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KAU SIRENIO /

Ciudad de México, 15 de marzo de 2023.

Hombres armados de Maxmadí, municipio de Azoyú, Guerrero, amenazaron a Jaime Cirenio por denunciarlos en redes sociales cuando arrojaron químicos al río Quetzala que desemboca en el Océano Pacífico.

El lugar donde arrojaron los químicos se ubica en los límites del ejido de Cuanacaxtitlán, municipio de San Luis Acatlán, y del ejido de San José Buenavista, municipio de Igualapa, Guerrero.

De acuerdo con el campesino na savi, el pasado sábado, el integrante de la policía comunitaria de Maxmadí, Francisco Valerio Calixto, acompañado de seis adultos y dos menores de edad, llegaron al río Quetzala, donde arrojaron químicos al agua con el fin de capturar camarones y peces.

En cuestión de minutos, los animales acuáticos empezaron a salir a la orilla del río, mientras que los hombres con cubetas en mano recogían camarones, langostinos y pescados.

“Cuando llegué al río, ellos estaban alistando las cargas. No lo podía creer, eran cargas que se llevaron, más de dos costales de 50 kilogramos de camarones, langostinos y pescados”, acusó Cirenio.

En entrevista telefónica con Pie de Página, el campesino dijo que vive a 50 metros del río Quetzala desde hace 14 años. Durante todo ese tiempo ha visto como los pobladores de Maxmadí entran al ejido de Cuanacaxtitlán a cazar venados, talar árboles y arrojar químicos al río.

Relató que Francisco Valerio Calixto fue integrante de la policía comunitaria de Maxmadí por varios años. “Cuando era comunitario aprovechaba el arma para cazar venados”, añade.

El sábado, Jaime Cirenio publicó en su cuenta de Facebook: “Anuncio en paso de San José o paso del Mango, hay personas derramando líquido contaminante y se están muriendo miles y millones de animales acuáticos: como son camarones, langostinos, de una manera exagerada, abusando del medio ambiente, y se les pide a las autoridades locales que ayuden a hacer justicia, caiga quién caiga pero que se haga la justicia gracias por cooperar”.

Al día siguiente, Jaime recibió amenazas de personas allegadas a Francisco Valerio.

“No es la primera vez que arrojan químicos al río, está es la tercera ocasión que lo hacen. Las otras veces no se denunció porque no los tenía ubicados” explicó vía telefónica.

Y agrega que, al día siguiente, Cirenio recorrió río abajo. «Lo que encontré era de llorar, todos los animales acuáticos estaban muertos, regados sobre la arena y piedra. Mientras que los buitres sobrevolaban en el lugar, es un crimen en contra de la naturaleza”.

Jaime dijo que le preocupa la amenaza que recibió, pues en donde vive no hay seguridad ni acceso a la comunicación, lo que dificulta acudir a instancias gubernamentales para interponer la queja por la contaminación del río.

A la vez, contó que la primera vez que arrojaron químicos al río Quetzala fue en 2015.

“En los primeros días que arrojaron químicos había un pestilencia en el río. No eran solo los animales acuáticos los que murieron, sino también las aves se caían de los árboles”.

Cuando apenas se recuperaba el río en 2018, vino una segunda contaminación: “En esta ocasión usaron agroquímicos, era tan fuerte que hasta las serpientes murieron. No dije nada porque no sabía a dónde acudir para denunciar el usos excesivo de químicos en los ríos y arroyos, por eso pido ayuda para poner un alto a la contaminación del medio ambiente”.

En la conversación telefónica, Jaime explicó que espera un ambiente hostil en esta temporada de estiaje, pues los pobladores de Maxmadí bajan al río Quetzala para la lavar la ropa, mientras que los hombres se van de cacería de venados, iguanas y armadillos.

El campesino hizo un llamado a organizaciones ambientalistas, a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Guerrero (Semaren), y a la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) para que inspeccionen el rió que fue contaminado por químicos.

“Los mensajes que me mandaron me advierten que si no elimino mi publicaron irán por mi, que ya saben donde dónde vivo. Por eso hago esta denuncia, porque temo por mi vida, estás personas no se detendrán hasta conseguir sus fines” denunció.

El río Quetzala desemboca en Barra de Tecoanapa, municipio de Marquelia, el camino hacia el mar es de 20 kilómetros. Toda esa zona se encuentra contaminada.

FOTO / CORTESÍA DE POBLADORES

Esta entrevista se publicó en Pie de Página, un portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de Derechos Humanos. Se reproduce para los lectores de La Plaza con autorización del autor.

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