REDACCIÓN /
Acapulco, 20 de noviembre de 2022. A un año de haber asumido el cargo, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha iniciado una transformación en distintos rubros de la vida estatal que todavía no empiezan a ser del todo comprendidos, ni dimensionados, pero que ahí están, a la vista.
Tiene en su haber personal varios ingredientes que por sí mismos generaron la esperanza de cambios sustanciales: es la primera mujer en gobernar el estado; es la primera en llegar al poder sin haber militado antes más que en la izquierda; es la más joven titular del Ejecutivo en la historia del estado; y es la primera en llegar como propuesta de la Cuarta Transformación.
Razones, pues, había y hay para esperar un cambio.
A un año, ¿dónde se está viendo ese cambio?
Para empezar, en el tema de las mujeres. Aunque el tema de la despenalización del aborto es competencia del Congreso, es obvio que para aprobar esta polémica reforma se requirió del estímulo de quien gobierna el estado. Por eso esta fue una primera prueba de fuego que su gobierno sorteó prácticamente sin inmutarse.
Los esfuerzos institucionales del gobierno en general (Salud, Semujer), por llevar a término el proceso de interrupción legal del embarazo, es una muestra de que no se trataba solo de una fórmula legislativa, sino de una política real de protección a la mujer.
Pero además, su decidido combate a la venta de niñas y la prohibición de los matrimonios con menores, ha visibilizado el problema y ha generado reacciones positivas en autoridades comunitarias, que muchas veces han actuado de manera permisiva con el argumento de que son usos y costumbres de los pueblos originarios.
Más en el tema de las mujeres: se creó una alerta violeta para reaccionar en las primeras horas por la desaparición de una mujer, lo que vino a cubrir un hueco legal en la Fiscalía General del Estado, que por ley debe esperar 72 horas antes de empezar a buscarla. La búsqueda temprana de la Alerta Violeta, en cambio, ha dado como resultado la localización pronta de casi la mayoría de casos que se han reportado.
Se creó en Acapulco y en Chilpancingo la opción del transporte rosa, exclusivamente para usuarias del servicio; y se incrementaron los recursos para programas sociales a madres solteras; y se ha declarado un combate frontal al feminicidio y a la violencia de género.
Al final, ¿de qué trata todo esto? ¿De la suma de programas hacia el sector femenil? No. Lo que Evelyn Salgado está tratando con todas estas acciones, es de cambiar el chip. Es cambiar la mentalidad. Es que la sociedad en general comprenda, asuma y actúe conforme a la idea de que ninguna mujer debe aceptar, y ningún hombre debe ejercer, violencia contra ellas. Cambiar la mentalidad, cambiar la perspectiva. Eso es transformación, no quedarse en un simple cambio.
Apenas es un año, pero, en este rubro, la transformación va caminando, y podrá consolidarse en los cinco que faltan.
Otro rubro es de la agenda social. A diferencia de gobiernos anteriores, tanto del PRI como del PRD, la forma de establecer la gobernabilidad fue la cooptación de líderes. En este momento en la base social de muchos movimientos hay un debate interno, entre quienes impulsan la movilización radical y quienes ven excesivo ese radicalismo cuando hay un gobierno emanado de sus propias filas, y la sospecha, a querer o no, de que el radicalismo obedece a que, justamente, se han retirado privilegios para algunos de sus dirigentes. Lo cierto es que Evelyn Salgado ha roto paradigmas en eso, al irse a meter al centro de los conflictos, como hizo con la Ceteg, y ofrecerles diálogo, sí, pero diálogo público y abierto. Diálogo sin chantajes, y voluntad para ir solucionando.
Cambiar esta mentalidad va a ser algo difícil, pero hasta ahora Evelyn Salgado se ha mostrado dispuesta a hacerlo, con autoridad moral, y hacia adelante.
La transformación es un proceso, es algo que está comenzando y solo hasta que se termine se podrá ver a dónde llegó, e incluso puede ir más allá de este sexenio. En próximas entregas continuaremos con este tema.
VERICUETOS
EVODIO VELÁZQUEZ AGUIRRE mantiene en la cola de camiones urbanos de Acapulco una campaña -iniciada hará unos dos o tres meses- para recordar a los acapulqueños que, ¡oh, sorpresa!, él sí gobernó bien… Lo hace aprovechando las penurias del gobierno de Adela Román en sus postrimerías, afectado por la pandemia, y las desventuras de su sucesora Abelina López Rodríguez… La apuesta es simple: si sus sucesoras enfrentaron (Adela) y enfrentan (Abelina) una diversidad de problemas, y a eso se le suma la desmemoria del ciudadano, eso significa que ya está en posibilidades no solo de levantar la cabeza, sino de volver a buscar un cargo público, que podría ser otra vez la alcaldía, o algún otro. ¿Será?… EL EX RECTOR DE LA UAGRO, Javier Saldaña Almazán, se dejó ver en la Asamblea Estatal del Fredeuag, la semana pasada, en un acto que fue calificado por propios y extraños como un virtual destape para la rectoría por tercera ocasión. El caso de Saldaña es muy particular, porque proviene de la organización fundada por Rosalío Wences Reza, impulsor de la izquierda en la Universidad, fundador del PRD y primer presidente de este partido en el estado, no obstante lo cual su participación fue más en el PRI, primero acompañando a Manuel Añorve Baños, y luego haciendo campaña con universitarios en favor del priista Héctor Astudillo en 2015; y en 2021 se sumó a la campaña del morenista Félix Salgado y de la ahora gobernadora Evelyn Salgado Pineda. Algunos lo querían ver en la alcaldía de Acapulco, pero es cierto: Javier Saldaña lo que quiere es regresar a la Universidad.