MARISOL WENCES MINA /
Acapulco, 29 de diciembre de 2023. Daysy Ozuna Rendón es psicóloga y coordinadora de Espacio Amigable, una iniciativa de la Fundación Juconi y UNICEF que busca brindar apoyo emocional y recreativo a los niños, niñas y adolescentes afectados por el huracán Otis en Acapulco. Conversamos con ella sobre su labor, los retos y los logros de este proyecto que lleva más de tres semanas en funcionamiento.
- ¿Cómo surge la idea de crear Espacio Amigable y qué objetivos tiene?
- Bueno, a partir de lo sucedido por el huracán Otis, que causó muchos daños y pérdidas en esta zona, la fundación, cuya base está en Puebla y que está asociada con UNICEF, decide crear estos espacios en lugares donde hay situaciones de riesgo. Son espacios seguros para niños, niñas y adolescentes que están en situación de vulnerabilidad y que necesitan un acompañamiento psicosocial. Estamos trabajando aquí desde hace más de tres semanas; ya se echó a andar este espacio, en este lugar, en la ciudad Renacimiento. Lo conocemos como Renacimiento 1, porque hay otro espacio también, espacio amigable, en otra área de aquí mismo de Renacimiento.
- ¿Qué tipo de actividades realizan con los niños y niñas y qué beneficios les aportan?
- Lo que trabajamos en espacios amigables son actividades no académicas, no educativas, sino actividades extracurriculares, actividades de arte, actividades de música, actividades de baile, actividades de manualidades, juegos, deporte. Son actividades meramente recreativas y lo que queremos evitar es que exista en los niños el estrés, un estrés postraumático por lo sucedido con el huracán y lo que hemos encontrado es la resilencia de los niños. Nos damos cuenta que los niños son más resilientes. Hay quien sí ha presentado cuadros de estrés, de angustia por lo suscitado del huracán. Y pretendemos eso, salvaguardar la vida emocional, psicosocial de los niños con estos espacios amigables.
- ¿Qué rango de edad tienen los niños y niñas que participan y cuántos son en total?
- Estamos trabajando de lunes a viernes dos horarios, de diez de la mañana a una de la tarde, el turno matutino y por la tarde estamos de dos de la tarde a cinco de la tarde. Son siempre más niñas, un poco más. Varía, hay días que tenemos más de 50 participantes en los por ambos turnos. Hay días en que la población disminuye por las festividades en estos días, disminuye un poco, pero estamos como en 40 participantes entre niños, niñas y adolescentes en promedio por ambos turnos. Pueden venir a partir de la edad de dos años a 14, 16 años. Han llegado bebés, claro, se quedan con sus mamás o el cuidador. Esto no sustituye ni la escuela, ni el cuidado de los padres. Es nada más apoyarlos en este proceso que estamos viviendo, es lo que estamos trabajando.
- ¿Hasta cuándo van a estar ofreciendo este servicio y qué planes tienen para el futuro?
- Sí, el tiempo programado que se tiene es hasta dentro de dos meses más. Todavía enero-febrero, yo creo que vamos a estar aquí. Nuestro plan es seguir acompañando a los niños y niñas que lo necesiten, brindarles un espacio de alegría, de esperanza, de confianza. También queremos involucrar a las familias, a las comunidades, a las autoridades, para que se comprometan con la protección y el bienestar de la infancia. Creemos que es una labor muy importante y muy gratificante.
Uno de los objetivos, además, es que se inspire a más personas a sumarse a causas de apoyo a los niños y niñas que sufren las consecuencias de los desastres naturales.
El espacio amigable se encuentra en la cancha techada que está enfrente del Centro de Salud a un costado del lugar conocido como Antorrábico. Se invita a las madres, padres o cuidadores a que lleven a las niñas y niños. Además, hay otro espacio amigable en la colonia la Frontera.
