* Las niñas mexicanas, abandonadas por la literatura infantil feminista en México
La narración de este libro, texto para todas las niñas del país
SARA LOVERA / SemMéxico
Ciudad de México, 13 de julio, 2021. Me hundí en mi biblioteca y acudí a los medios electrónicos con una sola pregunta ¿Quién escribe, desde el feminismo, a las niñas mexicanas? ¿Es el conocimiento lo que ha lanzado a las jóvenes muy jóvenes a las calles? ¿Lo aprendieron en la escuela? ¿En sus libros infantiles?
¿Acaso se superaron los viejos atavismos de las canciones infantiles de los años 50 en todas las escuelas primarias? ¿Existe una historia de la Siempre Viva yucateca explicada a las niñas lo que impulsó su rebeldía, igual que en los años 20?
Nada de eso me dicen las enciclopedias, ni la historia de la educación. Menos las caricaturas televisivas –aún recientes-, y tampoco encontré historias y cuentos para niñas desde autoras feministas mexicanas.
Si, en cambio constaté, un esfuerzo, en castellano de muchas feministas españolas y esa revolución hecha libro llamada Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes de Elena Faulli y Francesca Cavallo, con 100 historias ejemplares de mujeres universales, traducida al castellano. Y probablemente una colección de libros de los antiguos estados del comunismo real, contando las heroicidades de hombres y mujeres que cambiaron al mundo.
Letras, sin discusión, que seguramente ilustran. Pero ¿feministas? Casi nada o nada. A pesar de los sesudos análisis que explican a la infancia como un concepto (¿una noción?) biológico, sociológico, histórico, y que se puede abordar desde distintas perspectivas obligatoriamente combinadas y combinables. ¿What?
Se dice: “consideramos a la infancia como un origen que nos explica cómo adultas, y no nos parece extraña la posibilidad de que ese tema, ese motivo, esa perspectiva entre en la literatura, forme parte de la ficción o de la confesión directa y propicie la introspección y el examen de conciencia y la búsqueda de nuestra identidad” ¿What?
Por ello resulta trascendente y aleccionador el último libro de la periodista Laura Castellanos, trascendencia que explica mis párrafos arriba. La Marcha del Terremoto Feminista, que no es una historia de “lucha” de las mujeres, sino la Historia Ilustrada del Patriarcado en México, o la historia del poder, coloca al texto/ilustrado en la revolución de las ideas y sin propuestas o decálogos de cómo cuestionar al poder o el ¿qué hacer?
El Libro
El libro de Laura Castellanos, para niñas, narra sin aspavientos, con claridad, cómo el poder, a través de los siglos, ha oprimido a las y los sin poder, con todas sus consecuencias. Asequible al entendimiento de las y los menores –también de las y los mayores-, con ilustraciones didácticas y hermosas. Con preguntas y respuestas desde la voz de una adolescente llamada Sofi, personaje que va conduciendo, desde la esquina de una avenida, y una voz experta -la de Laura- el conocimiento de cómo se construyeron las vicisitudes en que nos desarrollamos las mexicanas desde antes de la llegada de los españoles.
La narración rompe la historiografía feminista, esa que nos ha contado en los últimos 40 años –por abundante- cómo ha sido la lucha por nuestros derechos. Aunque incluye, por ejemplo, la rebelión de las monjas, lo fundamental es cómo operaron los poderes para aplastar a la mitad de la población.
No es un libro de demandas feministas. Es un libro para niñas, con una narración histórica, donde se puede comprender lo que las teóricas explican acerca de nuestra condición, desde todos los tiempos. Ni es un libro de filosofía feminista, ni intenta proponer herramientas para superar la violencia contra las mujeres, ni es una serie de historias e imágenes de la valentía femenina frente a sus desgracias.
Sí es, en cambio, cómo el Homo sapiens, el hombre –genérico que borra a las mujeres- se fue convirtiendo en el creador y constructor de las reglas sociales, cómo se construyeron los mitos de ser mujer y cómo se puede cuestionar la historia oficial de la “democracia”, de la guerra, de los móviles de la violencia, de los tributos de los más débiles para sus dioses, reyes, emperadores o guerreros. Y ahí, donde se colocó a las mujeres y a los pueblos sometidos.
Esta manera de narrar al patriarcado, sin subterfugios. Cómo opera el poder en la cultura occidental. Y cómo se construyeron los imperios, del Mexica al de la llamada democracia institucional. Cómo a la humanidad la ha acompañado la esclavitud y en qué esquina quedaron las mujeres, cómo les fue, y cómo las sometieron.
Sofi, su personaje, seguramente pensado largamente, va comprendiendo lentamente por qué, en la Marcha, hay tantas demandas y tantas denuncias, cómo no se trata de una ocurrencia y qué hay tras esas demandas. De paso, entrelazadas, las historias del horror: “La historiadora Anne L. Barstow calcula que, en tres siglos, alrededor de 200 mil europeas fueron acusadas de ser brujas, a la mitad las asesinaron y muchas fueron torturadas, despojadas de sus bienes y desterradas”, así la cacería de brujas tenía el objetivo de destruir la capacidad reproductiva y el placer sexual de las mujeres.
No es un libro tradicional de historia de la opresión femenina, es para todo mundo una explicación didáctica ilustrativa, que acude a todos los libros que Laura Castellanos consultó para conocer al patriarcado y explicarlo, como en el aula, con ejemplos y frases claras, propias de lo que nos gustaría dijeran los libros de texto.
Y sí, claro, desde luego, habla de las acciones feministas por tramos históricos, pero no las hace biografía o ejemplo, las ubica en el plano de cualquier mujer, acaso vecina de Sofi, de cualquier hombre rebelde, como cuando habla de las guerreras mayas y también de Rita Cetina Gutiérrez y su escuela La Siempre Viva, y va, con método dialéctico, uniendo acontecimientos del siglo XV con la marcha, real o hipotética por avenida reforma.
Del olvido al llamado
El texto de Laura Castellanos, para niñas y adultas, permite conocer y reconocer el funcionamiento del poder, más allá de los cambios sociales o tecnológicos con literatura, por su lenguaje y sus imágenes. “El patriarcado mexicano aplastó el movimiento feminista precursor sin recurrir a una Santa Inquisición. Sin guillotinas. Sin cárceles…”
De esa afirmación, Laura Castellanos, pasa a la crítica y sin miramientos ni comedimiento, explica lo que Lenin afirma: un paso para adelante y dos para atrás. Les quita el mito simple a las heroínas, y pone en su justo término las ambiciones y horrores de los potentados. Lo mismo para ocupar el territorio corporal de las mujeres, como la apropiación de grandes extensiones de tierras, bosques, pastizales, para sus intereses, como la tala de árboles.
De alguna forma, esta historia del patriarcado mexicano no solamente –porque no se puede- extraer la opresión de las mujeres, ni sus hechos heroicos, para colocar en la punta el significado del poder. Y es ahí donde cuestiona –de alguna manera- el mujerismo que ha invadido miles de textos feministas. Pienso entonces, en la 3 de 3, ningún ofensor de las mujeres podrá llegar al poder o lo dejaremos llegar, mientras invade a miles de pueblos la barbarie del crimen organizado y el ejército. Un contexto que tendría que explicarnos la violencia contra las mujeres y contra las y los oprimidos.
Se trata de una aportación inédita. Irrumpe el silencio feminista frente a las niñas, aunque se les incluya sistemáticamente en los discursos reivindicativos de “género”, es literatura para las niñas, que no se encuentra en ningún lado –en México, digo- y también cuestiona, probablemente sin proponérselo- la manera como hasta ahora se ha contado la historia de las mujeres, las “luchas de las mujeres”, las “propuestas de las mujeres”, que como ahora lo hacen las colectivas, se apunta al sistema de poder construido por las y los potentados a lo largo de la historia.
Laura Castellanos, que no milita abiertamente en lo que llamamos “movimiento feminista”, sí se considera feminista, tiene una larga historia de investigadora sobre cómo nuestros gobiernos han aplastado, perseguido, encarcelado, asesinado a sus detractores, hombres y mujeres. Cómo opera la lógica, su lógica en el sistema capitalista, que se llamó de castas, de apropiación, de conquista o empresarial. Cómo esa lógica de impunidades e injusticia, es central para entender la opresión femenina. Cómo el patriarcado tiene un rostro definido frente a la vida del pueblo mexicano.
No deja títere con cabeza. Hasta recuerda que las mujeres de condición “privilegiada”, pueden ser quienes esclavicen a otras mujeres. Cómo queda relegada la palabra “sororidad”, si nosotras no somos iguales. Tal como lo dice la filósofa Celia Amorós, cuando explica que no somos idénticas, por tanto, tampoco sólo por nuestro sexo somos iguales. Para nada. Pero, ojo, se los dice a las niñas, de quienes las narradoras, filósofas, estudiosa, expertas feministas, no las han pensado como sujetas de conocimiento y acción.
Termino. La fuerza de la realidad, también narrada por Laura Castellanos, ha colocado a las adolescentes en todas las colectivas que pueblan al país. Y no es solamente por sufrimiento, tan abundantemente promovido, sino por sobrevivencia humana, capaz de incluir todas las aristas humanas; la capacidad de lo que hoy pomposamente se llama resiliencia, o, esta peligrosa palabra oficial denominada “empoderamiento”.
Laura Castellanos es periodista independiente y feminista egresada de la UAM-X. Es autora de los libros: Crónica de un país embozado 1994-2018 (2018); México Armado 1943-1981 (2007), traducido al francés; Corte de caja, entrevista con el subcomandante Marcos, traducido al alemán e italiano. Y de las crónicas literarias Ovnis: historia y pasiones de los avistamientos en México (2009) y 2012 las profecías del fin del mundo (2011). Su crónica «Código Rojo» se incluyó en la Antología de la crónica latinoamericana actual. En el concurso de periodismo del Grupo Diarios de América ganó el primer lugar en la categoría de reportaje de investigación (2013). El Club de Periodistas de México le dio el primer lugar en cobertura noticiosa por sus reportajes sobre autodefensas en Michoacán (2015). Su reportaje sobre la masacre de Apatzingán, Michoacán, fue distinguido con el Premio Nacional de Periodismo y con el primer lugar del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación que otorga el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) basado en Perú (2016). Mención especial del Premio Breach/Valdéz de Periodismo y Derechos Humanos (2019). Su libro Crónica de un país embozado ganó mención honorífica del Premio Antonio García Cubas 2019 del INAH al mejor libro de antropología e historia. Ha publicado en Aristegui Noticias, Washington Post en español, El Universal, Doble Jornada y La Jornada, Reforma, Vice News, entre otros medios. Sus textos en el Washington Post, se publican, de vez en vez en SemMéxico.