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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO    /

Acapulco, 15 de octubre de 2024.

Hoy, hace justamente tres años, Evelyn Salgado Pineda tomaba protesta del cargo de gobernadora ante el Congreso del estado.

A la mitad exacta del camino, bien vale hacer ahora una reflexión sobre lo que han sido estos tres años tanto para la joven política originaria de Iguala, pero asentada en Acapulco al momento de su ascenso a la gubernatura, y también lo que ha sido para el estado de Guerrero.

Evelyn Salgado se convirtió en candidata de Morena al relevo de su padre, Félix Salgado Macedonio, quien era el candidato original y había sido despojado de la candidatura por el INE con el argumento de que no declaró un gasto por 19 mil pesos, en la publicación de un video en la gratuita red YouTube.

Fue, la entonces candidata, toda una revelación. Una mujer joven, amigable, sencilla, se ganó el corazón de quienes venían siguiendo hasta ese momento la candidatura de su padre, y así ganó la elección.

Apenas comenzó la administración, estalló un escándalo en Cochoapa el Grande por la venta de las niñas en La Montaña, lo que hizo que la nueva titular del Ejecutivo adelantara los planes en favor de las mujeres que ya había anunciado en su toma de posesión. Surgieron así mecanismos para impedir la venta de las niñas, y en estos años se han concretado varias propuestas suyas, entre ellas la penalización del matrimonio infantil, la creación de la Alerta Violeta para que la búsqueda de una mujer desaparecida se haga de inmediato, sin esperar 72 horas que establece el Código Penal; se creó el transporte Violeta, y se fortalecieron los apoyos para madres solteras, y muchas más.

Al ser la primera mujer en gobernar Guerrero, se pensaría que su esfuerzo de gobierno estaría en ese rubro. Y lo ha estado, pero no solamente. En tres años, a pesar de múltiples adversidades, como el terremoto de 2021 cuyas secuelas debió enfrentar recién asumido el cargo, y en los dos últimos años, los huracanes Otis y John; amén de los problemas de seguridad y violencia política, que tampoco ha estado ausente, a pesar de ello, el de Evelyn Salgado ha sido un período con gobernabilidad.

En un estado afectado por la violencia ancestral, por carencias y dificultades históricas, llama la atención que una mujer joven que asumió la gubernatura casi como su primer cargo público, haya logrado mantener una estabilidad política y social en la entidad.

Quizá, ello pueda encontrar una explicación en su forma de abordar los conflictos: de frente y de manera personal. Eso ocurrió desde el principio: cuando en octubre de 2021 se conoció el caso de una niña en Cochoapa el Grande, que había sido vendida por sus padres en una boda arreglada, a la edad de 11 años, y luego, cuando años después ella rechazó ese matrimonio, la niña, su madre y su abuela fueron encarceladas para obligarlas a devolver más de 100 mil pesos que los yernos habían desembolsado por ella. Todo un caso, que originó que la propia gobernadora con todo su gabinete se trasladara a La Montaña, encabezando una cruzada que involucró a organismos internacionales, a autoridades comunitarias, a organizaciones sociales y al Congreso, para concluir en la prohibición tajante a este tipo de matrimonios arreglados.

Un poco después, una jovencita desapareció en Acapulco en la víspera del Tianguis Turístico, que se celebraría en el puerto. Familiares y amigos bloquearon los accesos al municipio, ahorcándolo. En el momento más tenso, cuando parecía no haber solución, Evelyn Salgado se apareció de repente entre los manifestantes, se comprometió a encabezar personalmente la búsqueda, peinando todo San Agustín, donde se suponía que la tenían. Y al otro día la joven apareció.

En otro episodio, cuando las protestas magisteriales estaban en su punto más elevado, la gobernadora llegó al edificio Juan Álvarez, tomado por los maestros, y de esa manera logró desactivar la movilización. Desde la oposición se criticó a Salgado Pineda, con el argumento de que podría haber sido lastimada, pero lo cierto es que el problema se disolvió ahí.

En el huracán Otis, encabezó la reconstrucción palmo a palmo; y en John, personalmente estuvo en todos los lugares afectados, y también donde se esperaban los daños. Concentró a todo el poder del Estado en la Costa Chica, donde se esperaba que golpeara John, y cuando este cambió su rumbo, no vaciló en hacer los movimientos necesarios para enfrentar la contingencia: declaró prioridad el rescate de personas atrapadas, y en medio de la lluvia no descansó, recorrió las dos costas, Acapulco, dirigió la ayuda.

Hay que decir que el huracán John mostró de cuerpo completo a la gobernadora. Fue un momento en que el gobierno federal estaba en una coyuntura especial: el gobierno de López Obrador ya estaba en sus últimos momentos, y el de Claudia Sheinbaum no tenía aún el control. La única que podía actuar, fue la gobernadora, y lo hizo, con creces.

Ayer, Evelyn Salgado encabezó un recorrido por las colonias de Chilpancingo que fueron afectadas por el huracán. Lo hizo prácticamente casa por casa, con el alcalde Gustavo Alarcón Herrera. El recorrido no solo muestra el interés de la mandataria por atender a las afectaciones por John, sino también es una expresión de solidaridad con el pueblo de la capital.

Así se cumplen los tres primeros años del actual gobierno, la mitad exacta del sexenio, con una gobernadora echada para adelante, incansable en la adversidad, y, quizá por ello y otras cosas, una figura muy querida por los guerrerenses, sus gobernados.

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