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* En Cuajinicuilapa, fue tal vez la última visita de Andrés Manuel López Obrador a Guerrero en su calidad de Jefe del Ejecutivo

* “Vida, nada me debes; vida, estamos en paz”, leyó la gobernadora Evelyn Salgado en el poema de Amado Nervo

* El mandatario vino a Guerrero a inaugurar una carretera, y cientos salieron a las calles solo para verlo pasar y despedirlo

ROBERTO RAMÍREZ BRAVO    /

Cuajinicuilapa, 28 de julio de 2024. “Vida, nada me debes; vida, estamos en paz”, leyó la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, del poema de Amado Nervo ante el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Era el momento, sin duda, del adiós. Tal vez la de este domingo fue la última visita que López Obrador vaya a hacer a Guerrero en su carácter de presidente de la República, el presidente mexicano más querido en el último siglo, pues la cuenta regresiva se termina en 34 días exactos, cuando entregará la banda presidencial a su sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo.

Era el día de las despedidas, y cientos de personas se apostaron en algunos puntos de la carretera entre Marquelia y Cuajinicuilapa, con la esperanza de verlo pasar, de saludarlo, de tomarse la foto y tal vez entregarle algún documento que posiblemente ya no tendría tiempo para atenderlo y debería turnarlo a Sheinbaum Pardo.

La presidenta electa también lo acompañó durante esta visita al estado más obradorista del país en lo que ha de verse como una tersa sucesión, y la garantía de continuidad en los proyectos de la transformación del país y la visión de López Obrador, como la propia presidenta electa se encargó de dejarlo claro al hablar en la cancha techada de este municipio.

Era el día de las nostalgias anticipadas, a lo que Evelyn Salgado no pudo sustraerse en su discurso y en la lectura del poema Vida, de Amado Nervo. Pero, también lo dijo ella, no es un adiós sino un “hasta siempre”.

Hay que decirlo: no era un acto de despedida propiamente, sino un acto protocolario, en el que se leerían discursos, se explicaría la ampliación de la carretera que une a Acapulco con Pinotepa Nacional, pero que en este caso solo se trata del tramo que va desde Las Vigas, San Marcos, hasta Pinotepa.

Antes de llegar a la marcha andan por las calles, como desatados, las bandas de música, los danzantes -la danza de los Diablos se presentó formalmente en el evento, con una ambientación de música de Guerrero, la de la Filarmónica de Acapulco-, la gente colocó banderines de colores en sus casas, letreros, pancartas, que desde los domicilios de quienes no pudieron asistir al evento, recordaban su aprecio por López Obrador.

Poca clase política llegó al evento en la cancha, apenas por ahí se vio a la senadora electa Beatriz Mojica, en el área de las personalidades VIP; a la diputada local electa Marisol Bazán Fernández, revuelta entre el público de a pie. Por ahí el ex regidor de Acapulco, Adolfo Plancarte Jiménez, por ahí algunas otras representaciones. Pero, básicamente, a despedir al presidente fue la gente del pueblo.

“Me da mucho gusto estar con ustedes, al final de este gobierno”, expresó a su vez López Obrador. 

“Estamos terminando nuestro gobierno, y quiero compartirles mi estado de ánimo, quiero decirles que estoy muy contento. Estoy bien desde hace años, hace un poco más de 10 años me dio un infarto, pero la ciencia y el creador me sacaron adelante”, recordó, pero señaló que hace cerca de dos meses (en la elección) “me dieron un motor nuevo”.

En Guerrero, a López Obrador no solo se le recuerda porque construyó en su gobierno los caminos comunitarios que unen regiones apartadas, en La Montaña; ni porque después del huracán Otis en Acapulco, la ayuda para damnificados fue la mayor que se haya dado en la historia del país en casos de desastre; ni porque en su gobierno se hayan reformado la Ley Federal del Trabajo para restablecer el sistema de pensiones, ni solamente porque haya recuperado la industria petrolera para los mexicanos, o la reforma eléctrica, o porque haya echado abajo las reformas estructurales de Peña Nieto que privatizaban más al país.

Al presidente de México lo recuerdan en estas tierras, y así lo reflejaban en los rostros y los carteles a su paso, porque lo sienten cercano, porque caminó en los pueblos indígenas, porque caminó con los pueblos afromexicanos, porque conoce a las personas locales personalmente, como Andrés Manzano, el finado ex alcalde de Cuajinicuilapa a quien el presidente recordó en su discurso, o Cheto, el diputado federal migrante, originario de la Costa Chica y de quien no pudo recordar en ese momento su nombre.

“Hoy, a nuestro presidente -dijo Evelyn Salgado Pineda- no le decimos adiós, hoy a nuestro presidente le decimos: hasta siempre, siempre, con López Obrador”.

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