* Conmemoran los 79 años de vida ejidal y del nacimiento de Azueta
HERCILIA CASTRO /
Zihuatanejo, 12 de enero de 2017. El Ejido de Zihuatanejo estuvo de manteles largos, pues cumplió 79 años de su creación y fue testigo del nacimiento del municipio de José Azueta, señaló en la fiesta el comisariado ejidal, Jorge Luis Reyes López.
Presentes en su mayoría, los ejidatarios junto con sus hijos sucesores, nietos y amigos, convivieron al ritmo del mariachi, cortesía del alcalde Gustavo García Bello.
El ambiente era familia, jocoso y también calmo, pues la mayoría de los ejidatarios sobrevivientes de la segunda y tercera generación, rondan entre los 90 y 60 años de edad.
El mariachi amenizó desde la entrada con Las Mañanitas, Mujeres divinas, El mariachi loco, El rey, La Vikina, Cucurrucucu Paloma, entre otras.
Ahí, mientras los ejidatarios y amigos degustaban una pechuga rellena de espinacas a la crema, Reyes López pidió una pausa para relatar el origen del ejido de Zihuatanejo.
Y es que, la historia de Zihuatanejo, relató, se basó en un movimiento de lucha campesina, pues fue desde 1930 en que el grupo de campesinos solicitó al gobierno federal, la dotación de tierras para ser ejido, lo cual fue publicado el 16 de julio de ese año en el Diario Oficial del Estado de Guerrero.
Sin embargo, recalcó que hubo indiferencia por parte del gobernador Adrián Castrejón Castrejón “se evidenció al no dictar su fallo al aceptar la solicitud, por lo que se cambia este asunto, a manos del poder agrario para ver su revisión, y sentencia definitiva”.
Relató que el origen de Zihuatanejo se estaba gestando en un no nato al cual el gobernador quería abortar, pues el gobernador negó la creación del ejido a los campesinos del lugar.
“El tiempo diría que la miopía política del gobernador no le permitió ser actor positivo, en la gloria de un nacimiento ilustre, nuestro ejido de Zihuatanejo”, dijo.
El comisariado señaló que fue hasta 1937 en que se hizo un censo de población, quizá el primero, que arrojó el número de 360 habitantes en Zihuatanejo, de los cuales 60 eran reconocidos como jefes de familia y 77 individuos con derecho a dotación.
“Era el último año del gobernador José Inocente Lugo y ya en el próximo alumbramiento agrario, ese mismo año asciende como gobernador de nuestro estado, Alberto F Berber, y si con el gobernador Adrián Castrejón Castrejón, y José Inocente Lugo se da la indiferencia, con éste último se da la negativa”, recalcó.
Sin embargo, destacó que la persistencia de los antecesores no mermó y fue el 12 de enero de 1938, que mediante un Decreto Oficial de la Federación firmado por el presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río, se crea el ejido de Zihuatanejo.
“No eran tiempos fáciles, el comité agrario municipal era hostigado por los terratenientes que se oponían a la creación del ejido, pero los peligros físicos que vivían los ejidatarios fortalecieron el espíritu de lucha”, dijo.
Destacó que el ejido de Zihuatanejo nació con 3 mil 880 hectáreas, 3 mil 52 fueron expropiadas a la hacienda de Agua de Correa, propiedad de la hacienda de Inguarán, hasta la hacienda de La Puerta, propiedad de la testamentaría de Francisco Galeana a quien se le expropiaron 474 hectáreas, y una fracción de esa misma hacienda de 354 hectáreas, propiedad de Adrián Leyva que había comprado antes de la expropiación.
“La historia moderna y actual, se originó aquí en el ejido de Zihuatanejo, el tiempo será fiel testigo de los acontecimientos posteriores”, dijo.
En el primer comité agrario estaba Felipe Palacios Velarde, Wenceslao García Ramírez, y Alfonso Palacios Velarde en su carácter de presidente, secretario y vocal.
También, que el primer comisariado ejidal, fue Gregorio Chávez y como su suplente a Gregorio Valle.
Recordó que fue hasta el 1 de enero de 1954 cuando se erige el municipio de José Azueta, “siendo un mozuelo de 16 años el ejido de Zihuatanejo, y su decreto de erección fue firmado por el gobernador Alejandro Gómez Maganda el 23 de diciembre de 1953”.
Fue entonces cuando salen del ejido de Zihuatanejo, los dos primeros regidores como Caritina Gómez y Jesús Ávila, y logrando que el ejido formara parte activa de la política en la entidad.
También, los primeros alcaldes que salieron de ese ejido, fueron Salvador Espino, Eladio Palacios Soberanis, Víctor Solano Pérez (aún vivo), y Jorge Allec Galeana.
Sin embargo, Reyes López no se olvidó de los pendientes por resolver como la deuda del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur).
“Aún tenemos pendientes que resolver y algo doloroso como es el robo que Fonatur pretende cometer con nosotros a 44 años de haber expropiado sólo el gobierno federal, más de 480 hectáreas en Ixtapa. No debemos claudicar, y si las circunstancias nos exigen mayor empuje y sacrificio, no dudemos en hacerlo”.
Agregó que “señores ejidatarios, ustedes como yo, representamos la tercera o cuarta generación de los fundadores de nuestro ejido de nuestra sociedad, estamos aquí por nuestros abuelos, bisabuelos y padres, quizá, yo represento a la tercera generación de los Reyes López, y en su momento alguien me sucederá, será un Reyes López”.
“Gracias a todos, felicidades a todos, y deseo junto con ustedes una larga vida al ejido de Zihuatanejo, por favor, ejidatarios e invitados, démonos un rato de placer puro, y de pie, brindemos un minuto de aplausos por los que fueron, y por los que serán”, dijo.
Emocionados, las ejidatarias y ejidatarios aplaudieron por el 79 aniversario del ejido de Zihuatanejo, formado por la persistencia y lucha del ahora casi extinto, campesinado.
Al final, luego de la felicitación del secretario del ayuntamiento, Homero Rodríguez Rodríguez, y su promesa de que para el 80 aniversario del ejido, participará con la celebración, a los sobrevivientes del ejido.
Antes de que se formara el municipio de José Azueta, Zihuatanejo perteneció al municipio de La Unión, y la hacienda de Inguarán, llegaban sus terrenos desde más allá de La Unión, hasta el municipio de Petatlán, aseguran algunos ejidatarios.
Los campesinos, bajo el poder de los terratenientes, vivían en condiciones de esclavos, pues incluso, no podían comprar la manta para sus ropas en otro lugar que no fuera la tienda de raya de las haciendas.
Mucho menos, faltar a misa de domingo de las 6 de la mañana, porque les era descontado el día de trabajo.
Por ello, después de que pasó la Revolución Mexicana, los campesinos de Zihuatanejo, comenzaron a luchar por la creación de su ejido.