciones, Mangos, Palmas y Azteca.