ROGELIO HERNÁNDEZ LÓPEZ /
Ciudad de México, 19 de julio de 2021.
-¡Ahora entiendo mucho. Pero también quedé lleno de dudas! –comentó un abogado cuarentón el mero día del estreno del documental Red Privada en Netflix.
Ese resumen será similar, cuando vean el documental Red Privada, de muchas personas de tres generaciones que no vivieron la atmósfera del asesinato del columnista Manuel Buendía hace 37 años.
Y es que los enigmas esenciales que refleja esa película son viejos y no pudieron disolverlos Manuel Alcalá y su grupo de jóvenes cineastas autores del documental.
Lo que sí lograron rescatar fue la percepción que tenemos muchos veteranos periodistas seguidores del caso Buendía: que Manuel Bartlett Díaz, José Antonio Zorrilla Pérez e Ignacio Morales Lechuga son guardianes de muchos secretos de aquel crimen y de la corrupción que comenzaba a galopar en los aparatos de seguridad y de procuración de justicia.
Lo mejor del documental
Horas después del estreno del video en esa plataforma mundial, menudearon comentarios favorables. Hubo expertos en cine documental y series de televisión que lo calificaron como una joya.
Lo mejor, en opinión de este reportero, es que logra recrear situaciones históricas y del contexto que rodeó el crimen.
Eso es agradecible porque estimula que muchas personas, sobre todo jóvenes, conozcan los procesos de la descomposición que comenzaban a afectar demasiado a México desde hace cuatro décadas.
El documental también tiene de positivo que consigue reivindicar a un periodista profesional muy destacado entonces y cuya memoria se desvanecía, un columnista que resultaba muy incómodo para los poderes e incluso para muchos medios de la prensa convenenciera de entonces.
¿Cambiará algo de la realidad actual de México el documental? La preguntaron varias veces al director, Manuel Alcalá, después del estreno. Él respondió más menos con estas palabras:
-Espero que deje en las personas el valorar la importancia que debe tener la muerte de un periodista.
Persisten enigmas
El documental se presenta con el subtítulo ¿Quién mató a Manuel Buendía? Pero no logra responder a su interrogante. Parece que fue deliberado solo exponer las hipótesis más recurrentes desde el asesinato, para que quienes lo vean deriven sus propias conclusiones.
Las hipótesis de posibles asesinos del periodista que refleja la película parten de los sujetos señalados por Manuel Buendía en sus columnas, como la CIA, Los Tecos de Guadalajara, El traficante de Armas Gerard Georg Mertins, el cacique gobernador Rubén Figueroa Figueroa, entre otros. Señala también al fenómeno de las bandas organizadas del narcotráfico.
Todas son hipótesis viejas, conocidos por los periodistas que seguimos el caso y que se acumularon en las averiguaciones de la fiscalía especial que dirigió Miguel Ángel García Domínguez.
El documental, en resumen, no pudo disolver los enigmas que rodean a la hipótesis principal y que aún provocan debates entre periodistas:
¿Fue o no José Antonio Zorrilla Pérez el autor intelectual?
¿Fue o no el principal autor intelectual el jefe de Zorrilla, entonces, el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz?
¿Qué fue lo que pactó con Zorrilla Pérez, el 13 de junio de 1989, el entonces procurador capitalino Ignacio Morales Lechuga para que se entregara?
Ellos tres aún viven y no han dicho todo lo que saben del Caso Buendía.
Si los tres quisieran, podrían disolver esos y otros enigmas del primer asesinato magno que es parteaguas de la narcopolítica en México. Los tres llevan al menos 32 años como cuidadores de secretos para mantener ese sistema que les sirvió pero que, no obstante, se les pudrió.
Y esa es la gran interrogante que deambula desde 1984 entre veteranos periodistas:
¿Fue un crimen para silenciar al periodista más enterado y más influyente entonces y así proteger al Estado que entraba en franca descomposición ante la corrupción y la violencia que produce la delincuencia organizada?
Certezas
Días poco antes del estreno del documental, el 21 de julio, se mostró el debate entre periodistas y algunas respuestas a esas y otras interrogantes. Los veteranos reporteros José Reveles Morado y Rogelio Hernández López conversaron con Julio Astillero para su canal de YouTube. Ambos, han seguido el caso desde 1984 y fueron parte del grupo de periodistas que hicieron seguimiento y coadyuvancia con el fiscal especial García Domínguez.
De ese coloquio entre pares quedó claro que José Antonio Zorrilla Pérez pagó con cárcel varios delitos qué sí cometió y que mostraron la inserción de la Dirección Federal de Seguridad, otras corporaciones y jueces en los pantanos del narcotráfico; y que así se inició la putrefacción de muchas áreas de los sistemas de seguridad y de procuración de justicia; lo que muchos expertos llaman el narco-Estado. (ver en https://www.youtube.com/watch?v=zu_5jbjlYJU).
En lo que seguramente muchas y muchos colegas coincidiremos con el director de Red Privada, Manuel Alcalá, es que su documental sí ayudará, en que mucha más gente tenga la certeza de que quien sea periodista profesional es necesariamente incómodo y que su muerte debe sentirse como demasiado importante para toda la sociedad.