Tianguis Turístico recuperó la magia en casa
ISAAC FLORES P. /
Acapulco, 02 de junio de 2022.
Como en su época de oro donde por sus arenas doradas caminaban los Kennedy, la realeza europea y glorias nacionales como Cantinflas y María Félix, Acapulco se llenó de glamour, magia y color en la edición 46 del Tianguis Turístico de México.
La organización en seis meses de un evento que requiere por lo menos un año de anticipación supuso un verdadero desafío y puso a prueba la capacidad de operación y gestión de los actuales encargados del turismo en Guerrero encabezados por Santos Ramírez Cuevas.
El evento anterior se había realizado de manera híbrida y virtual en Mérida, en la península yucateca, el 15 de noviembre de 2021, cuando la pandemia aún no estaba controlada, por lo que organizar el evento turístico más importante del país con un mundo cambiado y resiliente era un reto interesante para Acapulco por el poco tiempo del que se disponía y también por ser el primer tianguis masivo luego de dos años de pandemia.
La Ley de Murphy dicta que lo que mal empieza tenderá a ponerse peor, pero aplicado a la inversa ese precepto también se traduce en que lo que inicia bien puede todavía mejorar más, y esto último pasó en el Tianguis Turístico que como hijo pródigo regresó a casa tras una larga noche aciaga y para su recibimiento se tiró la casa por la ventana.
El evento de apertura fue el preludio de una jornada histórica desde lo trivial a lo profundo, desde el adorno en un stand hasta los logros obtenidos a través de citas de negocio así como el reposicionamiento de Guerrero y principalmente Acapulco como destino turístico.
El acto inaugural en la Arena GNP, con apenas un par de conciertos y el Abierto Mexicano de Tenis 2022 en su haber, fue el aviso de que había cambiado para siempre el paradigma tradicional de recibir a los tianguistas.
Lejos quedaron aquellos actos protocolarios acartonados, donde la división de clases y selectividad eran marcadas y con un formato que se asemejaba más a una tediosa reunión de banqueros que una feria dedicada a explorar nuevas experiencias en una industria dedicada al placer y la recreación, conceptos que representan la antítesis del aburrimiento.
Sin protocolos innecesarios o áreas restringidas, la convivencia previa al acto central giró en torno a un cóctel, donde resaltó el sabor y motivos guerrerense.
El acto protocolario, presenciado por la prensa, compradores nacionales, internacionales, expositores, así como invitados especiales, sirvió para mostrar a México la nueva visión de impulsar la actividad turística de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. El aire fresco del Pacífico de esa tarde de primavera parecía ir a tono con la cosmogonía de la actividad turística que ahora se tiene en Guerrero.
La Orquesta Filarmónica de Acapulco (OFA) le dio el toque sofisticado al momento, y un mega montaje de bailes folclóricos guerrerenses llenó de magia y folclor todos los rincones del complejo.
Por su simbolismo y sincretismo autóctono, el baile de los Tlacololeros fue uno de los más espectaculares, aunque también los bailes típicos de las regiones Centro, de Tierra Caliente, y de otras más, ganaron el reconocimiento de los asistentes.
El trasladar en el tiempo a la cultura milenaria con respeto y sin mancillarla con aspectos superfluos, fue lo que ocasionó que los asistentes miraran asombrados el gran despliegue de la muestra cultural de Guerrero.
Manuel Mijares, el eterno soldado del amor, sacudió la poca solemnidad que quedaba en el lugar con un concierto muy completo con sus éxitos más conocidos, dandole a la noche un matiz moderno, casual e íntimo, como, afirman los expertos, deben ser los segmentos turísticos emergentes. La presencia del cantante mexicano conectó con el público que por un momento se sintió en una de las tantas noches inolvidables del Festival Acapulco de los ochenta.
Superada la presión del acto inaugural, se vino la especialidad de los guerrerenses: la fiesta que dio paso a una noche interminable con música, baile y calidez de la anfitrionía.
Al evento se le devolvió la magia, esa que nació allá en 1975 con la primera feria turística cobijada por estas cálidas aguas del Pacífico, las mismas olas donde 35 años antes el ofrecer cocos y pescado a la talla a los visitantes como muestra de calidez nació una actividad que hoy evolucionó en toda una industria que mueve millones de pesos y emociones.
Pero el éxito no es evento al azar, la inclusión fue la piedra angular que permitió brillar a este nuevo modelo de Tianguis Turístico. De forma sutil como el perfume del sándalo, a diferencia de las veces que solo iban los amigos de los eternos secretarios de turismo, todos los sectores de la actividad turística de Guerrero estuvieron ahí.
Fueron representados en cuerpo y esencia desde el propietario de un hotel de gran turismo hasta prestadores de servicios que día a día promueven las bondades de la única playa que tiene 365 días de sol, sin olvidar a los destinos emergentes que encontrar en este foro una ventana única para mostrar su potencial.
Pero la forma, al final, también fue fondo, porque el cambio de modelo de hacer tianguis se reflejó en lo más importante: cifras récords de citas de negocios, acuerdos, pactos de colaboración y promesas de vuelos.
En el Tianguis Turístico de México 2022,
se lograron 64 mil 950 citas de negocios, 7 mil 600 más que la última edición en Mérida; participaron mil 745 compradores, lo que respecta un 6.7 por ciento más que en la última edición realizada en la Península Yucateca.
El puerto Acapulco se colocó en segundo lugar, después de la tierra del sargazo, Cancún, y antes de la capital mexicana que será sede de la próxima edición.
Acapulco demostró a México que en el Sur sigue brillando el sol y que cada vez está más cerca su segundo aire, ese que alguna vez ya sedujo al mundo.