* Para situaciones de seguridad, el software califica cuatro estados emocionales del can y envía señales a computadoras o teléfonos
AGENCIA ID /
Ciudad de México, 21 de marzo de 2018. Una empresa y dos instituciones mexicanas crearon un sistema que interpreta ladridos de perro y los traduce en señales de advertencia ante posibles eventos de emergencia. El dispositivo de captura de audio fue desarrollado en el Instituto Tecnológico de Morelia en tanto que el software de reconocimiento de patrones fue diseñado por investigadores de la Unidad de Transferencia Tecnológica Tepic, del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese-UT3).
Para explicar el funcionamiento del sistema, el doctor Humberto Pérez Espinosa, investigador y encargado del proyecto por parte del Cicese-UT3, señala que el perro porta un collar que contiene un dispositivo que capta el ruido del ambiente, mismo que es enviado a una plataforma donde se procesa y se discrimina de las vocalizaciones del animal y las clasifica, lo cual puede determinar un posible evento de riesgo.
“Se han grabado ladridos de alrededor de cien perros domésticos de razas pequeñas, como Chihuahua, Schnauzer y French Poodle. De acuerdo a las interpretaciones de expertos se clasifican en cuatro señales: cuando el animal está tranquilo, cuando se muestra inquieto, un poco intranquilo y cuando ya es una señal de alarma. Esta tarea se hace con ayuda de médicos veterinarios”.
Entonces, la interpretación del ladrido se envía como señal de alarma a una computadora, dispositivo o teléfono donde se registra con la posibilidad de, por ejemplo, activar una cámara de video para ver qué sucede en el domicilio en donde se encuentre el perro, ya sea una casa o empresa.
El doctor en ciencias computacionales refiere que el sistema se diseñó a solicitud de la empresa Efecto Mescalina SAPI de CV, con sede en Michoacán para aplicaciones de seguridad doméstica y que actualmente se encuentra en proceso de patente.
“Se buscaron patrones para generar modelos de identificación de actividades y emociones, es decir, diferentes tipos de ladrido respecto al contexto en que fueron generados, por ejemplo, si fue por la presencia de un extraño u otro perro, o porque se lastimó el animal o por otro estímulo”.
El doctor Pérez Espinosa indica que el software se sigue mejorando pues el objetivo es hacerlo flexible hacia diversas aplicaciones, no solo de seguridad sino también en relación a la salud o bienestar del perro o su dueño.