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La milpa es nuestra vida, sin ella se acaba nuestro caminar, por eso estamos muy agradecidos y agradecidas que nos hayan traído maíz, el gobierno nunca nos entiende, trae otras cosas que no va con lo que nosotros comemos

Por Kau Sirenio / X: @kausirenio

En los últimos años, los territorios de los pueblos y comunidades indígenas han sido afectados por desastres naturales como huracanes y sismos. El paso de estos fenómenos ha cortado de tajo las vías de comunicación como las carreteras, la telefonía celular y el internet por semanas o meses. Sin embargo, a pesar de la incomunicación, las autoridades gubernamentales poco o nada hacen por llevar ayuda a estos lugares. 

El caso más reciente es el del huracán John que azotó la costa del pacífico y la Montaña de Guerrero. Tras el impacto, cientos de comunidades se quedaron sin posibilidad de comunicarse con sus familiares que viven fuera del territorio histórico. Estos daños exhibieron, de nueva cuenta, la indolencia del gobierno de Guerrero para atender a estas zonas de desastres. 

En un mensaje con Taty Savi, Manuel Ta Safi da cuenta la dimensión de los daños en la Montaña de Guerrero y la falta de ayuda en esa región: “Las mujeres, compartieron su dolor y su pérdida», dice.

Desde su lengua tu´un savi narró su sentimiento: «Lo único que nos queda es el llanto y la tristeza». Su sentimiento deviene porque él y su comunidad se quedó sin el maíz, principal alimento. Por eso tienen miedo de quedar sin nada. «El huracán, destrozó su milpa», añade. 

Y agrega:

“Por si fuera poco, no tardan en caer las primeras heladas que acabarán de destruir lo poco que queda de la milpa. Nadie nos había visitado desde que John pasó en la Montaña, el silencio del abandono se palpa en las voces de las mujeres de la lluvia que esperan ansiosas la solidaridad”.

Manuel Ta Safi habla tu’un savi y tiene una formación en antropología social por la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. Su trabajo se ha centrado en el municipio de Cochoapa el Grande, de donde es originario. Desde ahí ha organizado brigadas para recorrer las comunidades ñuu savi que se quedaron incomunicadas por John. 

Relata en su mensaje:

“Una lideresa comunitaria me dijo: ‘La milpa es nuestra vida, sin ella se acaba nuestro caminar, por eso estamos muy agradecidos y agradecidas que nos hayan traído maíz. El gobierno nunca nos entiende, trae otras cosas que no va con lo que nosotros comemos. Ustedes son los primeros en traernos este grano que es sagrado para nosotras, ya que todas las mañanas estamos con el nixtamal. Como no llorar ahora que nuestras milpas se cayeron. Ojalá otros se enteren y vengan a ver nuestra forma de sobrevivir en estos cerros, que nos han protegido, pero ahora sí: la lluvia cayó día y noche, sin cesar’”.

Continúa: “Las autoridades comunitarias trabajaron para la apertura de la carretera que los conduce al antiguo cementerio, porque se acerca Vìko Ndìi (Día de Muertos), festividad sagrada del pueblo de la lluvia, es por que los habitantes de la comunidad cooperaron y contrataron una retroexcavadora para abrir el camino que los llevará al encuentro con sus muertos”. 

Así es la vida de los pueblos, el cuidado de su territorio se enlaza entre festividades sagradas como el pedimento de la lluvia, el encuentro con los muertos, para pedir a la Casa de la Lluvia que no cause daño en sus comunidades, porque son los que más sufren cuando pasan los huracanes o sismos. 

De ahí se refuerza la tarea de cuidar el medio ambiente como un estilo de vida para todas las naciones indígenas de este país. Por eso la resistencia de las mujeres y hombres que se oponen al capitalismo rapaz que vino a romper el equilibrio que durante años los indígenas cuidaron con su propia estos espacio a pesar del aniquilamiento de sus comunidades por el desplazamiento forzado, por la violencia económica, cultural y social que ejerce el Estado mexicano en contra de su organización.

Sin embargo, no todo está perdido. El actual secretario General de la Naciones Unidades, António Guterres, ha dicho: “Los pueblos indígenas han tenido históricamente claro que la salud del planeta y la salud de las personas van de la mano, por eso profesan un respeto profundo a la Madre Tierra y a toda forma de vida”. 

El foro Permanente para las Cuestiones Indígenas en su sesión de 2023 abordó el papel fundamental de los pueblos indígenas, sus conocimientos, prácticas y sistemas que pueden desempeñar en la lucha por mitigar el cambio climático.

En su discurso ante la asamblea de la ONU, Guterres destacó la marginación, exclusión, negación de los derechos humanos, explotación ilegal de los recursos de sus territorios, así como despojos y desalojos de sus tierras ancestrales, ataques físicos y violencia que enfrenta los pueblos indígenas en todo el mundo.

Lo cierto es que la cosmovisión de los pueblos indígenas no solo beneficia a sus comunidades, sino a la humanidad. Por eso, los ñuu savi llevan su ofrenda a los arroyos, ríos, montañas y bosques, porque ahí están los espíritus que cuidan la flora y la fauna, pero también los protegen de las enfermedades causadas por la contaminación producida por el uso indiscriminado de la herbicidas e insecticidas. 

Ante esta situación en la que viven los pueblos indígenas en el mundo, es urgente reorientar la política ambiental. Para esto, el Estado mexicano tiene que parar la entrega de las concesiones de uso de agua a hoteles, a empresas refresqueras, cerveceras y agricultura a gran escala.

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