ROBERTO RAMÍREZ BRAVO /
Acapulco, 31 de octubre de 2024.
La LXIII Legislatura del Congreso de Guerrero fue conocida como la legislatura de la paridad, porque estaba conformada por el mismo número de diputadas y diputados, por primera vez en toda la historia del estado.
Sin embargo, la LXIV Legislatura, la actual, va todavía más allá: será la primera en donde las mujeres tienen mayoría, ya que la conformación del Congreso en este momento es de 19 diputados y 25 diputadas. Pero en el grupo parlamentario de Morena, que es el más grande en estos momentos en el Congreso, la correlación de fuerzas es todavía más notable entre hombres y mujeres.
Morenistas, son 14 diputadas y solo 9 diputados. Por ello es significativo que esta conformación, así planteada, con mayoría femenina, haya sido la que eligió como su coordinador, y por tanto como presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, a un hombre, el diputado Jesús Urióstegui García. Es importante plantearlo, por la significación que tiene el hecho de que la mayoría de mujeres haya optado por un hombre y no por una mujer para coordinar al equipo y al Congreso, sobre todo cuando las dos últimas coordinaciones recayeron en mujeres.
El caso es que Jesús Urióstegui fue electo coordinador del Grupo Parlamentario de Morena por unanimidad. Ni una sola fisura. Fue el primer reto que enfrentó y sorteó para llegar al cargo que ocupa: convencer a toda la bancada de que más allá del género, la suya era la candidatura adecuada para coordinar a Morena y en automático (pues así lo prevé la ley) presidir la Jucopo.
Apenas instalado en el cargo, Urióstegui García debió enfrentarse a otro reto importante: lograr la integración de las comisiones, en la que participan diputadas y diputados de todos los grupos parlamentarios. Esa integración era un reto en sí misma, porque, al ser mayoría, Morena hubiera podido imponer en las presidencias más importantes a morenistas, y dejar para la oposición solo los sobrantes. Sin embargo, y eso generó también un retraso, lo que vino después fue un proceso de análisis encabezado por Urióstegui en el que participaron todos los partidos representados en el Congreso, hasta concretar una propuesta integración que dejó conforme a todo mundo. Pero el mismo presidente de la Jucopo lo dijo: se tardó la integración de las comisiones justamente porque de lo que se trataba era de llegar a acuerdos, no de aplicar un avasallamiento que puede dar la mayoría.
Como se sabe, las comisiones son importantes porque es a través de ellas como el Congreso examina las propuestas, iniciativas y todo lo que le compete al Legislativo. Es ahí donde se desahogan los llamados turnos, o casos, o temas, como se diría más coloquialmente. La negociación que encabezó Urióstegui no solo evitó críticas o denuncias en los medios de comunicación por parte de quienes representan a la oposición, e incluso de la misma bancada morenista, sino logró que al final, el presidente de la Jucopo diera una conferencia de prensa acompañado, es decir, respaldado, por todas las bancadas representadas en la Junta de Coordinación.
Esto último, válgase precisarlo, no ha sido una escena común. Urióstegui reunió en una sola mesa, con todos los reflectores y las cámaras enfrente, a sus adversarios políticos, a aquellas personas que representan a partidos con los que apenas hace unos meses el suyo, Morena, competía.
Esa habilidad para lograr la concertación donde podría ser, si no imposible, al menos difícil, es justamente la herramienta que va a requerir el presidente de la Jucopo. Los tiempos que vienen no son fáciles, y lograr los consensos será imprescindible. Al menos, ya está cantado que habrá dificultades financieras, como lo dejó entrever el secretario de Finanzas estatal, Raymundo Segura, quien consideró difícil que pueda haber recursos extraordinarios ni para la Uagro ni para el Congreso.
También, en este trimestre se deben aprobar las cuentas públicas, las leyes de Ingresos y el presupuesto de Egresos para el estado y los municipios y por tanto, como cada año, vendrán los jaloneos, no solo entre los grupos parlamentarios, sino con las organizaciones sociales, que muchas veces han bloqueado el Congreso para que sus peticiones sean escuchadas.
En el cuarto año de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, se espera que habrá iniciativas importantes de parte del Ejecutivo, las cuales tendrán que se consensuadas en el Congreso, y habrá posiblemente jaloneos que deberán ser destrabados mediante el diálogo.
Los retos para el presidente de la Jucopo van a ser muchos, y desde diversos ángulos. En su favor cuenta lo que ha mostrado en los inicios de la legislatura, específicamente su capacidad para dialogar. Es cierto que la capacidad administrativa y legislativa también son importantes, pero para eso tiene especialistas que bien ayudan a sacar adelante el trabajo.
Pero la capacidad de dialogar, de buscar y lograr acuerdos, de convencer sin avasallar, esa es una virtud personal y, en un Congreso plural, donde se concentra la representación de la vida pública en el estado, sin duda, es una herramienta de lo más importante.