* Los hombres –entre cuatro y cinco- tomaron el control de la telesecundaria y les cortaron el cabello a las mujeres
* Los hechos ocurrieron en La Frontera, en el Acapulco suburbano y semi rural
REDACCIÓN /
Acapulco, 20 de marzo de 2018. La telesecundaria Vicente Suárez se ubica en la colonia Frontera, llamada a su vez de esta forma porque marca el límite entre Renacimiento y La Sabana. Ahí, esta mañana, un grupo de entre cuatro y cinco hombres armados tomó el control del plantel, amenazó con sus pistolas a maestros y estudiantes y, sin una causa aparente, cortó el cabello a las jovencitas.
El hecho ocurrió, según testimonios recabados en el área, alrededor de las 8:30. En el puerto, la noticia corrió como reguero de pólvora, pero los reporteros no la creían, incluso algunos decían que era falsa.
Pero no lo era. Los hombres armados llegaron en dos vehículos al plantel, en esta colonia que es un cinturón de miseria, con calles de terracería y vastos terrenos deshabitados, con zonas arboladas. La escuela se encuentra en una parte alejada de la población, un tanto solitaria.
De acuerdo con los testimonios, los intrusos doblaron una valla de alambre y al entrar sometieron a los presentes; a los profesores les quitaron celulares y algunos otros objetos, y a las alumnas las hincaron en el piso y, con machetes y tijeras podadoras, les cortaron el pelo.
“Les decían que se hicieran una trenza, y luego les cortaron”, relató una de las madres.
La versión se conoció por los propios maestros, que denunciaron los hechos ante el delegado de los Servicios Educativos en Acapulco-Coyuca, Alfredo Miranda Vergara, pero lo difícil fue localizar a alguna de las niñas víctimas del corte de pelo. Para ello fue necesario hacer una búsqueda de casa en casa, pero la gente rehuía hablar del tema por temor.
“Teníamos tanto miedo, creíamos que nos iban a cortar la cabeza -cuenta la única jovencita que accedió a dar su testimonio-. No sabíamos qué hacer, nada más nos mirábamos unos a otros”.
Su madre relató que cuando tomaron el control del plantel, los hombres armados procedieron a hincar a los estudiantes y a las mujeres en el interior de los salones y les pidieron que se hicieran una cola en el pelo, las que lo tenían largo. En total, estima que fueron unas 20 niñas rapadas, y dos maestras, y el pelo cortado se lo llevaron en unas bolsas.
Todo sucedió en alrededor de media hora, pero no hubo disparos. Después de obtener tanto los objetos como el pelo de las niñas, los hombres se retiraron en sus dos vehículos, como si nada hubiera pasado. Sin embargo, las clases se suspendieron. Más tarde, los profesores dirían, ya ante Miranda Vergara, que no regresarán a dar clases hasta que se les garantice la seguridad tanto para ellos como para los estudiantes.