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RAÚL SUÁREZ MARTÍNEZ /

Acapulco, 13 de abril de 2020.

No es nada novedoso, ni siquiera impresiona a quienes están en la política, lo que está develando Servando Salgado en conferencia de prensa: que el gobernador, Héctor Astudillo, esté metiendo las manos para poder decidir, incluso, dentro del PRD quién sí y quién no puede ser candidato a presidente municipal.

Recordemos que Servando aspira a ser el candidato de la coalición PRI-PRD o cuando menos candidato del Partido de la Revolución Democrática a la presidencia municipal de la capital de Guerrero; sin embargo, es interesante lo que da a conocer de que la dirigencia nacional del PRD, Los Chuchos, pues, en pocas palabras, pidieron la opinión y anuencia de Astudillo Flores en su calidad de gobernador del estado acerca de sí veía con buenos ojos a Servando Salgado como candidato de esa coalición y lo que dice el aspirante es que Evodio Velázquez, fallido candidato a gobernador por parte de esa coalición, le dijo, «Astudillo te está vetando, tienes muchos negativos y no te ven con buenos ojos».

Interesante, por un lado porque se demuestra claramente cómo Los Chuchos y la dirigencia del PRD regresaron a sus orígenes de aceptar todo lo que el PRI y sus gobernantes decidan, la dirigencia nacional del PRD, sin un motivo político aparente consulta al gobernador priista para que este defina quién puede participar y quién no, un error terrible de identidad política e ideológica.

Servando tiene razón cuando dice que si un gobernador se mete en el proceso de definir candidato en una alcaldía, qué no se puede esperar que meta las manos y los pies en la definición de la candidatura a gobernador, pasando por los diputados locales, pero también que tenga metida las manos en el proceso legal que se está llevando en contra de Félix Salgado Macedonio, hasta hace unos días candidato de Morena a gobernador del estado de Guerrero.

Es el uso del poder por el poder, es el uso del dinero de todos los guerrerenses para tratar de garantizar que su partido, sus compañeros y unos vasallos que acaba de comprar, puedan seguir robándose el presupuesto estatal sin que nadie los llame a cuentas; la ciudadanía guerrerense debe ver claramente desde dónde está saliendo la corrupción en Guerrero y esta corrupción se llama PRI, esta corrupción se llama PRD, unos por comprar la voluntad popular, los otros por venderse al mejor postor.

No nos queda duda que lo poco que existía del PRD ya ha desaparecido: ya no consultan a sus bases, ya no consultan a su dirección, ahora consultan al gobernador priista Héctor Astudillo Flores, que tiene las manos los pies y la cara embarrado de corrupción y de intromisión en el proceso electoral.

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