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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 19 de mayo de 2020.

Félix Salgado Macedonio solicitó licencia al Senado de la República para separarse del cargo de representación por Guerrero y, proponiéndoselo o no, abrió los juegos de artificios de la contienda por la gubernatura que tendrá lugar el próximo año.

Es ineludible: Félix Salgado es el personaje que puntea en todas las encuestas, y Morena es el partido que tiene todas las preferencias para ganar la elección de 2021, aunque, claro, como se sabe, las encuestas son el reflejo de un día y falta un año para la jornada decisiva.

Pero por este solo hecho, y en este preciso momento, la decisión de Salgado Macedonio de separarse de su curul en el Senado, se observa como íntimamente ligada con la posibilidad de que se esté apuntando para competir.

Sin embargo hay que anotar algunos datos: uno, es que no era estrictamente necesario que pidiera licencia en este momento, pues el proceso electoral empieza en septiembre, y el estatuto de Morena señala que quienes quieran competir tienen que separarse de su cargo 90 días antes, lo que implica que quienes también aspiran, pueden esperar hasta junio para hacerlo. Sería el caso, si definieran participar, de la alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, y del delegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros.

Por lo pronto, el también exalcalde de Acapulco se ha soltado de la eventual atadura que pudiera implicarle su curul en el Senado, un mes antes del plazo estatutario.

Lo sustituirá en el cargo su suplente, Saúl López Sollano, quien ya fue su suplente la primera vez que fue senador, y también lo sustituyó al final de su período.

Félix Salgado es un caso casi inédito en la política en Guerrero. Su carácter bonachón, y su tendencia a convivir con las personas más humildes, a viajar en taxi y sin seguridad, entre otras cosas, lo han convertido en un personaje muy popular, a pesar de que antes del Senado estuvo alejado de la política durante 10 años.

Terminó su gobierno municipal en 2008 y se fue a trabajar como director de La Jornada Guerrero y se retiró de la misma en 2015. Aunque siempre se le mencionó como un prospecto para candidaturas (la del gobierno estatal en 2010, por ejemplo, justo cuando Armando Chavarría era el más visible), o incluso para presidencia municipal de Acapulco por segunda ocasión (en 2017, antes de que se definiera que iría por la Senaduría), la realidad es que él se mantuvo al margen.

Que participara como candidato al Senado resultó para muchos inexplicable, porque en tanto tiempo ya se habían acostumbrado a verlo fuera de los reflectores, y fue también una sorpresa que ganara con una votación que nunca se había visto antes en una candidatura de este tipo. En Guerrero, solamente dos candidatos a gobernador habían tenido votaciones históricas: el primero fue Zeferino Torreblanca, que llegó a cifras nunca antes vistas en elección de un gobernador y se convirtió en el mandatario más votado en la historia de la entidad; el segundo fue Ángel Aguirre, que rebasó al primero en más de 100 mil votos; y luego vino Félix Salgado, que sin ser candidato a gobernador, sino solo al Senado, los rebasó a los dos.

La historia política de Félix Salgado es demasiado conocida: fue dos veces diputado federal (una vez llamado diputado costales, por haber exhibido costales con boletas quemadas en el proceso electoral de 1988; y después diputado mantas, por introducir unas mantas de protesta en la Cámara de Diputados), fue dos veces senador y fue alcalde de Acapulco. Compitió dos veces por la gubernatura y en las dos hubo la sensación de que las ganó, pero que el triunfo le fue arrebatado mediante el fraude por la estructura PRI-Gobierno de entonces.

Algún orgullo debe sentir, de que sus detractores tengan que atacarlo utilizando un video del año 2000 (hace 20 años), o criticando los discos musicales que grabó, o la película que protagonizó (y no hablan del libro que escribió, porque no leen), ya que eso sería su mejor argumento para demostrar que no hay en su pasado algo oscuro de lo que en verdad pueda avergonzarse. Para acusaciones de este tipo (y de ser mujeriego, por ejemplo), Salgado Macedonio acuñó una frase contundente: “soy incalumniable: todo lo que digan de mí es cierto”.

En este momento, el todavía senador (la licencia se la otorgarían en la sesión de mañana miércoles), no ha precisado que su intención de separarse es para buscar la gubernatura, aunque esa es la lectura inmediata.

Sin duda esa esa una presión para que sus compañeros de partido que también están pensando en participar, se vayan decidiendo.

Desde luego, es también una jugada que lanza mensajes al resto de los partidos, para que vayan viendo sus cartas y con quienes podrían hacer una competencia real para mantener la gubernatura o volver a dejarla ir.

El primer juego de mano ha sido dado. Como dice Gaby Carmona, vamos a ver qué pasa.

 

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