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En Estado Unidos, los empleadores explotan a los migrantes todos los días; como no cotizan en el seguro no tienen derecho a servicio medico; y cuando no pueden trabajar, son abandonados hasta por su propia familia.

Por Kau Sirenio / @kausirenio

El triunfo del republicano Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre marcó el retroceso para los migrantes irregulares en Estados Unidos: el lenguaje racista y xenófobo en contra de la comunidad migrante no solo creo estigma en  ese país, sino también en los países expulsores, y colocó a estas personas en una situación de desventaja. 

En 2021, con el apoyo de la Organización de Trabajo (OIT), realicé un reportaje con la comunidad migrante. Eran deportados y retornados de Estados Unidos, la historia que narraron son desgarradoras, de ahí la pregunta ¿Estamos preparados para recibir a los migrantes deportados y retornados?. 

Tal vez la respuesta no es lo más aliciente que digamos, pero el Estado mexicano ha creado una imagen adversa hacia los conacionales: primero, el trámite es demasiado clasista en el país, esto convierte a los mexicanos en extranjeros en su propia tierra. Segundo, si los paisanos regresan ¿de dónde saldrán las remesas?, que es lo único que le preocupa al gobierno mexicano. 

Tres, la edad de los migrantes deportados y retornados impide que se inserten en el campo laboral en el país, los empleadores siempre discriminan a los desempleados por su edad; y cuatro, el estigma que le endilgó el virtual presidente electo de Estados Unidos, Donal Trump logro un efecto dominó en los países expulsores de migrantes.  

En ese reportaje, Adán Jácome León compartió su experiencia: “Los migrantes deportados o retornados llegan sin la credencial elector, otros compañeros que se fueron con sus papás cuando aún no tenían la mayoría de edad, cuando regresan no tienen ni el acta de nacimiento. Luego te piden para cualquier trámite, comprobante de domicilio, pero eso no se tiene a la mano, por eso es muy importante concientizar a los paisanos que se van que deben de organizar sus documentos antes de salir del país”. 

En la conversación en verano de 2021, Jácome León habló de los problemas que enfrentó cuando llegó al país después de 16 años en Estados Unidos:

“Fui deportado en el 2016, dos meses después empecé a tocar puertas de las fábricas, todos me decían que no había puesto para mí, además me preguntaban que dónde estuve durante 16 años, les dije que en Estados Unidos, me decían ‘¿Sabes? que no te puedo dar trabajo’, a lo mejor piensan que robé, por eso me deportaron, no sé, pueden pensar muchas cosas de uno, así es la discriminación, gracias al discurso de odio en contra de los migrantes por Donald Trump”.

Y agregó: “Los mexicanos son xenofóbicos, cuando quieren te discriminan por tu color, o por el simple hecho de haber emigrado y que te hayan deportado. Creen que uno mató o violó, por eso le quitan las oportunidades de rehacer su vida aquí. La burocracia mexicana también hace lo suyo, para un trámite tardan para darle curso, arguyendo que no llevas todos los requisitos”.

De acuerdo con Julia Salamanca, en México, miles de migrantes retornados y deportados enfrentan el rechazo y la discriminación por no contar con documentos oficiales; además, después de pasar gran parte de su vida fuera del país, regresan a una edad en que le resulta difícil colocarse en el campo laboral, por falta de experiencia que es muy distinto al que se acostumbraron en el otro Estados Unidos. 

“Busqué trabajo en fábricas, por eso de seguro social, pero por mi edad me rechazaban; no me quedó de otra que trabajar en una tortillería; como no tengo agilidad por mi edad, me despidieron. De ahí, vendí pizzas en los tianguis; ahí me acusaron de robar 200 pesos; tuve que reponer ese dinero a pesar de que me pagaban 150 al día. Ese trabajo lo dejé porque no podíamos ir al baño, lo que me provocó infección en el riñón”, narró Julia Salamanca. 

La defensora se los migrantes en Estados Unidos, Maru Mora cuestiona la política migratoria del gobierno mexicano: “¿Que haría México sin la remesas, si nos regresamos todes a México?, si hoy mismo, no hay apoyo a los retornados y deportados, ¿Cómo garantizan apoyo a quienes quieran regresar y a quienes serán deportados?”

Así las cosas, la política migratoria de Donald Trump nos pone de nueva cuenta en la cuerda floja y digo, “nos pone” porque la nueva relación con la comunidad migrante, deportados y retornados para que encuentren una política de Estado que le permita rehacer su vida, y no se convierta en trauma y desolación en su retorno. 

Es momento de mirar a los migrantes como personas de carne y hueso y dejar de tratarlo como héroes, porque en Estado Unidos, los empleadores los explotan todos los días; como no cotizan en el seguro no tienen derecho a servicio medico; y cuando no pueden trabajar son abandonados hasta por su propia familia.

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