Adela Román: cambiar para avanzar

GABY CARMONA ASTUDILLO   /

Acapulco, 19 de julio de 2020.

Acapulco es el destino que le dio fama mundial a México. Con el paso de los años, se fue deteriorando por la arrogancia de las autoridades, que al llegar al poder lo vieron como la oportunidad para hacerse no ricos, sino millonarios.

Y fueron esos intereses oscuros lo que permitieron la proliferación del comercio ambulante, cada alcalde, regidor o funcionario creaba su organización para amparar a quienes vendían en la franja de playa y, claro, en cada zona de banqueta del Mercado Central, Zócalo, por mencionar algunos lugares.

Pocos fueron los ediles que tímidamente metieron mano al reordenamiento del comercio ambulante, pero jamás pudieron meter en cintura a quienes amparados en relaciones de poder se adueñaron de la franja de playa, colocando sus negocios.

Y es que el poder político es el padrino de toda la anarquía que existe en el puerto, pero ahora se le agrega el control de calles, avenidas y franjas de arena del crimen organizado.

En realidad, ningún alcalde se había atrevido a ejecutar acciones como la llevada a cabo por el gobierno de Adela Román Ocampo, una decisión no política, si analizamos que en el pasado ningún alcalde se atrevía a actuar porque ese tipo de decisiones no ayudaban al partido en los procesos electorales que siempre estaban a la vuelta de la esquina, y hoy no es la excepción, pero ese trabajo sucio alguna vez se tenía que llevar a cabo. Corresponde al gobierno de Adela Román aplicar la Ley a secas, sin distingos partidistas.

No se debe ver mal la decisión asumida por la alcaldesa de Acapulco, porque precisamente, lo que se busca es poner orden en el puerto más famoso del mundo, si realmente se quiere que el turismo regrese después de la pandemia.

Las manifestaciones y bloqueos que se han registrado en los últimos días no tienen razón de ser, toda vez que la mayoría de esas concesiones están ya vencidas y otras son toleradas. Aquí es donde entran Profepa y la dependencia federal de la que depende, ambas son responsables de la revisión dichas concesiones, pero la Profepa duerme el sueño de los justos. El titular de esa dependencia debería revisar los archivos de todos y cada uno de los comercios asentados a lo largo y ancho de la playa para que se dé cuenta de las aberraciones que existen.

Porque de que hay desagües de aguas negras a la bahía, las hay, de eso no hay duda, solo que la corrupción también alcanza a quienes se supone están para que eso no ocurra.

Adela Román Ocampo ha tomado la mejor decisión, ya es tiempo de frenar a quienes siempre han visto al Ayuntamiento como el salvador de todos sus problemas.

En esas manifestaciones hay también otros intereses de carácter político: golpear al gobierno municipal de Adela Román Ocampo, porque hay voces que la colocan en la antesala de la candidatura al gobierno del estado.

Lo que todos deben hacer es serenar el nervio y mantener la mente fría, porque para el 2021 lo que sobra es tiempo. Así que tranquilos todos, serenen la mente, lo que está haciendo la alcaldesa debieron haberlo hecho quienes la antecedieron, ahora ha tomado la decisión de empezar a poner orden, aunque debe estar consciente de que sus adversarios políticos aprovecharán el momento para golpearla y desacreditarla, y claro, moverán a sus huestes para colapsar el municipio.

Adela Román Ocampo debe saber que su intención de ordenar el puerto es una tarea titánica, debido a los fuertes intereses oscuros que hay atrás de cada movimiento. Es tiempo de que se tome conciencia de lo que se quiere para Acapulco, y los acapulqueños ya no desean vivir en la anarquía, sin embargo, es necesario que la gente empiece a participar en lo que desea para su municipio.

Todos deben poner un grano de arena, por sencillo que sea, se reflejará en sus calles y avenidas. Los prestadores de servicios turísticos deben entender que los tiempos en que hacían lo que les daba la gana, deben ser cosa del pasado. Hoy todo es diferente, quien no lo entienda así, significará que nunca comprendió el mensaje de este encierro. Veremos qué pasa.