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* Hay una ingobernabilidad muy alta por falta de eficacia y solidaridad de las autoridades, dice

* “El gobierno ve a los ciudadanos como números, no como personas que padecen”

* Al no cumplir la ley, la autoridad pierde legitimidad, advierte

* “Tiene más quien más poder tiene y quien más violento y agresivo es, no quien es más capaz, quien es más inteligente, quien está más preparado»

SANTIAGO HERRERA   /

 

Acapulco, 08 de agosto de 2017. En Acapulco, dice el economista y defensor de los derechos Humanos, Javier Morlett Macho, se percibe “mucho dolor”, pero sobre todo, “lo que veo es una ingobernabilidad muy alta”.

En entrevista con La Plaza, afirma que deben cambiar las reglas del juego de la política, porque quienes ascienden a los cargos públicos son solo quienes tienen más poder.

-A través de todo este camino que ha recorrido en atención a víctimas, conociendo la problemática a fondo del estado, ¿cómo ve el panorama del puerto actualmente?

-Desde esa perspectiva que tú me indicas, yo lo que veo es que hay mucho dolor en la gente, y es un dolor que no está siendo encauzado, no está siendo atendido, ni siquiera es observado. Es decir, el gobierno ve a las personas como ciudadanos, como números, y no los ve como personas que padecen ya sea la pérdida de un ser querido o que padecen la miseria, la subyugación a la que es objeto, al abandono, y todo eso genera en la psiquis de las personas, un dolor que al no ser atendido se convierte en un resentimiento a cualquier cosa que signifique poder, es por ello que vemos hoy en día al país, especialmente en Acapulco, un gran resentimiento de la sociedad en contra de sus autoridades.

-¿Usted cree que hay un vacío de gobierno o una desatención?

-Yo voy más allá, yo lo que veo es una ingobernabilidad, claro la gobernabilidad no se puede hablar de manera absoluta: o hay gobernabilidad o hay ingobernabilidad. No, lo que hay son grados de ingobernabilidad, y en diferentes regiones del estado lo que se observa son grados distintos. Hablando específicamente de Acapulco se observa una ingobernabilidad muy alta, no solo por la falta de eficacia y solidaridad de las autoridades federales, estatales, pero sobre todo la municipal, quien se ha desentendido completamente de este problema, a tal grado de que gran parte de la población observa a la autoridad como su enemiga, eso significa que la autoridad ya no tiene la autoridad, valga la redundancia, para imponer la ley. Esto ha generado en Acapulco lo que hemos denominado una difusión masiva de la cultura de la ilegalidad. La percepción de la sociedad es que si el gobierno no cumple con la ley e inclusive fomenta la violación a la ley, entonces esa autoridad pierde legitimidad para imponer la ley.

Foto La Plaza.

Morlett Macho, mencionado como un posible candidato de Morena a la alcaldía, señala que se puede cambiar esta perspectiva, pero advierte que “será un proceso muy largo, se necesita fortalecer las capacidades positivas para salir de este marasmo de violencia, fortalecer algunas instituciones de las cuales la sociedad pueda tomarse para salir delante de su dolor, se necesita fomentar de manera radical las actividades culturales y educativas, se requiere fundamentalmente desarrollar actividades de generación de empleos, sobre todo en jóvenes, en las partes más alejadas de la ciudad, no en la Costera ni en el Centro, sino en las partes donde habita la mayor parte de los jóvenes sin oportunidad”.

“Lo que la sociedad ha generado en las orillas de la ciudad de Acapulco, es un gran ejercito de reserva del crimen organizado. Los jóvenes ante sus condiciones de pobreza, pero sobre todo ante la falta de esperanza por la falta de oportunidades para salir adelante, se les presenta la oportunidad del crimen organizado, de vivir aunque sea unos años de manera digna, les ofrecen suficiente dinero para obtener aquellos bienes que los jóvenes por su edad, desean con ansiedad, de tal manera que son fácilmente cooptados por el crimen organizado para participar en sus acciones delictivas”, señala.

Enfatiza en que muchos de esos jóvenes a los que hace alusión están muertos o en la cárcel y señala que el problema es la ausencia de oportunidades y “la inexistencia de esperanza de una vida mejor.

-¿Quién ha fallado?

-Todos han fallado, porque si las instituciones encargadas de resolver el problema no se dedican a resolver el problema, sino que se dedican a hacer política, la institución está diseñada, y funciona, como entidad para hacer política y no resolver problemas. En ese enfoque, aquella persona que participa en esa institución y si quiere trabajar en la solución del problema, obviamente no es funcional a la institución que fue creada con otro propósito: generar burocracia, y generar política y generar recursos para actividades que no tienen que ver con la solución del problema. Ese es un punto, el otro es el modelo que se ha seguido para resolver el problema de la violencia. Se destinan cantidades gigantescas de dinero para resolver la inseguridad y la falta de oportunidad de jóvenes, pero esos recursos no llegan a quienes deben de llegar. En el proceso de distribución de esos recursos van quedando en manos que no lo necesitan, las instituciones no logran llevar los problemas de ayuda a los jóvenes porque están lejos, apartados, algunos hasta escondidos, y únicamente llegan a las personas cercanas a las autoridades, a aquellos que participan en campañas políticas, a aquellos familiares de los funcionarios que realmente no lo necesitan con tanta urgencia, entonces han fallado dos cosas, las instituciones, no las personas. El diseño y construcción de las instituciones y segundo el modelo, que ya se demostró que a las cuales se dedican grandes cantidades de recursos, y sin embargo la violencia sigue aumentando, lo absurdo de todo esto es que esto lo observamos año con año, se observa el fracaso del modelo, pero año con año se continúa con el mismo modelo, eso nos permite advertir que detrás de este modelo de contención de la violencia y la generación de oportunidades a jóvenes, en el fondo lo que hay, no es una verdadera intención de resolver ese problema, sino de generar negocios para aquellas personas que están involucrados en la cadena económica que ya se formó, derivada de esos grandes recursos que se destinan a la inseguridad.

Morlett Macho, señala convencido que lo que en México se necesita es un cambio de régimen, explica que con ello no habla de una revolución, sino de nuevas reglas en el que llama, juego de la política, pues considera que la forma de llegar al poder hoy en día están corrompidas, asegurando con ello, dice, que quien llega al poder lo hace con intereses creados y por ende se ve imposibilitado de poder cambiar ese sistema.

Foto La Plaza.

“¿Cuál es proceso legal para llegar al poder?, ¿cuál es el proceso legal para ejercer el poder?, ¿cuál es el proceso legal para rendir cuentas?, eso es lo que se tiene que hacer: cambio de régimen, nuevas reglas de la política, un nuevo modelo de gestión de problemas, no como hoy en día, a base de dinero y burocracia”.

En ese sentido, propone que las nuevas reglas sean que quien ascienda en la política, sea porque ha hecho méritos y porque “trabajó con honestidad, con responsabilidad y con eficacia, esa es la manera con la que un político debería ascender, pero hoy quien asciende en la política, es quien entra a los juegos perversos de poder para obtener dinero y con ese dinero comprar o financiar puestos de elección popular o cambios burocráticos que les represente un ingreso permanente sin producir nada para la ciudad”.

“Por eso la ciudad está tan pobre, hoy en día los que gobiernan, los empresarios, en general toda la sociedad que participa en la actividad económica no están dedicados a generar riquezas, están dedicados a arrebatarse, a combatir, a pelearse por la poca pobreza que hay, bajo esas condiciones ¿quién genera riqueza?, bajo esas condiciones ¿hacia donde se van los recursos, los pocos recursos que hay?, a quien más poder tiene. No es entonces una economía de mercado la que estamos viviendo”, indica.

Sobre ello, explica que una economía de mercado, es en la que todos están en igualdad de circunstancias, y ejemplifica que hoy en día la situación es de “tiene más quien más poder tiene y quien más violento y agresivo es, no quien es más capaz, quien es más inteligente, quien está más preparado. Al inteligente, al preparado, al honesto al que quiere hacer bien las cosas no les es funcional el modelo actual, lo que tenemos entonces son funcionarios de tercera y cuarto categoría”.

-¿Atraer inversión, entonces, no es necesariamente sinónimo de progreso?

-Sí, la inversión es el principal factor del crecimiento económico, el problema es que con las condiciones de caos y de ausencia de la legalidad, ¿quién va a invertir?, son muy pocas las inversiones que hay en Acapulco, porque no están dadas las condiciones de certeza al inversionista, el inversionista quiere recuperar su inversión, no quiere regalar su dinero y las autoridades de Guerrero y de Acapulco, no le han dado esa certidumbre al inversionista.

 

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