ROGELIO HERNÁNDEZ LÓPEZ /
Ciudad de México, 22 de junio de 2022.
-Ayúdame a recordar aquella escena en un gran hotel de Campeche cuando Alito era senador y alegremente repartía a decenas de periodistas pantallas de televisión, ventiladores, aparatos de sonido, ollas de presión, planchas y por supuesto sobres bien pachoncitos de aguinaldo —le pedí a Sara Estela Tamez, veterana reportera de izquierda. Ella tiene mejor memoria y sin dudar me refrescó datos.
A Sally, como le dicen sus cercanos en Campeche, la conocía desde mucho tiempo antes. Yo le había dedicado a ella un perfil periodístico porque había sido confidente y soporte en los últimos años del escritor y poeta comunista Juan de la Cabada, su tío abuelo.
El dadivoso
Primera estampa. Allá por diciembre de 2011 Sally me invitó a impartir una charla, más que conferencia, sobre autoprotección para colegas. Ella, el reportero Luis Armando Mendoza y otros habían organizado una reunión con más de 30 reporteras y reporteros en una casona de la capital.
En aquellos días yo era Coordinador de Protección de la Casa de los Derechos de Periodistas e integrante del grupo de redactores civiles, en el Senado de la República, de la Ley de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, ley que entraría en vigor al año siguiente.
A la hora de la cita para la plática solo habían llegado algunos de las y los colegas invitados.
¿Qué pasó?, nos preguntábamos. Alguien de los recién llegados comentó que quizá estaban en el Hotel del Parque. Suspendimos la conferencia-charla por la poca asistencia y nos encaminamos al hotel. Y efectivamente allí estaban decenas de colegas.
Bullía de gente la gran área conjunta del lobby y restaurante. Decenas de periodistas hacían fila para recibir un sobre “pachoncito” y luego salían al estacionamiento a donde estaban dos pequeñas camionetas blancas (tipo Estaquita) atiborradas de cajas con aparatos electrónicos y enseres domésticos. Regresaban sonrientes y algunos buscaban al regalador para agradecerle.
El senador Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, ya motejado como Alito, se había ubicado en el punto más visible entre el restaurante y el lobby, intercambiaba anécdotas y risas con Alberto Arceo, el propietario del hotel y también del influyente diario local Tribuna,
Cuando este reportero miraba con sorpresa toda la escena general se me acercó, para saludar sincera y afablemente, un viejo conocido, Jorge González Valdez (a quien yo también confianzudamente llamaba «la piraña»). Jorge era un influyente reportero de política y ya había alcanzado el puesto de Director Editorial de Tribuna.
–Ven –me dijo—, te voy a presentar al dueño del periódico y al senador.
–Senador, te presento al periodista Rogelio Hernández que vino de la Ciudad de México para impartir una conferencia de autoprotección a periodistas…
Alejandro Moreno, en automático y sonriente extendió la mano izquierda mientras que, con la derecha hizo una seña para que se acercara un auxiliar que cargaba una especie de cajón de escritorio con sobres “pachoncitos” en tres hileras.
–Dale lo suyo al periodista —ordenó. Cuando el portador del cajón me ofreció un sobre lo atajé y me dirigí al Senador:
–Espera, espera. Yo no vine a eso ni vendría. Yo tengo otra visión de la relación entre periodistas y políticos. Si mis colegas aceptan ese trato es muy su conciencia. Pero sí te pido un favor: ¡No los formes! Eso hace más indigno hasta los regalos.
Jorge el periodista miraba esa escena, se sonrojó y se alejó varios pasos. Entonces Alito le dijo a su subordinado.
–¡No eso no te dije! ¡Dale la información que les trajimos a los periodistas! –Viró e inició plática con la persona más cercana.
Este reportero y Jorge el director de Tribuna nos dirigimos a la alberca.
–Creo que ya te afecté –le dije un tanto preocupado.
–El Senador es así. No te preocupes—me respondió y nos despedimos cordialmente.
Después otros colegas me comentaron que Alito andaba en campaña -quiere ser gobernador, pero como están las cosas a lo mejor consigue una diputación federal. Lo fue de 2012 a 2015 y su siguiente logro fue de gobernador, luego diputado federal otra vez y presidente nacional del PRI.
El legislador
Aquella estampa revivió en estos días de junio de 2022 porque Alejandro Moreno Cárdenas ha estado en noticias de primera plana y comentarios, primero por la difusión de grabaciones con expresiones, muy suyas y sinceras, que difundió la actual gobernadora de Campeche.
En una de estas grabaciones se le escucha: “Yo siempre lo he dicho, el hijueputa que se pase de verga, una verguiza salvaje. Nomás te voy a dar un dato: a los periodistas no hay que matarlos a balazos, papá, hay que matarlos de hambre…”
Después siguió en la agenda mediática, tanto por los resultados electorales que ha obtenido su presidencia partidista y por las peticiones de expresidentes de su partido para que renuncie.
En ese contexto sorprendió, por lo menos a este reportero, la otra estampa de Rafael Alejandro Moreno Cárdenas del tipo de relación que quiere con las y los periodistas. En su carácter de diputado federal presentó el 15 de junio, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, una propuesta muy ambiciosa.
Propuso una iniciativa de ley que eliminaría al mecanismo federal de protección actual para crear la Comisión Nacional de Protección a Periodistas con carácter autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio (como la CNDH), que intervendría también para mejorar sus condiciones de trabajo, su independencia y hasta su ética profesional; también se quiere crear un registro o padrón nacional de periodistas.
Más aún, tres días antes, el 12 de junio, los coordinadores de su fracción parlamentaria en la Cámara de Diputados, anunciaron que ya tenían listas otras dos iniciativas de ley, distintas a una anterior que habían propuesto de adiciones a la ley federal del trabajo. Son tres iniciativas, afirmaron, que ayudarán a los periodistas agredidos o precarizados. Alito hizo valer su mando como presidente del PRI para presentar con su nombre y firma la de protección a periodistas,
Tantas propuestas y en tan poco tiempo para atender los problemas de las y los periodistas nunca antes las había presentado el PRI cuando estuvo en la Presidencia de la República. Ahora no tienen viabilidad solo con sus votos en el Congreso de la Unión y tampoco sumando los votos de sus aliados.
En la revisión de la iniciativa de Alejandro Moreno se perciben párrafos completos de la actual ley de protección federal y además deja fuera a las personas defensoras de derechos; contiene párrafos completos de la actual ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH); tiene párrafos completos de otros ordenamientos de carácter administrativo con los criterios que deben cumplir quienes ocupen la Presidencia, la Secretaría Ejecutiva, el Consejo Consultivo y el órgano interno de control para esa comisión nacional que propone.
Para quien ha seguido los diálogos con periodistas y defensores de derechos que realiza la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Segob para crear una ley general y ya no solo federal, coincidirá en que mayoritariamente se ha rechazado la creación de un órgano autónomo porque carecería de la fuerza legal necesaria, tanto para empujar a todos los niveles de gobierno a que cumplan con su obligación de proteger, como para coordinar a las fuerzas de seguridad en casos urgentes y a otras instancias de gobierno para la aplicación de programas complementarios.
La iniciativa de Alejandro Moreno también parece haber tomado varias propuestas que periodistas activos han hecho en los ocho diálogos por la nueva ley. Por ejemplo, ampliar el concepto de protección para que deje de ser meramente reactiva sino de protección integral para prevenir y disminuir vulnerabilidades de periodistas tanto laborales, como profesionales y de creación de empleos; por ejemplo, crear un observatorio nacional de previsión capaz de hacer mapas de riesgo, tipologías de agresores y de agredidos.
Este reportero preguntó a dos expertos en protección y derechos humanos sobre la propuesta de Alejandro Moreno y coincidieron en la apreciación que es otra acción política de Alito, que quiere fortalecerse como presidente del PRI; que su propuesta no tiene viabilidad en esta legislatura: que es un canto de cisne para conseguir simpatías de periodistas y empresas de medios y que, en última instancia, es una mea culpa por lo que no hizo PRI por las y los periodistas cuando estuvo en el gobierno federal.
Dos estampas de Alejandro Moreno con y para periodistas. ¿En cuál Alito ha sido más real y sincero?