VERÓNICA CASTREJÓN ROMÁN /
Acapulco, 12 noviembre 2017
El crecimiento de Acapulco hacia la zona Diamante suscitó un grave impacto en el aforo vehicular de la Escénica, una de las principales vías turísticas de Acapulco desde la cual se puede apreciar el hermoso paisaje acapulqueño.
Ahí, como sucedió con todo el crecimiento urbano en este puerto, la característica ausente fue la proyección de medidas que evitaran convertir a esa vía en una carretera en la que se reta constantemente a la muerte. Hizo falta pues, una verdadera reingeniería vial.
El movimiento regional migrante que propició el crecimiento desenfrenado de las colonias acapulqueñas, gracias a las diferentes corrientes políticas que alentaron invasiones de predios y despojos, trajo consigo, merced a la falta de previsión, problemas tales como carencia de arterias viales para desahogar las contadas calles y avenidas que se atascan a la menor manifestación social.
Esa falta de planeación y de verdaderos estudios del tráfico vial ha generado caos en todo Acapulco; caos agravado por la cuestionada construcción de la infraestructura necesaria para el funcionamiento del Acabús, por ejemplo, en la zona céntrica de la ciudad.
Las obras y estrategias ideadas por los órganos de gobierno para aliviar los conflictos de tránsito vehicular por todo el puerto, se van dando a cuentagotas, y muchas veces, después de hacerse evidente el riesgo de accidentes fatales.
Tal es el caso de la avenida Escénica, Clemente Mejía Ávila, en donde la carencia de visión de los encargados de la planeación vial, y la falta de vigilancia del tráfico vehicular ponen en riesgo, todos los días y a todas horas, a los peatones y a los pasajeros y tripulantes de los más de 30 mil vehículos que la recorren, en 80 por ciento de los casos, a exceso de velocidad, según declaraciones del regidor perredista Amílcar García Estrada, quien el año pasado propuso la colocación de una valla central a la largo de esa calle para evitar los encontronazos frontales.
Los 8.32 kilómetros de la Escénica sirvieron de marco en 2016, a no menos de 240 accidentes automovilísticos, de acuerdo con declaraciones hechas a los medios, por parte del Coordinador de Movilidad y Transporte, Eutimio Rodríguez Maganda, los cuales, según el mismo funcionario municipal, provocaron la muerte a cuatro personas.
El año pasado, el Congreso local exhortó al Ayuntamiento de Acapulco a apegarse a la Norma Oficial Mexicana NOM-037_SCT 2012, a fin de que se hiciera el estudio correspondiente para la colocación de barreras que pudieran impedir accidentes por invasión de carriles en esa vía.
En 2016, el mencionado regidor del PRD logró que el Cabildo porteño dictaminara la instalación de una valla central en la avenida Escénica, valla que al parecer, casi un año después, ya coloca la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero (CICAEG), con la colocación, en una primera etapa, de 180 barreras de concreto que parten de la Base Naval y culminarán en el Paso Elevado a la altura de Cumbres de Llano Largo en su segunda etapa, con la instalación de 200 vallas más.
Como se ve, es sólo un tramo el contemplado para mejorar la seguridad en la Escénica; ¿y el resto de la avenida?, ¿en dónde se registra el mayor número de accidentes y a qué altura de esa calle?, ¿cuántos decesos provocan a lo largo del año? ¿Cuáles son las características de quienes los suscitan; es verdad que la mayoría de las veces están involucrados taxis amarillos?, ¿por qué no hay vigilancia de autoridades viales en esa arteria turística que seguramente ocupa uno de los primeros lugares en accidentes en Acapulco?
¿La colocación de barreras de concreto en la parte central de la Escénica y solo en un tramo, es la única estrategia que se llevará a cabo? En los 8.32 kilómetros de su longitud han florecido nuevos fraccionamientos y condominios cuyos moradores se las ven negras para incorporarse a la circulación con sus vehículos o para entrar a sus domicilios, y muchas veces, se desesperan porque ni de ida ni de venida se detiene la hilera de carros para darles el paso.
Es urgente y necesaria, pues, una reingeniería vial en la Escénica que, sumada a la vigilancia del cumplimiento estricto de reglamentaciones como el uso del cinturón de seguridad, circular a no más de 60 kilómetros por hora, porque la Escénica no es una avenida de alta velocidad; y el no uso de teléfonos celulares por parte de quienes conducen, se deben sumar a la construcción de glorietas y retardadores que permitan una circulación fluida y segura. Solo así se contribuirá realmente a la disminución de accidentes que no solo pueden provocar la muerte sino también inhabilitación física.
¿Habrá en las dependencias del gobierno del estado o del ayuntamiento, funcionarios capaces de llevar a cabo semejante tarea?
Veamos.