MARCOS PAZ GÓMEZ /
Acapulco, 05 de noviembre de 2022. La Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco, es el organismo público descentralizado encargado de la captación del agua, su distribución a los hogares y negocios, así como el tratamiento de las aguas negras, cuenta con personalidad jurídica propia, ingresos, equipo y personal propio, es una de las aristas para el desarrollo en el municipio de Acapulco o en teoría así debiera ser, la situación real es todo lo contrario. Un organismo sumido en adeudos con proveedores, el principal, la CFE, y una ineficiente distribución del agua potable para las colonias de la zona urbana, suburbana y el anfiteatro del puerto.
Si bien es cierto, el desarrollo urbano de Acapulco se dio de manera desmedida aunado a una serie de instalaciones añejas que dificulta el hacer llegar el agua potable, que es un derecho humano (ninguna cosa amenor), esto no lo convierte en un justificante para evadir las responsabilidades ante la población que habita en este puerto.
Al interior del organismo cohabitan dos organizaciones que representan los intereses de los trabajadores, dentro de esta la Sección XXVII del SUSPEG (Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero) que venía manejando y haciendo uso del organismo al antojo que le daba por la inercia de “la cultura del uca uca, el que lo encuentra se lo emboruca”, vio roto el cristal de su privilegio al surgir una nueva organización que en vías de su construcción y por una auténtica defensa de los intereses de la base trabajadora, y por sobre todo la dignificación del trabajador, sin permitir atropellos y abusos, un sindicato nuevo si lo queremos ver así a pesar de contar con más de 10 años de existir legalmente y con toda la documentación en regla, democrático, solidario ante las luchas del pueblo y que contra viento y marea ha trabajado por poner en el centro no los intereses de la mesa directiva ni los de el membrete, sino que su alba, su actuar está cimentado en quien es el motor de la historia, la base trabajadora.
El STOOAEG (Sindicato de Trabajadores de Organismos Operadores del Agua en el Estado de Guerrero), el conocido como Sindicato Rojo, pues es el color que en sus playeras, banderas y afiches portan con orgullo. Han caminado contra una triada maldita constituida por la Patronal o administración en turno, trienio tras trienio. Los tribunales y/o juntas de conciliación y arbitraje y el sindicato charro que tiene un control total y real del organismo.
En últimas fechas el sindicato charro ha abierto miedo a una rebelión al interior del organismo paramunicipal, ha llevado acciones desesperadas, pues pasó de la amenaza y una campaña de difamación al Sindicato Rojo, colocando lonas en los edificios, tratando de impedir que la base trabajadora se afiliara a este. Ahora, fruto de la desesperación en la que cae quien sabe que está a un paso de sucumbir, abre la afiliación en su sección; la XXVII (correspondiente a Capama). Esto en obediencia a un resolutivo de su Congreso General Permanente aprobado el 29 de septiembre del año en curso, que reformó los artículos dos, sexto y todos aquellos referidos al título octavo que compete a la afiliación de trabajadores.
(https://suracapulco.mx/impreso/4/llama-suspeg-a-empleados-supernumerarios-municipales-a-registrarse-en-sus-secciones/)
Pero esto es simplemente para impedir que las y los trabajadores puedan optar por afiliarse a cualquier sindicato existente al interior del centro de trabajo. En honor a la verdad, esta afiliación no concede a quienes la realicen, ningún tipo de derecho o prestación, no tienen derecho a voto en las asambleas para elegir al respectivo dirigente sindical, ni tampoco recibirán los beneficios de los trabajadores basificados.
(https://suracapulco.mx/impreso/4/llama-suspeg-a-empleados-supernumerarios-municipales-a-registrarse-en-sus-secciones/)
En qué conviene a los trabajadores afiliarse a un grupo que funciona como mafia al interior del organismo y cataloga a trabajadores como de primera y/o de segunda, que incluso ha boicoteado, negado y metido en una lista negra como si los años más nefastos del Macarthismo americano no hubieran pasado, a los trabajadores que optan por la dignidad y se afilian a otro sindicato o que van a dar la pelea por sus derechos. En el absurdo de lo irreal existen trabajadores que llevan más de 25 años laborando en dicho organismo y no se han podido basificar, otros llevan 5, 10 o incluso 15 años siendo trabajadores de lista de raya y el charrismo no se había preocupado nunca por ellos hasta que el Sindicato Rojo realizó las gestiones para convertirlos en trabajadores de contrato.
Contra toda lógica, en la mayoría de las empresas privadas, es el sindicato charro o blanco quien se hinca ante el poder o la administración de la empresa, lame las migajas que los patrones ceden para tener a las y los trabajadores cautivos y en actitud pasiva. Aquí caso contrario, pues los charros se han convertido en el poder real tras la empresa, bajo el membrete de un sindicato que hace todo, menos velar por los intereses de sus agremiados. Patético y lamentable caso de las autoridades que perciben que en tres años tendrán peor suerte y ven ante la charriza sindical el oro que vuelve locos a los débiles de convicciones y evidencia las desmedidas ambiciones de los vulgares.
Como dato, ha habido algunas prestaciones que trabajadores y trabajadoras de CAPAMA han obtenido a base de lucha, sudor, movilización y dignidad, estas por ejemplo son: bono del día del burócrata, días económicos, pago de retroactivo, etcétera, y la forma en que los han recibido es mediante la movilización que ha encabezado el Sindicato Rojo, el STOOAEG, quien no ha realizado distinción alguna de trabajadores de primera o de segunda como constantemente lo han venido haciendo los charros.
El sindicato Rojo, el STOOAEG, lleva luchando desde agosto de 2021 por diferentes demandas, podemos señalar dos esenciales: la obtención del Seguro Social en su Modalidad 42 y la entrega de las cuotas que ya se les descuentan a los trabajadores afiliados a esta organización, cuotas que hasta el momento la patronal no ha querido entregar, respondiendo a los intereses de los charros en lugar de cumplir un trámite. Esta mezquina patronal debería dejar de responder a la tronada de dedos que le hacen los charros y debe dejar de entrometerse en la vida sindical de las organizaciones, actitudes penalizadas como lo señala la Ley Federal del Trabajo en su artículo 357.
“Se consideran actos de injerencia las acciones o medidas tendientes a fomentar la constitución de organizaciones de trabajadores dominadas por un patrón o una organización de patrones, o a apoyar de cualquier forma a organizaciones de trabajadores con objeto de colocarlas bajo su control. Las prestaciones pactadas en la contratación colectiva no serán consideradas como actos de injerencia.”
Párrafo adicionado DOF 01-05-2019
“Cualquier injerencia indebida será sancionada en los términos que disponga la Ley.”
Párrafo adicionado DOF 30-11-2012
A qué intereses mezquinos obedece que en los comprobantes de pago a las y los afiliados del Sindicato Rojo se les realice el descuento y la patronal no entregue referidas cuotas que no son otra cosa más que la aportación que realizan obreros consientes de la clase social a que pertenecen y que están enterados de las actividades que el sindicato Rojo realiza.
Quién es la mano ejecutora que detiene un trámite, desde qué oficina pestilente y sentados en qué silla están aquellos enemigos de la clase trabajadora y sus esquiroles que obedecen a que el charrismo ya les regalo bases o les prometió dárselas a sus familiares si impiden que el Sindicato Rojo crezca, creyendo que, con esto, la necedad de los trabajadores se detendrá, pero sumidos en su error no dimensionan que su necedad no es otra que lograr el respeto, ¡conseguir que todos los derechos sean para todas y todos!