La ausencia de Félix Salgado

ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

Acapulco, 26 de noviembre de 2020.

Eran 11 los aspirantes a la candidatura al gobierno del estado por Morena, los reunidos la mañana de este jueves con su dirigente nacional Mario Delgado, la secretaria general del CEN, Citlalli Hernández, y el delegado nacional Salomón Jara, pero solo una presencia brilló, justamente, por su ausencia: el senador con licencia Félix Salgado Macedonio.

Tan pronto como se supo que el puntero en todas las encuestas no había asistido a la reunión de los aspirantes, se desató una ola de comentarios, algunos interesados y con el fin de restarle puntos. Se dijo, por ejemplo, en corrillos, que, si no fue, es porque ya sabe que no será el candidato, y que según esta versión, ni siquiera fue invitado; alguien más dijo que es un mensaje claro de Salgado Macedonio a Morena, de que competirá con otras siglas; y no faltó quien dijera que fue solo arrogancia del puntero, al negarse a fraternizar con los aspirantes menores.

Pero quedarse en estas tesis podría ser, también, una muestra de ligereza en el análisis, pues hay otras lecturas que pueden hacerse de este fenómeno. En primer lugar, habría que precisar que Salgado Macedonio sí fue invitado y no acudió al encuentro, por decisión propia, misma que habría comunicado a Mario Delgado.

Tal vez la razón -sin menoscabo que él personalmente en su oportunidad lo aclare- podría ubicarse en un hecho simple. La reunión, según se anunció en su oportunidad, sería para tratar de buscar un consenso y ver si era posible sacar un candidato de unidad. Eso era imposible de entrada: ninguno de los presentes (al menos los que tienen más posibilidades, como Félix Salgado, Pablo Amílcar Sandoval, Adela Román, o Luis Walton) iba a ceder su espacio para declarar candidato a otro de ellos. Tanto que han luchado Sandoval y Walton, por ejemplo, para venir a decir que alguno de ellos acepta no ser el abanderado.

Así que no, en ese sentido, la reunión no tenía ningún sentido, más que cubrir la formalidad de decir que se intentó llegar a un consenso. La ausencia de Félix Salgado marca precisamente eso: no hay acuerdo para elegir candidato o candidata, y no hay más que pasar a la siguiente etapa, que es la encuesta.

La mesa de este jueves pudo ser una buena mesa de negociación para que todos declinaran en favor de uno. Pero, como en los viejos tiempos del PRD, las declinaciones cuestan. La desventaja en esta negociación inicial es que hay muchos que dicen representar lo que no representan y otros que juegan a sabiendas de que no hay razón para que estén en esa jugada. Las negociaciones, los acuerdos políticos, en todo caso, tienen sentido cuando se ha hecho una medición y cada cual sabe el peso político que realmente tiene.

La ausencia de Félix Salgado podría entenderse en ese contexto, de mostrar lo innecesario de buscar un consenso que de antemano se sabe que no lo hay. Pero también es mandarles el mensaje de que está presto para la contienda interna, y que no será un acuerdo político el que lo haga a un lado. A medirse, pues. Al contrario de quienes dicen que buscará otras siglas, Salgado Macedonio les está diciendo que es en Morena donde se tendrá que dar la definición.

Lo curioso es que su inasistencia a la reunión ha generado más ruido del que hubiera ocurrido si hubiera estado ahí. Una ausencia demasiado presente.

Desde luego todo esto es una especulación a partir de lo que se conoce, porque en realidad Salgado Macedonio ha guardado un discreto silencio, el mismo que ha mantenido durante todo el tiempo de precampaña y que le ha producido, al parecer, buenos dividendos ya que se ha mantenido en sus niveles de popularidad sin desgastarse.

Habrá que esperar para ver si esta ausencia y este silencio tienen el mismo efecto y lo siguen mostrando como inmutable mientras sus posibles contendientes se mueven en todo lo posible, y algunos casi rayando lo imposible.

La reunión de este jueves al menos dejó en claro algo: que pese a lo que se diga, no hay consenso (que es el acuerdo del 100 por ciento de los participantes), y que en consecuencia tiene que haber encuesta. Ahí, quedará todo dicho para 2021.