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  • En la participación política de las mujeres se ha avanzado, “pero es un poquito como a fuerzas”, dice la ex dirigente de Nueva Izquierda en el PRD
  • Alejada ya de ese partido, Salazar Pineda cuenta su experiencia en el perredismo local: “fue duro, difícil”, dice
  • Muchas mujeres entraron a la política por ser la novia o la esposa de alguien, o la recomendada de un líder, pero poco a poco están haciendo sus propias agendas, señala
  • El gran reto de Claudia Sheinbaum va a ser demostrar su propia autonomía, considera

ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

Acapulco, 24 de junio de 2024. Psicóloga de profesión, activista y política de vocación, Azucena Salazar Pineda sintetiza en una frase toda una definición de lo que es la participación política de las mujeres en este momento: “si no existiera la paridad, te aseguro que los partidos políticos estarían compuestos por puros hombres”.

Quizá, concede, 90 por ciento de los dirigentes serían hombres y “alguna mujer por ahí estuviese en un espacio del comité ejecutivo estatal, o municipal o nacional”. En todos los partidos, sin distinción.

Salazar Pineda es activista del feminismo, y, en la política, ha participado principalmente con mujeres. Fue, por ejemplo, coordinadora de la agenda a la gubernatura en la campaña que encabezó en 2015 Beatriz Mojica Morga por la coalición Honestidad y Firmeza para Guerrero (PRD-PAN-PT), y tres años más tarde fue candidata a diputada federal por un distrito de la Tierra Caliente, representando a la coalición por México al Frente (PAN-PRD-MC). En la campaña que acaba de terminar, apoyó a la activista Indira Sandoval en Morelos, por una diputación federal, y en Acapulco, a la alcaldesa Abelina López Rodríguez.

-¿Ha venido evolucionando la relación de las mujeres con la política, de los hombres hacia las mujeres, en la participación política? -se le pregunta.

-Yo creo que sí, pero por las leyes. Todavía nos falta mucho, de parte nuestra, pero también de parte de los hombres.

La entrevista se realiza en un restaurante del zócalo de Acapulco. El tema, acordado de antemano, era la participación de las mujeres en política, tomando en cuenta su propia experiencia, en lo que fue el Partido de la Revolución Democrática, donde militó y donde llegó a ser dirigente estatal de una corriente.

“Es necesario -dice- que se empiece a trabajar en tener caminos parejos para fácil acceso a la política las mujeres y los hombres. Claro que sí ha cambiado, pero es un poquito como a fuerzas. Por ejemplo, si no existiera la paridad, te aseguro que los partidos políticos estarían compuestos por puros hombres, o el 90 por ciento hombres, y quizá alguna mujer por ahí estuviese en un espacio del comité ejecutivo estatal, o municipal o nacional. Y hoy porque es una ley que deben de estar paritarios, entonces hay mucho más fácil acceso, un poquito como a fuerzas”.

Al hablar sobre el desarrollo político de las mujeres, Salazar Pineda cita una entrevista que le hicieron a Patricia Mercado, actual senadora de Movimiento Ciudadano, y la segunda mujer en México en aspirar a la presidencia de la república.

“Decía ella: ´yo sabía que iba a perder, pero era necesario que empezara a haber antecedentes, que las mujeres podíamos ser candidatas presidenciales´. Y hoy me da mucho gusto -refiere Salazar Pineda- que tendremos una presidenta mujer, eso me llena de mucha esperanza. Eso lo traigo a colación porque creo que todavía hay mucho trabajo que tenemos que deconstruir todas las mujeres que hacemos política, y tenemos que trabajar mucho para que se haga costumbre el fácil acceso de las mujeres en la política”.

De la obediencia, a la agenda propia

Salazar Pineda afirma que, en el desarrollo político de las mujeres, todavía hay dos puntos que es necesario deconstruir: “que todavía a esos espacios siguen yendo las obedientas, las incondicionales” y que se termine la dedocracia que implica que deban llegar “las primas, las amigas, las novias, las amantes”.

Celebra, sin embargo, dos cosas: que las mujeres, aún las que han llegado a los cargos por la recomendación de un líder o ser las esposas o las novias de alguien, al ocupar la posición, están empezando a armar su propia agenda; y que hay otras que están llegando por su cuenta propia, sin la recomendación de un hombre, y pone como ejemplo a la alcaldesa Abelina López Rodríguez, que gobierna además el municipio más importante del estado y que acaba de ganar una reelección.

“Entonces creo que es una parte que sí hemos mejorado mucho, pero todavía hay estos dos retos que hay que mejorar”, dice.

“Por ejemplo, hoy hay muchas mujeres que entraron al Congreso. A lo mejor algunas son recomendadas de un líder político, pero hoy nuestra tarea es justo empezar a tomar una ruta independiente. Y conocemos muchos casos de mujeres que en efecto entraron porque a lo mejor eran la esposa de, la novia de, pero empezaron a hacer su propia agenda, y eso yo lo celebro bastante, porque creo que sí tenemos la capacidad de tomar decisiones, de trabajar a favor de nuestros municipios, nuestro estado, y legislar de una manera correcta.

“Aunque también hay muchas mujeres que llegan por su propio esfuerzo. Pongo el ejemplo de la presidenta Abelina (López Rodríguez), yo tengo muchos años conociéndola, incluso hemos participado en algunas cosas en conjunto y ni ha sido la novia de, ni la hija de, ni la recomendada de. Es una mujer que ha trabajado para conseguir sus objetivos, y trae su propia agenda. Entonces creo que eso nos da esperanza a las mujeres de que sí podemos llegar a gobernar, porque hoy gobierna el municipio más grande del estado y ganó contundentemente las elecciones pasadas”.

Cambios en la ley, no mucho en la práctica

-¿Significa que los cambios son en la ley, de alguna manera en el papel, pero en la práctica no ha avanzado mucho?

-Yo creo que no mucho: si tú observas, no solamente en un partido: en general, en todos los partidos, sigue un sesgo hacia este rubro que te estoy contando. Y en especial, quienes son mujeres que van a obedecer el mandato del líder, porque la política ha sido dirigida por hombres, durante toda la existencia de la política misma en el país. Entonces, obviamente, tienen el control, el poder. Por ejemplo, en mi caso, que yo nunca he sido diputada, ni senadora, si voy a competir en un futuro por un espacio con uno que ya fue diputado o senador, estamos en piso disparejo.

También, aclara, “de repente en nuestra cultura pareciera que nosotras las mujeres siempre tenemos que estar legitimándonos y esforzándonos el doble, y enseñando que tenemos una maestría, una licenciatura, un diplomado, un doctorado, y la verdad la mayoría de los hombres que nos han gobernado tienen muy bajo nivel académico, algunos ni siquiera terminaron sus carreras, muchos de los compañeros que están en el poder tienen truncas sus licenciaturas, y no hay nadie que les observe o les diga. Yo creo que nuestro estado está en un momento interesante de que debemos buscar con quién podemos caminar y hacer cambios que sí resuelvan la demanda social que tenemos en muchos rubros, creo que es tiempo de que dejemos atrás la polarización completamente y que empecemos a ver con quién podemos hacer equipo y que podamos empezar a hacer cambios genuinos para nuestro estado, desde nuestros saberes, desde nuestros perfiles”.

En el PRD, “duro y difícil”

Desde enero, Azucena Salazar ya no participa en el PRD. Ella lo cuenta, aunque no hace aspavientos de ello. En este partido llegó a dirigir en el estado la corriente Nueva Izquierda, con el impulso de la dirigencia nacional.

-¿Cómo contarías la experiencia de ser mujer ejerciendo dentro de lo que fue el PRD, en la parte que te tocó?

-Yo creo que duro, difícil, desde el inicio. Quiero contar un poquito de historia, porque no es lo mismo que te lo cuenten a que lo vivas, y a mí me encantaría muchísimo que ninguna mujer tenga que pasar dificultades para poder acceder a la política y poder visibilizarse. A mí me encantaría que no fuera así.

Relata que cuando trabajó en la campaña de Beatriz Mojica por la gubernatura en 2015, tuvo oportunidad de ver algunas desigualdades que ella sufrió por el hecho de ser mujer, así como violencia política que se ejercía contra ella, “y hay una complicidad ya muy confabulada entre el poder entre los hombres, y en 2015 cuando fue candidata a la gubernatura, lo pude observar, y en 2018 (cuando fue candidata al Senado) también lo pude observar”.

Sin embargo, dijo que a pesar de ello en ese momento no logró dimensionar lo que estaba pasando, hasta que lo tuvo que vivir en carne propia cuando fue dirigente de Nueva Izquierda, y “todos estos casi tres años que yo estuve participando, claro que fue de invisibilización en muchas ocasiones”. Recordó que el PRD funciona a través de consejeros y la corriente que tiene más consejeros tiene mayor peso en las decisiones, y en su caso solo tenía una consejera, porque la afiliación había sido en 2019 y ella asumió la dirección de NI en 2021.

“(Esa práctica) puede ser una justificación muy pragmática para no dar apertura a la nueva generación de políticos que queremos incursionar, pero a mí me parece falta de voluntad política, porque al final los partidos lo que necesitamos es que haya muchas personas que quieran participar y en especial si tienen un perfil, preparados, si tienen la voluntad de servir a sus pueblos, y de parte del PRD estatal yo nunca lo sentí como tal, fluido, esta apertura, y a mí quien me respaldaba era el nacional”.

Sin embargo, dijo, cuando empiezan a tomarse las definiciones de las candidaturas, entonces la dirigencia estatal y la nacional empiezan a hacer acuerdos “y nos dejan a todo el equipo de nosotros fuera de la jugada política. Y yo lo entiendo, porque si le preguntas al presidente te va a decir: Azucena no tenía consejeros, y entonces no podía hacer nada, y si le preguntas a otro compañero te va a decir lo mismo, pero yo creo que ahí entra la parte de la voluntad política. O igual, también, a lo mejor no puedo culparlos ni mucho menos: a lo mejor no vieron características factibles para participar en la política de las y los compañeros que representábamos a Nueva Izquierda en el estado”.

-¿Pero a lo mejor si hubieras sido hombre, habría habido una perspectiva diferente?

-Yo creo que sí, yo sí lo creo, porque quienes dirigen el PRD estatal son hombres. Ninguna compañera está al frente de tomar una decisión importante, y en mi caso esa fue una lucha, pero no tengo problema: yo lo volvería a hacer con mucho corazón y con mucho cariño porque creo que muchas mujeres tenemos que seguir la lucha. Porque te aseguro que Beatriz Paredes cuando empezaba a hacer su trabajo político, te aseguro que hoy sus ojos pueden ver lo que a lo mejor ella ni siquiera podía imaginar hace 30 años que podía suceder, que una mujer gobernara nuestro país. Ahora el gran reto que tiene nuestra presidenta, es algo que la han atacado incluso, y le han comentado, y no solamente es un ataque, es algo sistematizado, de qué tanto va a ser autónoma. Y ese quehacer nos toca a todas las mujeres, de empezar a hacer nuestra propia agenda, trazar nuestra propia ruta, tomar decisiones, obviamente tratar de no ser arbitraria, a los hombres los necesitamos. Pero sí, es un reto que tiene nuestra presidenta actual.

“Creo que las mujeres debemos seguir apoyándonos, seguir impulsándonos, seguir creyendo, sin dudar, que sí podemos tener incidencia en la política. Sí es difícil el camino, sí, es cierto, pero yo creo que nada es sencillo en realidad. Ahora, ¿qué pedimos? Apelamos a los hombres a que se vuelvan más proactivos, yo entiendo que el poder es difícil que se comparta, pero ese criterio no ha sido funcional para nuestro estado. En realidad, debemos de ser abiertos a que entren caras nuevas, nuevos rostros de hombres y mujeres, porque en las juventudes hay chicos muy valiosos y vale la pena que estén en un espacio de poder, para poder cambiar e incidir en las demandas sociales.

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