ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
Acapulco, 02 de marzo de 2024.
Yoshio Ávila González y Carlos Granda son candidatos opositores entre sí, y opositores a la propuesta del partido en el poder, Morena, para gobernar el municipio de Acapulco.
Ello parecería indicar que son dos personajes diferentes. Sin embargo, son más las similitudes que las diferencias que tienen.
Ambos salen de Morena para encabezar a sendas oposiciones, uno por Movimiento Ciudadano, y el otro por la coalición del PRIANRD. Pero, en realidad, ambos no hacen sino volver redil.
Yoshio Ávila inició su actividad política en el PRI, partido en el que pugnó por ser candidato a la alcaldía en 2018. En febrero de ese año, vio que ya no tenía posibilidades ahí, y en abril renunció a ese partido para unirse a Morena, a través del cual en 2021 se postuló para la candidatura a la alcaldía, sin lograrlo. Tras el ungimiento en ese año de Abelina López como candidata, amagó con irse a otro partido, pero no lo hizo.
Tres años después, volvió a competir, otra vez contra Abelina López, y otra vez perdió la candidatura, solo que en esta ocasión sí dio el salto y este martes fue presentado oficialmente como candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía.
En realidad, Yoshio Ávila fue visto en Morena como el patito feo: aunque él se esmeraba, y exhibía sus contactos con figuras nacionales de este partido, en lo local nadie creía que tuviera algo más que una presencia mediática. Fue hábil -era el comentario generalizado- en el manejo de redes y los medios, y supo cómo inflar encuestas. Pero era justamente el desfile de personalidades en torno suyo (o de él en torno a esas figuras), como Radamés Salazar, Javier Manzano, Juventino Cota Montaño, Salomón Jara, Mario Delgado, entre otros, lo que lo hacía sentir lejano de la militancia de a pie.
Al final, con su salida, Yoshio Ávila demostró que la lucha sí era por un cargo, y que este bien podría estar en Morena, pero también en cualquier otro partido, uno que, en este caso, es una versión nueva del PRI.
¿Puede descarrilar la candidatura de Morena? Un análisis elemental diría que tal vez podría bajar votos para Abelina, pero difícilmente derrotaría a la marca que significa Morena. No solo por el peso de esa marca, sino porque sin el reflector morenista, la figura del candidato se desdibuja, y en MC tampoco hay una fortaleza real. Yoshio Ávila podría enfrentar no solo al muro que significa el partido con el que competirá, sino el vacío de sus propios simpatizantes que no acepten bajarse del barco guinda y el de sus malquerientes en el partido a donde llega.
Carlos Granda es otro caso. Diferente, pero parecido. Granda tiene también sus orígenes en el PRI, partido por el que fue diputado local, por el que quiso ser diputado federal, y por el que siempre aspiró a la alcaldía. Es curioso que ahora que logra ser candidato y, en la alianza, encabezar también al tricolor, no sea este partido quien lo postula, sino el PRD. En un momento, Granda también buscó otras opciones: en 2021 fue candidato -y perdió- a una diputación local por el Partido del Trabajo, y de repente apareció, sin antecedente alguno, como una propuesta de Morena para la alcaldía de Acapulco, en el actual proceso electoral. Poco les duró el gusto a los morenistas de tenerlo en sus filas, porque el sábado 30 de mayo difundió un mensaje en el que afirma que “he decidido cambiar de partido debido a las injusticias que he observado en el proceso de las encuestas y de la falta de representación equitativa que estas reflejan”.
Del PRI, Granda pasó al PT, del PT a Morena, de Morena al PRD y, vía la alianza, otra vez al PRI. Una vuelta completa hacia el redil.
El caso de Carlos Granda está, además, marcado por el surrealismo: después de anunciar su renuncia a Morena, por las injusticias que dice que ahí encontró, y ya siendo candidato del PRIANRD, este lunes se reunió con el senador Félix Salgado Macedonio, quien el sábado en Coyuca de Benítez había criticado a aquellos que un día están en Morena, no reciben cargo, y al otro día están con los adversarios de Morena ¡y todavía piden que sigamos siendo amigos!
El mismo lunes de su reunión con el senador morenista, Granda anunció a sus cercanos que se retiraría de la candidatura aliancista, por problemas de salud de su madre. Sin embargo, no se sabe qué platicó con Salgado Macedonio, pero ya el martes otra vez estaba en el redil priista, siendo postulado.
El problema para Granda, es que los priistas no suelen perdonar los errores políticos, y en la contienda va a enfrentar a sus ahora adversarios de Morena, a los perredistas desplazados en la candidatura (los que aún quedan), y a los priistas que no le perdonarán sus coqueteos morenista.
Así que, puestos en este contexto, tanto Yoshio Ávila como Carlos Granda están en escenarios de pérdida electoral. Quizá logren mermar la votación en favor de Abelina López, pero difícilmente podrían derrotar a Morena, y por lo mismo, tampoco a su abanderada.