* Al instalarse la Comisión de la Verdad, en representación de los comisionados, dijo que las violaciones graves a derechos humanos siguen siendo una asignatura pendiente en México
REDACCIÓN /
Chihuahua, 10 de diciembre de 2021. El vocero de las personas comisionadas expertas de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico e Impulso a la Justicia de Violaciones Graves a los Derechos Humanos entre 1965 y 1990, conocida como Comisión de la Verdad y la Justicia, Abel Barrera Hernández, afirmó que no se puede realizar el esclarecimiento histórico “sin perder de vista la situación de violencia que continúa sacudiendo a nuestro país todos los días”.
Al instalarse el viernes 10 de diciembre la Comisión, y frente al presidente Andrés Manuel López Obrador, los secretarios de Marina, Sedena, Seguridad Pública, la gobernadora de Chihuahua, así como comisionados y comisionadas de la Comisión de la Verdad, el antropólogo guerrerense señaló que “si bien es posible diferenciar entre algunas características y móviles de las violencias del pasado y del presente, es imposible no ver cómo la impunidad del pasado continúa permitiendo la impunidad del presente”.
Barrera Hernández habló en nombre de las y los comisionados y no dejó pasar el dato de que, en Chihuahua, la capital del estado del mismo nombre “las articulaciones represivas, contrainsugentes, y las violencias estatales, encontraron un terreno fértil”.
Dijo que los cinco comisionados surgieron de un proceso de selección en el que participaron la Oficina del Alto Comisionado de la ONU, la Secretaría de Gobernación, así como representantes de los colectivos de desaparecidos y sobrevivientes de la contrainsurgencia del Estado, y su responsabilidad primaria es investigar con independencia, imparcialidad y competencia, las violaciones graves a DH cometidas en la segunda mitad del siglo XX en México.
Sin embargo, aclaró que “es inevitable que las víctimas de violaciones a los derechos humanos de hoy, vean reflejada sus demandas por justicia, en las luchas que desde hace décadas han sostenido muchas de las personas sobrevivientes y colectivos aquí reunidos y reunidas. En esa medida, nuestro trabajo tiene también el compromiso por establecer una cultura de los derechos humanos para el México del presente”.
“Somos parte -agregó- de una larguísima lucha, de una travesía en la búsqueda por avanzar hacia el esclarecimiento histórico. Ustedes son parte de esta historia, de las violaciones graves a los DH ocurridos en el período conocido como la guerra sucia. No somos los primeros ni seremos los últimos de participar en este camino. Muchos, muchas, se quedaron en el intento. Somos parte de una historia de encuentros y desencuentros, de esfuerzos institucionales y no institucionales, otros fueron esfuerzos anónimos, locales, solitarios, pero siempre pujantes. Pero, sobre todo, estamos aquí, como resultado de décadas de luchas, de sufrimientos, de dolores, de colectivos, de familias víctimas, sobrevivientes e individuos que han buscado en todo momento y en todo el país, verdad, justicia y reparación. A ellos, a ellas, a ustedes, nuestro trabajo y nuestra presencia en este estado grandioso, en esta mañana, nos honra”.
Aplaudió la decisión de abrir todos los archivos de todas las instituciones públicas donde se pueda presumir que hubo violaciones graves a los derechos humanos, y celebró la presencia de los titulares de la Sedena y Marina en el acto de instalación de la Comisión, pues dijo que su presencia es compromiso y realmente interés de caminar en el sentido del esclarecimiento de los hechos.
Recordó que los trabajos de la Comisión terminarán en septiembre de 2024, pero señaló que la entrega del informe no debe ser considerado el final, sino apenas el punto de partido para “el nacimiento de una política de Estado, el punto de quiebre, de compromiso de garantía de no repetición, y el reconocimiento de una cultura de derechos humanos”.
“Pretendemos también -remarcó, en nombre de los comisionados- que este informe sea parte de un proceso de justicia, de reparación a las víctimas, y de esclarecimiento del paradero de las personas desaparecidas. Con ese fin, trabajaremos con ahínco de manera colegiada, incansable, independiente, solidaria y con toda nuestra fuerza y pasión. Tengan la seguridad que no fallaremos. Comprendemos la dimensión histórica de nuestro trabajo, y honraremos la memoria de los caídos y silenciados. Sabemos el enorme reto que tenemos, de ser un instrumento eficaz para el esclarecimiento histórico de las décadas sombrías del México adolorido”.