ADELA ROMÁN OCAMPO /
La victoria de López Obrador el pasado primero de julio nos abrió la puerta por primera vez en varias décadas en nuestro país para que los mexicanos y mexicanas pudiésemos realmente comenzar a cambiar las circunstancias y el rumbo de nuestra nación.
Para ello era necesaria la participación inteligente, decidida y organizada del pueblo de México; era la única manera por la cual nosotros podíamos acceder a este gran triunfo que desde muchos años atrás estábamos anhelando.
Durante los últimos años en Acapulco y en todo México, en realidad han sido pequeños grupos económicos y políticos quienes han decido las políticas y acciones gubernamentales desde las más trascendentes que abarcan toda la nación hasta las más pequeñas que atañan a los pueblos y municipios.
El gran problema de nuestra sociedad ha sido siempre este: que algunos pocos toman las decisiones por muchos y con la intención casi siempre de seguir privilegiando a eso pocos. Hasta el primero de julio así habían estado las cosas, por eso la esperanza de comenzar a construir una forma diferente de gobernar.
La victoria contundente de Morena en todo México, y particularmente en Acapulco, debe ser el parteaguas que termine con esta situación y que abra las puertas a la participación social y a la corresponsabilidad de las decisiones entre el gobierno y la ciudadanía.
Necesitamos para ello fortalecer y empoderar a la sociedad, lo que siempre planteé durante la precampaña y la campaña constitucional, porque solo con ciudadanos fuertes tendremos también un gobierno fuerte que pueda hacerle frente a los problemas que nos aquejan.
¿Pero cuáles son las condiciones que se requieren para tener una sociedad empoderada y fortalecida?
Sin duda son varias las características que deben cumplirse para ello, pero me gustaría referirme en esta ocasión a las siguientes: 1. El involucramiento de la sociedad. Tenemos que aceptar que históricamente la sociedad mexicana, y la acapulqueña en particular, no se involucra en la toma de decisiones y la ejecución de las soluciones frente a los problemas, y queda claro que ello se ha debido en parte a la monopolización del poder por parte de grupos y élites políticas, pero también es cómodo no participar y exigirle y pedirle cuentas al gobierno en turno frente a las dificultades, culpando solo a las gobernantes o funcionarios como si solo ellos tuvieran la obligación frente a la sociedad.
Dejemos claro que esta cultura heredada de lo peor del priismo, que nos convirtió en menores de edad permanente en el ejercicio de nuestros derechos ciudadanos, debe cambiar.
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador exige de cada uno de nosotros que nos interesemos, aportemos y actuemos en la solución de los problemas que nos aquejan.
Si Acapulco tiene crisis de inseguridad, de agua potable, de limpieza y muchos más, las tarea de solucionarlos es de todos, y claro que la tarea de un gobierno democrático, y además responsable, es permitir y fomentar la organización social para la solución de los problemas, así como recoger de ella las mejores propuestas a fin de implementarlas con los recursos aportados por todos.
El punto número 2 es la preparación. Cómo vamos a preparar a la sociedad, cómo nos vamos a preparar. Los problemas actuales son complejos, abarcan un sinfín de causas que hay que entender y atender. Si queremos participar con soluciones, evidentemente debemos prepararnos. Para ello requerimos hoy tal vez más que nunca, personas con preparación e inteligencia, así como gente con experiencia que pueda compartirla y ayudar con ello a su entorno. Es hora de propuestas, proyectos, estudios y trabajo. Ya no podemos simplemente exigir y reclamar. Somos corresponsables de lo que nos ocurre a todos y entre todos debemos trabajar para encontrar soluciones.
Esto que les estamos planteando lo comentamos con los compañeros, que solamente si nos involucrábamos, si la sociedad participaba, íbamos a avanzar más pronto, pero también íbamos a avanzar bien.
Por ello los convoco a compartir su inteligencia, preparación y experiencia. Debemos aprovechar la oportunidad histórica de tomar la responsabilidad y el poder de nuestro municipio en nuestras manos; nosotros podemos hacer de Acapulco la cuidad, la casa de todos, donde podemos vivir en armonía y podemos vivir bien.
El punto número 3 es la organización. El esfuerzo de una sola persona inteligente es sin duda invaluable, pero el esfuerzo organizado de muchos es la solución a cualquier problema. No hay genios: por muy genios que existan, se requiere la participación de la sociedad en conjunto, y aquí quiero aclarar que organizarse no es solo juntarse para exigir, pedir o reclamar; organizarse significa, en este momento, en primer lugar, tener la idea clara de lo que se desea lograr o resolver; en segundo lugar, conjuntar esfuerzos individuales y aportes de cada uno para un esfuerzo colectivo, dejando atrás los deseos de sobresalir o figurar simplemente por vanidad y soberbia. No es momento de individualismos ni de egoísmos, es momento de tomarnos de la mano y trabajar codo a codo, en el entendido de que ninguna persona por más inteligente y capaz que sea podrá más que 20, 100 o mil acapulqueños y acapulqueñas organizados.
El punto número 4 es la responsabilidad. Cuando se enfrentan problemas tan graves como los que presenta hasta hoy nuestro municipio, claro es, y resulta necesario y válido, encontrar responsables del desastre, y en su caso, castigar actos de mala fe. Pero con ello no vamos a avanzar y no vamos a solucionar las dificultades: es necesario responsabilizarnos, y ello significa que no podemos seguir perdiendo el tiempo en críticas o reclamos constantes, es hora de pasar de la acción, a la responsabilidad; es decir, con la conciencia de que los problemas actuales se deben en buena medida a nuestra falta de participación en el pasado y en el presente, esto ya no puede continuar. Tuvimos gobiernos muy corruptos, depredadores que muchas veces protestamos, nos organizamos y no pasó nada, y después nos cansamos y nos callamos.
Pero hoy, hoy es la oportunidad, estamos a tiempo. Si observamos basura en nuestras calles, es necesario participar proponiendo soluciones organizadamente y actuando para resolver el problema; lo mismo si somos testigos de un asalto, de un anciano que no tiene dónde vivir o de la contaminación de nuestras playas.
La única forma de tener poder es responsabilizándonos.
Por ello los invito a crecer juntos en este aspecto y trabajar de la mano con mi gobierno, eso es lo que les quiero pedir a todos y cada uno de ustedes.
Desde campaña propuse asambleas ciudadanas que fuese quien se aglutinara y donde se aglutinara a los representantes de los vecinos en las colonias, de los gremios de profesionistas, de los sindicatos de trabajadores, de los campesinos, de las mujeres, de los estudiantes, y que esas asambleas fuesen centros para recibir no solo quejas, reclamos y peticiones como nos acostumbró el PRI durante 80 años, sino que fuese un espacio para la imaginación y la propuesta, para el proyecto y la inteligencia, para la participación y el trabajo.
Esto lo estuvimos reiterando constantemente, que habría que involucrarnos. En estas asambleas ciudadanas necesitamos escuchar la voz, la experiencia y la inteligencia de los acapulqueños y de las acapulqueñas, necesitamos sus manos trabajadoras y su pensamiento claro para construir de verdad el Acapulco que nosotros tanto queremos. En este espacio democrático y plural esperamos encontrar proyectos y propuestas que enriquezcan al gobierno que me tocará encabezar a partir del primero de octubre y que se traduzcan en políticas públicas concretas, de este modo tendremos el gobierno que merezcamos todos.
En estas asambleas no solo podrán participar proponiendo proyectos y políticas públicas, sino también se les invitará a supervisar el desarrollo de las mismas, desde su planeación hasta su ejecución. Aspiro de este modo a devolver el poder a los ciudadanos acapulqueños, y construir una ciudadanía fuerte y participativa que resguarde nuestro puerto y haga crecer a nuestra gente. Les pido a nombre de los miles de acapulqueños que esperan con ansiedad un cambio que le dé esperanza y vida a nuestro puerto, que pongamos toda nuestra inteligencia y fortaleza en lograr este objetivo. Con ustedes, porque sin ustedes esto no va a ser posible. Solo así alcanzaremos la meta que nos hemos propuesto y solo así recuperaremos la libertad y el desarrollo que hemos perdido.
Compañeras y compañeros, quiero finalizar recordando en este sentido las palabras de Simón Bolívar dichas frente al pueblo de Ayacucho en Bolivia, cuando acababa de liberarlo después de una batalla militar. Dijo: “ciudadanos, hemos vencido y hemos conquistado nuestra libertad pero recuerden que la libertad es difícil recuperarla y fácil perderla; un pueblo que no se prepara y organiza estará siempre en peligro de volver a perder su libertad. Estudien, organícense y luchen para que esas sean las defensas por siempre de su libertad”, y así como Simón Bolívar, de nuestra libertad, de nuestra alegría, de nuestra felicidad, en Acapulco, que es la casa de todos.
* Discurso pronunciado en la asamblea de organizaciones realizada el 15 de agosto de 2018 en la sede del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana.
Sin duda será un gobierno responsable, nos recuerda que tenemos derechos y obligaciones; es una excelente noticia que ahora inviten a la sociedad a involucrarse de manera activa para incidir en las políticas públicas, se terminará el tiempo de tomas de decisiones unilaterales…bien por Acapulco.
Coincido con la Alcaldesa electa : Adela Roman Ocampo; el trabajo de Gobernar que le otorgamos a traves del voto, debe acompañar la participacion Ciudadana!! De nuestro Trabajo, Nuestra Calle, Colonia, es un extra que deberemos Aportar!!!
Le deseo éxito a la Alcaldesa, ojalá halla gente que proponga un proyecto para obtener energía de la basura y promover el no uso de desechables.