* Las mujeres viven una situación grave, con tantas asesinadas, afirma la ex diputada federal, originaria de Cruz Grande
HERCILIA CASTRO /
Ciudad de México, 7 de marzo de 2017. Vivieron las décadas más nocivas, persecuciones, el machismo, misoginia, burlas, persecución política, y, a pesar de la discriminación, se empoderaron convirtiéndose en activistas y luchadoras sociales.
Florentina Rosario Morales es una de ellas, nacida en Cruz Grande, municipio de Florencio Villarreal; y de origen indígena, relata que cuando inició su actividad política, fue “con inconsciencia”.
Rosario Morales cuenta que “ya sabes que aquí como guerrerenses, como mexicanos, los hombres son muy machistas”.
“Hace 30 años o más, puedo decir que ahorita es menos (el machismo), ha disminuido, nos permiten participar los hombres, no muy a gusto, pero ya no nos afectan, porque ya son nuestros derechos”, dijo.
Recuerda que cuando inició, el sexo opuesto minimizaba a las mujeres con frases como: “No pues tú eres mujer, tú no vas a poder, no tienes poder de convencimiento, pero poco a poco fuimos ganando espacios”.
Rosario Morales recuerda que afortunadamente ella vivió al lado de un hombre que la respetó en todo momento y la impulsó a empoderarse, el luchador social y líder del Frente de Organizaciones Democráticas del Estado de Guerrero (Fodeg), ya fallecido, Bertoldo Martínez Cruz.
Rosario Morales cuenta que con Bertoldo comenzaron a trabajar por Azoyú, ella como maestra y Martínez Cruz como médico, pero se dio cuenta del trato indigno e inhumano hacia las mujeres, y es cuando empiezan a luchar.
Recuerda que a finales de los 80 inicia el Partido de la Revolución Democrática (PRD) “que hablaba de que los pobres deberíamos estar ahí, y así se fue dando, primero fui secretaria general del partido aquí en Cruz Grande, luego presidenta del comité, luego regidora, y de ahí empezamos a trabajar con las mujeres”.
La luchadora social y ex diputada federal relata que “siempre hay discriminación de gente que se creía más que uno -en el congreso- pero creo hicimos buen trabajo con las organizaciones sociales”.
De los inicios del PRD cuando se le trataba de violentos a la vieja guardia, recuerda que al marchar o saber que era perredista, “nos gritaban los perros, por el PRD, ahí van los perros”.
Pero no todo ha sido vida política en la vida de Rosario Morales, madre de tres hijos y esposa de un activista, subraya que en el tiempo que Martínez Cruz se encontraba preso en Puente Grande, al marchar, la gente les ofendía.
“A Bertoldo lo detienen en 1995, después de Aguas Blancas (la masacre de 17 campesinos), sale en 2004, le tocó ver lo que hicieron ahí”, cuenta.
Sobre cómo fue que mantuvo a su familia y logró seguir su actividad política, subraya que “yo soy maestra, y trabajaba horas extras, al menos alimento no les faltaba a mis hijos, eso sí, no te negaré, no tenían lujos, pero sí, estrecheces”.
“Con muchas limitantes, con muchas escases, estreches de juguetes, no tuvimos esa costumbre de festejar, de cumpleaños, afortunadamente son hombres, les decía, no pues se ve mal un cumpleaños de hombres, es para niñas. En Navidad, en Reyes, les decía, no hijo, no existen los reyes, y platicas con Mario y te va a decir eso. Les decía, vas a comer, o tener juguete, convenciéndolos, y así sacándolos adelante”, relata.
Rosario Morales se congratula de que sus hijos son profesionistas, con valores, y con el aprendizaje de inconformarse ante las injusticias, al igual que sus padres.
De la situación actual de las mujeres, considera que se vive una situación grave en todo el país pues “no tenemos esa garantía ya de que podamos salir, no se veían tantas mujeres asesinadas, destazadas, actualmente, no valemos nada”.
“Yo, pienso que la solución sería que nos juntáramos todas las mujeres e impulsar una estrategia de que se nos tomara bien en cuenta”, dice.
Refiere que ahora ya está la ley de la paridad donde existe 50 por ciento para las mujeres en cargos, “pero eso no nos tiene aún a un nivel como los hombres, parejo”.
“Sería eso, unirnos las mujeres, tener los mismos derechos, somos seres humanos, somos seres pensantes, hacemos los mismos trabajos, no debe existir el sexo débil. Si nos preparamos igual, hacemos el mismo trabajo, estamos en iguales condiciones”, recalca.
A las jóvenes, les aconseja que se deben de preparar, estudiar, no decir “no me gusta preparar porque no hay trabajo, si tú tienes un papel no se dan las cosas así nada más, también tienes qué luchar para lograr tus metas”.