Opinión
MARISOL WENCES MINA
12 de enero de 2024
¿Se imagina tener que caminar kilómetros bajo el sol o la lluvia para llegar a su trabajo o a su casa? ¿O tener que esperar horas en una fila interminable para subir a un autobús o camioneta abarrotada de gente? ¿O pagar una fortuna por un taxi que cobre lo que quiera? Pues eso es lo que están viviendo miles de acapulqueños desde hace días, por la falta de transporte público en el puerto.
Y es que varias rutas de transporte urbano y suburbano dejaron de circular por supuestas amenazas de presuntos grupos delincuenciales, que les pidieron una cuota semanal, dejar de circular este jueves y hoy viernes o de lo contrario quemarían sus unidades. Esto ha generado un caos y una angustia en la población, que no sabe cuándo se va a solucionar el problema o si va a haber más violencia (han quemado urvans, colectivos, atacado camiones).
Pero esto no es todo. Acapulco sigue sufriendo las consecuencias del huracán Otis, que hace casi tres meses arrasó con el puerto como el ciclón más fuerte que ha tocado tierra en el Pacífico mexicano. El huracán dejó decenas de muertos y desaparecidos, miles de damnificados y severos daños en la infraestructura. Muchas personas aún no se recuperan de la tragedia y viven en condiciones precarias a pesar de los apoyos que el gobierno federal ha distribuido.
Los más afectados por esta doble crisis son los habitantes de las colonias suburbanas, como Renacimiento, Zapata, Coloso, Colosio y otras corcunvecinas, que son las que tienen mayor población y menor acceso a oportunidades. Estas zonas también son las que tienen más demanda de transporte público, ya que las rutas que pararon son las que las conectan con el centro y otras áreas de la ciudad.
Esta crisis de transporte no solo afecta la movilidad y la seguridad de los acapulqueños, sino también su salud emocional y física, así como la economía del puerto. Muchas personas han reportado estrés, ansiedad, cansancio, irritabilidad y miedo después del huracán. Con lo sucedido ayer, la crisis se revive.
Ante este panorama, el gobierno del estado ha intervenido para brindar seguridad y acompañamiento a los transportistas y a la población, desplegando un operativo de la Guardia Nacional y la Policía Estatal en los puntos conflictivos, informó anoche el titular de la Secretaría General de Gobierno, Ludwig Marcial Mendoza. Asimismo, ha dialogado con los transportistas de la ruta San Marcos-Acapulco, que se inconformaron por la aplicación de un reglamento. Sin embargo, estas acciones, si bien importantes, han sido insuficientes para restablecer el servicio de transporte público en todo el puerto, por lo que se requiere una mayor coordinación y colaboración con el gobierno municipal y federal.
Asimismo, es necesario que se implementen medidas de apoyo psicológico, social y económico para las víctimas del huracán Otis, que aún no se recuperan de la tragedia. Es indispensable que se fortalezca la participación ciudadana y la cohesión social, para que Acapulco pueda salir adelante de esta doble crisis y recuperar su brillo y su esplendor, pero sobre todo, que la población recupere su bienestar integral.