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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /

Acapulco, 12 de septiembre de 2024. La aprobación de la Reforma Judicial terminó por confirmar una teoría muy socorrida: no existe en México una oposición real para Morena.

La Cuarta Transformación que propuso hace seis años el presidente Andrés Manuel López Obrador, es un proceso que va a durar varios años, y los partidos que se le oponen: PAN, PRI, MC, no podrán frenarlo. Incluso, si se mantienen en el mismo discurso, corren el riesgo de seguir los pasos de su aliado el PRD, partido que terminó perdiendo su registro en la pasada elección.

Pero, ¿qué es lo que agobia tanto a esta oposición, que en lugar de crecer, o al menos mantenerse, va de más a menos?

La oposición en México, que hasta hace poco era la oligarquía en el poder, se ha mostrado como una opción política mezquina, mentirosa, excluyente, majadera, totalmente alejada del pueblo llano, y, además sin estrategia ni proyecto de nación. Como gobierno, ya era corrupta, apátrida, e intolerante. No son, por cierto, prendas que pudieran augurarle larga vida.

Pero entonces, cuando en el país hay una mayoría morenista (con todos sus aliados), y hay cero oposición real, ¿cuál es el futuro que viene para el país?

Los mismos opositores han dicho que una dictadura, un poder que domina en los tres poderes formales, un pensamiento único y cosas por el estilo. Eso equivale a decir que la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, tendrá poder sobre el Legislativo y el Judicial, y por tanto podrá hacer lo que quiera sin que nadie se le oponga. En su lógica, la próxima presidenta podrá ser todo lo autoritaria y cometer todos los crímenes contra los derechos humanos, que ellos cometieron cuando tuvieron el poder. Y más.

Sin embargo, hay dos hechos ineludibles: no es lo mismo cuando el PRI tenía aplanadora y usaba ese poder para entregar la energía, la minería, el petróleo o la electricidad, a intereses extranjeros y al gran capital internacional; que tener ahora la fuerza para impulsar reformas que desmantelen el estado neoliberal que inició en tiempos de Miguel de la Madrid, y reformas que beneficien a la ciudadanía.

No es lo mismo haber tenido esa mayoría para imponer las reformas estructurales del Pacto por México de Enrique Peña Nieto, que para las reformas que ahora se están planteando.

El otro hecho es que la oposición se engaña sola al pretender que el pueblo es inculto, ignorante e incapaz (por ejemplo, para elegir a jueces, magistrados y ministros), y que los intereses de esa oposición son los intereses de la nación.

Entre más navegan en esos argumentos, más se alejan de la posibilidad de regresar al poder.
Pero, ¿entonces se acabó la oposición en México?

No. Se acabó solo la oposición compuesta por el PRIAN y MC.

Morena goza en estos momentos de una robusta salud, y no es previsible que en los próximos dos sexenios, al menos, pueda ser desbancada del poder.

Y si ya se dijo que PAN, PRI y MC no serán quienes puedan desbancarla, ¿qué va a pasar?

En realidad, va a pasar algo muy simple: Morena seguirá fuerte, contará con el respaldo popular y será inamovible. Pero un día –aunque ahora no se sepa cuándo- va a surgir la oposición. No será la oposición de pacotilla que existe ahorita, ni siquiera renovada con nuevos cuadros.

La oposición a Morena vendrá de Morena misma. Los próximos opositores que van a desbancar a Morena serán morenistas. Será una disidencia interna lo que quebrará al monolito.

Eso ocurrirá cuando Morena empiece a perder el rumbo. El pueblo, que es bueno y sabio, sabrá reconocer el momento, y sabrá reconocer a los corruptores y los corruptos. Entonces, y solo entonces, vendrá un cambio a lo que hoy parece imbatible.

Así que no es saludable creer que, desde una óptica ciudadana, fortalecer al PAN, al PRI o a MC, es un esfuerzo real por crear un contrapeso frente a Morena. Por ahí no es. Serán líderes, tal vez jóvenes que no han nacido políticamente aún, quienes encabecen la verdadera resistencia y logren derrocar a Morena.
Pero, como se dijo antes, no será ahora.

Y no, que nadie se llame a engaño: esa transformación no será a través del PAN, PRI o MC, partidos que, si no entienden el tiempo en que viven, más temprano que tarde seguirán los pasos del PRD: primero perderlo todo, y luego andar causando lástima.

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