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Morelos: el drama de las 150 inhumaciones clandestinas de la Fiscalía

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* Colectivos de familiares con desaparecidos demandan a la PGR identificar los restos

* La existencia de la fosa común se supo por el tesón de una madre por encontrar a su hijo secuestrado en 2013

* El Semefo no contaba con permisos del ayuntamiento ni medidas sanitarias, acusan

REDACCIÓN    /

Cuautla, Mor. 6 de noviembre de 2015. Sin contar ni siquiera con una licencia de panteón, mucho menos licencias sanitarias y ni siquiera un padrón de qué estaban sepultando, la Fiscalía General del Estado de Morelos inhumó 150 cuerpos humanos en un predio abandonado que utilizó como fosa común, en la comunidad de Tetelcingo, municipio de Cuautla.

El dato está siendo ampliamente conocido en el país debido a la denuncia una madre cuyo hijo fue hallado sepultado en ese lugar.

Se trata de María Concepción Hernández Hernández, quien después de una intensa búsqueda encontró ahí el cadáver de su hijo Óliver Navarrete Hernández, quien llevaba ocho meses de haber sido sepultado.

Todavía quedan otros 149 cadáveres que no han sido identificados.

Por ello, tras haberse conocido la ubicación de esta fosa común, que en cierto modo puede señalarse como fosa clandestina ya que no cubría los requisitos mínimos legales y sanitarios para operar, ni era del conocimiento público su existencia, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos recomendó a la Fiscalía, que encabeza Javier Pérez Durón, establecer los mecanismos precacautorios para que evitar que el predio donde se realizó el hallazgo pueda ser alterado, y pueda afectarse la identificación de los restos.

De acuerdo con el criminalista de campo que acompañó a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Leobardo Alcántara González, es evidente que los cuerpos fueron sepultados sin seguir ningún protocolo internacional para enterrar cadáveres y se utilizó para ello un predio que ni siquiera tiene barda, lo que eventualmente podría generar un daño a los restos que ahí se localizan.

El año pasado, el 9 de diciembre, a las 4 de la madrugada, personal de la Fiscalía inició la búsqueda del cadáver de Óliver Navarrete, mismo que fue localizado después de que se tuvo que desenterrar a los 150 cadáveres que ahí se encontraban  sepultados en dos fosas clandestinas.

Sin embargo, este viernes 6 de noviembre, cuando se hizo una inspección en el lugar, no se tenía certeza respecto al número de cadáveres que realmente se encuentran ahí, ya que ha pasado casi un año de que se descubrió este cementerio clandestino, cuando iban 150.

Concepción Hernández, la madre de Óliver, relató que ella hizo una promesa en la tumba de su hijo, cuando ya lo sepultó legalmente, de dar a conocer la existencia de esa fosa común en Tetelcingo, para que los miles de familiares que buscan a alguno de sus integrantes desaparecidos, puedan descartar si se encuentran ahí o no.

Relató que en el caso de su hijo, éste fue sepultado como desconocido a pesar de que había un expediente abierto, con el número 1791/2013 a pesar de que estaba plenamente identificado y reclamado por ella, no obstante lo cual los trabajadores del Servicio Médico Forense lo sepultaron de esa manera.

En estos momentos, al menos 32 colectivos de personas con familiares desaparecidos se han organizado para demandar a la Procuraduría General de la República que se abran esas fosas clandestinas y se identifique a las víctimas que ahí fueron sepultadas.

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