* Amagan médicos con un paro de hospitales y consultorios públicos y privados en 48 horas
VERÓNICA CASTREJÓN ROMÁN /
Acapulco, a 14 de octubre de 2018. La palabra “¡justicia!” recorrió como un mantra todas las voces, en la marcha celebrada esta mañana en la Costera de Acapulco, por unos 500 médicos que exigieron respuesta de las autoridades ante el asesinato de la oftalmóloga Reyna Valenzo Pérez, y amagaron con un paro y una marcha de alcances estatales si esa respuesta no llega en 48 horas.
Además, conminaron al gobernador Héctor Astudillo Flores, a cumplir su promesa de paz en el estado de Guerrero, ante la ola creciente de violencia que el viernes pasado, en el fraccionamiento Hornos Insurgentes, a la altura de la estatua del exgobernador, José Francisco Ruiz Massieu, arrebató la vida a la doctora jubilada del Instituto Mexicano del seguro Social y trabajadora el Centro Estatal de Oftalmología y de Salud Municipal.
Extorsiones, amenazas, secuestros y asesinatos en el gremio médico acapulqueño desembocaron en otro mantra: miedo. “Sí, tenemos miedo, pero queremos decir a los gobernantes que ya estamos cansados, y queremos resultado de los tres niveles de gobierno”, advirtió micrófono en mano el doctor Mario Martínez, quien criticó: “el gobierno dice que no pasa nada; y no pasa nada pero a ellos, porque no han secuestrado a funcionarios ni al gobernador ni a ningún familiar de Peña Nieto”.
Enseguida lanzó un reto al fiscal de Guerrero, Jorge Zuriel de los Santos Barrila: “¡Si no puede, que renuncie! Les damos 48 horas para que revisen las cámaras de C-4, pues mientras hay retenes para que los ciudadanos no andemos armados, los delincuentes andan en la calle con armas de alto poder”.
Con lágrimas en los ojos, muchas de las manifestantes congregadas en el zócalo de Acapulco rubricaron al unísono la propuesta de «¡ni una muerta más!», pero, Roxana Tapia Carbajal, directora de la Unidad Quirúrgica de Hogar Moderno, lugar donde la víctima trabajaba, acusó que no existe ningún protocolo de seguridad para proteger a los trabajadores de la Salud, pese a que cada vez son más los victimizados por la delincuencia.
“Hay más muertos y crece el número de extorsionados –son más de mil, sostuvo; y sin embargo, dijo-, no hay ninguna respuesta de las autoridades”; detalló que las extorsiones se las hacen en sus consultorios, por teléfono, y últimamente, hasta por Estafeta, vía por la cual les llegan sobres con datos para que las víctimas depositen determinadas sumas de dinero.
Otros, que prefirieron guardar el anonimato, dijeron que algunas veces, los delincuentes llegan a los consultorios y colocan una bala en el escritorio del doctor con un recado en el que anotan alguna cuenta bancaria y la cantidad de dinero reclamada, ¿y ante quién se denuncia? Si no hay confianza en las autoridades, adujeron.
“Llegan a las casas y nos enseñan fotos de nuestras familias, y no dicen que matarán a todos; y yo pregunto, ¿qué hace la Marina, el Ejército, los funcionarios? ellos saben quiénes son los asesinos y dónde están. Somos muchos médicos, lo mismo que comerciantes y otros profesionistas, ese es el modo ¿y a quién recurre uno? No hay confianza de la población en las autoridades ni en las policías que están inmiscuidas; y lo vimos apenas con la detención de mandos en el ayuntamiento”, denunció el médico jubilado Rubén Padilla Fierro.
Ante ello, y secundando la propuesta hecha con anterioridad, Padilla Fiero propuso a los reunidos en el mitin parar consultorios y hospitales del IMSS, ISSSTE, la Secretaría de Salud y todos los privados; “todos los consultorios, ni un paciente más, salvo urgencias en los hospitales, si queremos que haya respuesta del fiscal, del gobernador o de la presidenta municipal. Sólo parando lograremos que esto cese; ellos saben quiénes son y dónde están los asesinos, paremos o no vamos a lograr nada”, arengó.
Y la propuesta encontró el eco de cientos de gargantas que con un sí rotundo amagaron al gobierno, con la advertencia además de que en 48 horas, de no haber respuesta satisfactoria al asesinato de la doctora Reyna Valenzo Pérez, realizarán otra marcha, pero esta vez de nivel estatal y con convocatoria abiertas a todas las organizaciones sociales y a la población civil.
Julián Bedolla Solano, presidente de Actas y Acuerdos de la Organización de Trabajadores de la Salud (OTS) que aglutina a más de 500 médicos, denunció que las extorsiones, asesinatos y secuestros de médicos de diferentes instituciones de Salud, se dan desde hace mucho tiempo; “Pero ha habido caso omiso por parte de las autoridades; este año van cinco; el último, es el de esta doctora”.
Durante su participación con el micrófono, Roxana Tapia Carbajal directora de la Unidad Quirúrgica de Hogar Moderno y ex compañera de trabajo de la oftalmóloga masacrada con armas de alto poder al interior de su vehículo, por hombres que se dieron a la fuga, reprochó con emoción en la voz:
“Me atrevo a decirle a Mercedes Calvo –esposa del gobernador Héctor Astudillo-: todas las mujeres aquí presentes, y las que no salen por miedo, queremos tener la misma seguridad que ella porque a ella sí la cuidan, y a sus hijos. Saber que sale de su casa y regresa viva porque a ella y a sus hijos sí la cuidan, ¿quién cuidó de nuestra compañera, quién cuida de nosotros, y quién cuidó de nuestro compañero Juan Camarena? (médico del Seguro Social, también asesinado, el año pasado).
Los médicos que marcharon del asta bandera hasta el zócalo, esta mañana, decidieron esperar 48 horas para reiniciar su movimiento, porque, como dijo el doctor Mario Martínez: “los delincuentes andan en la calle con armas de alto poder; por eso necesitamos el valor y la voluntad, todos tenemos miedo; pero ni una muerta más, ¡justicia para Reyna hasta las últimas consecuencias!”
Los médicos se congregaron desde las 8:30 de la mañana en el asta bandera, de donde salieron en una marcha que se anunció como silenciosa pero que fue llena de consignas: “¡Gobierno negligente, no cuidas a tu gente!”, coreaban. “El pueblo /reclama/justicia para Reyna!”, gritaban. “¡Pueblo, escucha, el médico está en la lucha!”, “¡Todos somos Reyna!”
La manifestación se desplazó por la Costera en el sentido Base-Caleta, mientras en los carriles del sentido contrario, circulaban los vehículos, y por la banqueta los participantes en la carrera conmemorativa por los 50 años de los Juegos Olímpicos México 68. Cuando el contingente se acercó al parque de la Reyna, donde los deportistas y sus familiares se encontraban reunidos, los médicos y enfermeras empezaron a corear: “únete pueblo, únete pueblo”.
Reclamaban que no se criminalice a los muertos, porque las autoridades han optado por encasillar a las víctimas como si fueran integrantes de la delincuencia.
Justo cuando pasaba la marcha entre el Fuerte de San Diego y el parque de la Reyna, empezaron a lanzar consignas pensando que todavía estaban ahí las autoridades en ese evento organizado por la Gendarmería, al que había sido invitada la alcaldesa Adela Román Ocampo y que se desarrolló una hora antes.
Entonces, entre los organizadores de la carrera deportiva empezaron a poner música en el equipo de sonido, y le elevaron el volumen, lo que hizo que el contingente se detuviera y gritara consignas, y por unos minutos estuvieron frente a frente, los organizadores y los manifestantes. Roberto Martínez de Pinillos, ex director del hospital Vicente Guerrero, denunció que habían aumentado la música precisamente para acallar las protestas.
Un helicóptero anduvo sobrevolando la zona, lo que también generó gritos contra él. Más tarde la marcha concluyó en el zócalo con un mitin.